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—¿Qué? —Pestañeó y frunció su ceño. Nunca había escuchado esos gritos. Ahora entendía los murmullos de la casa cada que él le dirigía un mirada a Marcos o cuando Salta (probablemente) lo observaba.

—¿Uste' no lo había escuchado? —Frunció su ceño él también y se colocó derecha en el sillón de dos plazas en el que se había sentado.

—No, si no ya te hubiera dicho algo —Respondió con obviedad, notando la mirada pensativa y reflexiva de Marcos—. ¿Quién te dijo que yo lo había escuchado?

—Daniela y Julieta.

Su cabeza explotó y los cabos
sueltos comenzaron a armarse.

Mierda.

—¿Solo ellas? —Su tono tranquilo hizo que Marcos alivianara su ceño.

—Agu', no-

—¿Solo ellas? —El salteño asintió rápidamente al notar su tono amenazante al repetir aquella pregunta.

—Sí, pero no-

No lo dejó terminar y se paró. Frunciendo su ceño y apretando sus puños. Caminó hacia el interior e ignoró los inútiles llamados de Marcos hacia sus oidos sordos en un intento en vano de pararlo.

Las piezas que le faltaban en ese rompecabezas, las encontró. Encontró la razón de por qué había ido a placa la semana pasada. Y no; no iba a aceptar que dos chicas realmente hipócritas se aprovecharan de él, haciéndose las amigas y luego clavando los puñales por la espalda.

—Juli, Dani, ¿Podemos hablar? —Su tono tranquilo y sereno hizo que las sospechas no se levantaran en la cabeza de ambas chicas. Asintieron y se dirigieron fuera del cuarto de las mujeres hacia donde estaba él.

—¿Qué pasa, gordis? —Daniela resaltó su labio inferior, como si lo estuviera beboteando. Apoyando su brazo en una silla que estaba por ahí.

Dios, ayuda.

—Bueno, la cosa va así... Me enteré cosas que no me gustaron y rumores que no fueron realmente de mi gusto, tampoco. Y los "autores" de esos rumores —Hizo comillas con sus dedos— Me enteré que eran ustedes —Le observaron con suma atención—. Entonces... Les quiero preguntar, ¿Inventaron un grito sobre que A MÍ me GUSTABA MARCOS? —Ambas féminas miraron al platense sorprendidas y luego se miraron entre sí, frunciendo su ceño rápidamente en señal de nerviosismo.

—¡No, boludo!, ¿Cómo vamos a hacer eso?, ¡Re de mala leche, nosotras no somos así! —Exclamó Julieta con su voz chillona que parecía levemente afónica, lo irritaba, realmente lo irritaba.

—Te juro, boludo, no sé de qué hablas. Nosotras NUNCA haríamos eso. En especial a vos que sos nuestro amigo. —Declaró Daniela mientras se ponía derecha y quitaba su brazo de la silla.

—¿Entonces por qué Marcos dijo qué-

—¡Agus! —Ginocchio se acercó corriendo y lo sujetó del brazo, casi resbalando y evitando que otra palabra interrogatoria y acusativa saliera de su boca. Observó a las chicas con una mirada nerviosa y avisó:—. Me lo llevo un rato al primo. Ya vengo y se los regreso. —Dejó a las chicas y se adentró en la habitación de los hombres, cerrando la puerta de esta dando un porrazo.

Mientras tanto Julieta y Daniela seguían en shock y con la boca algo abierta. Se miraron entre sí.

—¿Cómo nos descubrió, boluda? —Hablaron al unísono.

Sintió como su espalda era estampada con un poco de fuerza (pero aún así rebotó), contra la pared frente al espejo

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Sintió como su espalda era estampada con un poco de fuerza (pero aún así rebotó), contra la pared frente al espejo. Miró hacia arriba, subiendo la cabeza y notando una ardiente mirada verde musgo frente a él que lo hizo tragar en seco, sintiéndose demasiado nervioso de repente.

—¡Primo cómo va a decir eso! —Se dio el lujo de gritar despacito ya que la habitación estaba vacía y había gente afuera. Haciendo que cualquier voz dentro del cuarto retumbe entre las cuatro paredes—¡¿No sé da cuenta que lo puede perjudica'?! —Sentía la respiración furiosa de Marcos sobre su rostro, estaban tan cerca que sus narices rozaban entre sí.

Marcos tenía la cabeza gacha para observarlo y sus ojos demostraban el descontrol a punto de desatarse como un volcán en su interior. Sus pupilas achicadas delatando su disgusto, su rostro rojo de la posible mayor emoción negativa que los seres humanos tenían y la ejerción de fuerza que aplicaba en sus muñecas contra la pared algo adoloridas.

—Yo... —No sabía qué decir, tragó saliva notoriamente y Marcos pareció reaccionar de golpe, aflojando su agarre al instante y dejando sus pupilas achicadas y emociones furiosas atrás. Abrió sus ojos de manera grande y se notó sorprendido ante la propia reacción que había tenido.

—Lo siento, primo. No le tuve que tratar así. —Agachó la cabeza en señal de disculpa. Evitando que Agustín notara las lágrimas que visitaban sus ojos y se acumulaban poco a poco.

—No importa, Marcos, solo es que- . —Un cuerpo pesado recargandose sobre le sorprendió un poco, notando como en la parte del hombro de su remera se humedecía.

Esperen.

¿Marcos estaba llorando?

¿Marcos estaba llorando?

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N/A:

Doble actualización porque
quiero y porque puedo.

Por cierto, ¿Qué opinan de Nacho Omega dominante?

Disculpen si es que la historia va
un poco lenta😔😔.

¡Mejores amigos!  | Margus.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora