Anastasia La Rossa
Un nombre que quedo en el ovlido,un nombre al que fui obligada a renunciar.
Aquel dia que perdi a mis padres,a mi hermana,a mis hermanos,a mi amor,mi hogar,mi titulo,mi futuro,mi libertad.
Me secuestraron me obligaron a renunciar...
Soy la Sultana Hurrem la Sultana mas fuerte y todos los que me lastimaron se quemaran con el fuego que ellos mismos encendieron en mi.
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Hurrem Sultán disfrutaba de la música y la danza, a decir verdad agradecido mucho a su amado Suleimán por esta celebridad.
-Sehzade Mustafa- anuncio el agha de la puerta.
El recién nombrado entró al harén con un genio de los mil demonios en contra de la Sultana y con deseo de ser quien de ser quien la menospreciar por su origen.
-Mi Sehzade- hizo una reverencia al niño quien miro a Sahrazar Sultán.
Hurrem Sultan no recibió ninguna respuesta pero pudo observar como observaba a sus hermanos.
Mahidevran Sultán entró al harén con un aire de superioridad pero con la intención de pedir perdón a Hurrem claramente todo por orden de Suleimán.
-Una verdadera Sultana- dijo Mustafa.
A pesar de ser un niño era muy soberbio y altanero aquello jamás agrado a la Sultana Sahrazar ni menos al Sultán.
-Hurrem Sultán que gusto verte- le dijo Mahidevran Sultán.
Mustafa observó que no recibió ninguna reverencia por lo que de inmediato miro con desagrado a Hurrem Sultán.
-¿Quien te crees para no hacer una reverencia a la Sultana Mahidevran- le grito Mustafa a Hurrem llamando la atención de todos.
Hurrem no dijo nada solo se quedó callada.
-Mahidevran no me hizo reverencia- sonrió la Sultana Sahrazar. -Hazlo y Hurrem Sultana lo hará.
Hurrem Sultán sonrió al escuchar las palabras de la sultana.
-Pero...
El grito de un agha lo interrumpió.
El Sultán entro al harén escuchando todo lo que pasaba por lo que se acercó al sehzade Mustafa y la Sultana Mahidevran.
-Lleven al sehzade Mustafa a sus aposentos- les ordenó el Sultán a los guardias.
El niño quiso gritar pero su madre fue quien lo fulmino con la mirada para que no dijera nada.
-¿Así es como educas a mi hijo?- replicó el Sultán enfadado.
-Es sólo un niño mi Sultan- se excusó Mahidevran Sultán.
-Un niño que le faltó el respeto a la madre de dos príncipes- dijo el Sultán quien tuvo una buena lección en mente.
No dejó que los príncipes se llevarán a Mustafa hasta que viera lo siguiente.
