Anastasia La Rossa
Un nombre que quedo en el ovlido,un nombre al que fui obligada a renunciar.
Aquel dia que perdi a mis padres,a mi hermana,a mis hermanos,a mi amor,mi hogar,mi titulo,mi futuro,mi libertad.
Me secuestraron me obligaron a renunciar...
La mujer que hoy soy es una mujer que vio la crueldad enfrente y sobrevivió. Me castigaron, me esclavizaron y me obligaron aver actos más horribles que jamás había visto. Ellos decidieron por mi solo espero encontrarlos y arrancarles las almas como lo hicieron por la mia. Quiero devolverlos todo el miedo que me causaron, quiero que me vean con miedo. Porque me verán llegar a lo alto y verán sus cabezas rodar bajo los pies. Que paguen mis lágrimas con la suyas y que supliquen por mi piedad.
¡Porque yo soy la Sultana Hurrem y yo nunca perdono!
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Habían pasado meses y Nurbahar ya tenía cinco meses de embarazo.
Hurrem caminaba por los jardines con sus criadas y sus hijos rumbo a encontrarse con el Sultán.
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Cuando Hurrem llegó allí estaba el Sultán sonrió cuando lo vio pero su sonrisa se apago y sus ojos se llenaron de rabia cuando lo vio junto a Hursid Ahmed Pasha.
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-¿Hurrem que sucede?- pregunto el Sultán notando su enfado, la mujer le sonrió como si el enojo se hubiera ido, pero aún seguía enfadada por dentro.
