CAPITULO 22

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Pov Jeno

Odiaba dejar a Jaemin solo, pero teníamos que cumplir con nuestros respectivos trabajos. El regresó a su turno de noche el viernes, y yo tenía mi turno de 24 horas el sábado.

Intenté quitarle importancia a su preocupación por Mark, aunque no debí conseguirlo. El seguía algo abatido cuando le vi irse al hospital el viernes.

Tenía tantas ganas de golpear a ese hijo de puta, que soñé que lo metía en una jaula de esas de la UFC y lo machacaba hasta convertirlo en una masa de carne sanguinolenta. Pero salvo cuidar de Jaemin, no podía hacer nada. No era nada más que su amigo, aún, y tampoco podía empujar para convertirme en algo más. Jaemin no estaba preparado para ello, aún no. Tenía que darle tiempo de curar sus heridas y, después, haría mi movimiento. Y tenía buenas vibraciones al respecto.

El estaba preocupado por mí. Se había enfrentado a Mark y, en vez de centrarse en su propio dolor, estaba preocupado por lo que el cretino de Mark tenía en mente para mí. ¡Ja!, que intente lo que quiera, y si hay puños en el menú, pues mejor. Pero hasta que ese día llegara, necesitaba descargar toda la tensión que llevaba dentro. Así que allí estaba, golpeando un pesado saco de arena mientras Kun lo sostenía para mí.

―Tienes que parar, Tonny. Si tenemos que salir a un aviso estarás demasiado cansado para rendir al 100%.

―Solo un par de golpes más.

Lancé mis puños contra el saco, imaginando la cara del cretino al hacerlo.

―¿Tu chico pasará hoy por aquí?

―¿Por qué lo preguntas?

―Porque es la única cosa que se me ocurre. Tienes que quemar calorías y hacer sitio para la sorpresa que nos va a traer.

―No, no va a venir. Después del turno de noche dormirá un poco y después de comer se acercará al centro social.

―¿Por eso no haces otra cosa que mirar tu teléfono? ¿Para ver si se ha despertado y te manda un mensaje?

―Eres un cotilla, Johnny. Tienes que aprender de Kun.

―¿Yo?

―¿De mí?

―Kun solo habla cuando es necesario. No tiene incontinencia verbal como tú.

―Eso es porque no tienen nada interesante que decir. ¿A que sí?

―Hablar está sobrevalorado.

―¿Lo ves? Kun es aburrido.

―Soy un hombre de acción, actúo, no necesito hablar.

Alcé la ceja y miré directamente a Johnny.

―Es un hombre sabio, es lo que veo.

Kun sonrió y cogió los guantes para quitarlos de mis manos. Noté mi teléfono vibrar en mis pantalones, lo saqué y leí el mensaje que acababa de llegar. No pude evitar sonreír, porque era de quien era y por lo que decía.

―"Taeyong te manda un besote".

―"Dile que pasaré por allí mi próximo sábado libre".

―"Se lo diré".

―¿Es de tu no-chico?

―¿Ves cómo eres un cotilla, Johnny?

―Ya, lo que sea, pero pregúntale cuándo va a volver a traernos otro flan de café como el del miércoles.

―Mándale saludos de nuestra parte.

―¿Lo ves?, Kun es más sutil.

―Eso, tú siempre dejándome mal.

―"Los chicos te mandan saludos".

―"Te dejo. Hermanos Kang en acción".

No pude evitar reír, aquellos diablillos agotaban a cualquiera. Así que guardé el teléfono y me dirigí a mi taquilla, necesitaba un cambio de camiseta, ¡ya!, apestaba a sudor.

La sirena de aviso entrante resonó por todo el cuartel, y con mecánica precisión, todos los miembros de la estación ocuparon sus puestos en los camiones. Subí al camión antes que Johnny y no es porque lo tuviésemos así ensayado, era porque no podía esperar a ser el último, necesitaba acción, y la iba a tener. La mirada fija de Johnny me confundió, pero su agarre en mi chaqueta me puso los nervios de punta.

―Es el centro social, Jeno, está ardiendo.

Tuve que luchar con el miedo. Por primera vez en mi trabajo, estaba asustado, porque Jaemin estaba allí.


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დ 𝐋𝐞𝐧𝐝 𝐦𝐞 𝐲𝐨𝐮𝐫 𝐛𝐨𝐲𝐟𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝 დ | ᴺᴼᴹᴵᴺDonde viven las historias. Descúbrelo ahora