CAPITULO 23

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Abrí la puerta en el momento que sentí las ruedas del camión detenerse y salté al asfalto. Mi cabeza giraba en todas direcciones, no estudiando la situación, sino buscándolo. Había demasiada gente. Algunos los reconocía de mis anteriores visitas al centro, otros se mantenían alejados y expectantes, simples curiosos. Y entonces lo vi. Caminaba lejos de la entrada, arrastrando una cuerda y, aferrados a él, los niños de la guardería. Suspiré aliviado, gracias a Dios habían recordado los juegos que les enseñé.

― ¡Jaemin! ―El no me oía, su atención estaba en llevar a los niños a un lugar seguro, donde alguien se unió a él. Corrí como un loco a su lado y lo cogí por el hombro, haciéndolo girar hacia mí.

―Jae.. ―Sus ojos estaban llenos de lágrimas, pero no era solo por el humo.

―Taeyong, está dentro.

―De acuerdo, lo sacaremos. ¿Dónde estaba la última vez?

―El... algo cayó del techo... su pierna... no podía andar... me hizo sacar a los niños.

―Céntrate, ¿dónde cayó?

―Junto a la puerta del baño de los niños.

―Bien, estoy en ello. ―Giré mi cabeza y localicé al jefe, impartiendo órdenes a solo diez metros de mí―. ¡Jefe! Civil herido en el interior. Tengo localización.

Le vi asentir y hacer las indicaciones para que actuara, así que hice señas a Johnny y Kun, quienes estuvieron a mi lado en segundos.

―Conmigo. Civil herido en planta baja. Tengo su localización.

―Estamos detrás. ―Cogí a Jaemin de nuevo por los hombros y le obligué a mirarme.

―Vamos a sacarlo.

El asintió de forma mecánica, pero no pudo decir nada más. Aunque no hizo falta, tenía escrito en toda su cara "ten cuidado". Así que me dirigí hacia la entrada y... ¡mierda!, no podía entrar allí, todavía no. Me giré y volví sobre mis pasos mientras sacaba el casco de mi cabeza, llegué hasta Jaemin, la aferré por la nuca y arrasé su boca con el beso que había deseado darle desde... bueno, eso no importaba. Lo interrumpí antes de lo que quería, pero ya me había desviado lo suficiente por ese día. Me coloqué el casco y me volví hacia la puerta del infierno. Ese era mi trabajo, entrar a los lugares de los que el resto huía.

Johnny y Kun estaban esperándome en la entrada y, aunque los cascos cubrían mucha parte de su cara, la expresión sorprendida de Jhonny y la risueña de Kun eran imposibles de ocultar. Les di una palmada en el hombro y entramos allí dentro.

Caminé con la rapidez y destreza de quien conoce el terreno y su trabajo.

No tardamos en encontrar a Taeyong, un poco antes del lugar que Jaemin me dijo.

La pierna no tenía buena pinta, pero el hombre no se había rendido. Se había arrastrado hacia la salida, intentando salir por sus medios de aquel lugar. El humo era bastante denso y las llamas estaban lo suficientemente cerca como para actuar con rapidez.

―Johnny, ayúdame a cargarlo. ―Un crujido sonó sobre nuestras cabezas, y el techo cedió a nuestro lado. Noté el golpe en mi hombro, casi derribándome.

― ¿Estás bien? ―Noté la mano de Kun ayudándome a levantarme.

―Sí. Ábrenos camino.

Kun asintió y puso su hacha a trabajar. Podías reírte de su nombre, de su baja estatura, pero Kun era el puñetero ninja de las hachas.

Noté el hombro arder al pasar el brazo de Taeyong por detrás de mi cuello, pero eso no importaba. Johnny ocupó su lugar al otro lado y entre los dos nos repartimos el peso del hombre inconsciente. Como una máquina bien engrasada, avanzamos al mismo paso, siguiendo el camino que Kun nos estaba abriendo.

Cuando dejamos las llamas atrás, cuando mis pies tocaron el asfalto, sentí el contraste del aire más fresco del exterior. Arrastramos a Taeyong hasta la ambulancia de los paramédicos y esperé hasta que lo oí toser mientras la mascarilla de oxígeno era colocada en su cara. Escuché la orden y los chorros del agua salir disparados hacia el edificio, y noté una ligera presión junto a mi muslo izquierdo. Cuando bajé la vista vi el asustado cuerpo de Jaemin intentando acercarse a la camilla.

―Nos lo llevamos al hospital General.

―Él va con vosotros.

Aferré la mano de Jaemin para ayudarle a subir a la ambulancia y luego me quedé allí, mirando cómo se iban hasta que un golpe seco en mi hombro me hizo retorcerme de dolor.

―¡Mierda!, tenemos un bombero herido aquí.


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დ 𝐋𝐞𝐧𝐝 𝐦𝐞 𝐲𝐨𝐮𝐫 𝐛𝐨𝐲𝐟𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝 დ | ᴺᴼᴹᴵᴺDonde viven las historias. Descúbrelo ahora