Cαყҽɳԃσ ҽɳ ʅα ɳιҽʋҽ SK

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El ambiente era bastante agradable y hablamos sobre oportunidades de trabajo para personas con talento para el dibujo.

Le dije que tenía mi trabajo bastante grabado en piedra, ya que mi padre tenía una gran agencia creativa en el centro de la ciudad y se especializaban en campañas publicitarias para empresas, portadas de libros, páginas web, anuncios de video, pero también videos cortos de dibujos animados para campañas sociales y propósitos educativos. Tenía planes de abrir nuevos departamentos con trabajos aún más creativos esperando a aquellos que pudieran dibujar caricaturas y cómics.

El profesor me preguntó por el nombre de la empresa y cuando le respondí, se rió.

-¡Qué coincidencia! Antes de decidir volver a enseñar en la universidad, estaba considerando postularme para la compañía de tu padre, ¡ya que tenían un lugar disponible para un dibujante experimentado!

-¿Por qué no aplicaste? -
Krist suspiró.

-No estoy seguro. Estaba... solo. Probablemente pensé que necesitaba trabajar con un gran grupo de personas y desafiarme a mí mismo para salir de mi... reclusión social. Pensé que, teniendo un trabajo así, eso se podía hacer incluso de forma remota, me hundiría más en mi aislamiento social. Pero ahora me pregunto si fue la decisión correcta. Lo pienso todo el tiempo, ¿cometí un error? La enseñanza ha perdido un poco de su encanto para para mí, ya no es tan satisfactorio. Es posible que pronto necesite algún cambio.

Nos detuvimos ante el mismo café que visitamos la última vez.

Quería salir del auto, pero lo agarré de la mano. -¿Estás de acuerdo con que te llame Krist? -pregunté. -Me di cuenta de que te estremeciste cuando lo hice por primera vez.

Él se rió. -Bueno, si eres mi novio secreto, probablemente deberías llamarme Krist... pero solo en privado, cuando nadie pueda escucharte.

Cuando nos bajamos del auto yo... agarré su mano y caminamos así -ambos sonrojados, entramos al café.
*
El siguiente par de semanas pasaron para mí en un estado bastante feliz y eufórico.

El profesor y yo, o más bien Krist, nos reuníamos en secreto, al menos dos veces por semana. Usualmente íbamos a comer algo o a ver una película en otro distrito. Aunque con frecuencia pasamos toda la película besándonos.

También hicimos viajes cortos a parques ubicados cerca de la ciudad.

En cuanto al sexo, no fuimos mucho más allá de que yo le hiciera mamadas y nos agarráramos las manos, como sucedió después de la primera salida secreta.

Una vez estábamos paseando por el parque, y era un día particularmente cálido, la nieve brillaba como polvo de diamante a nuestro alrededor. Nos besamos junto al árbol aislado, y me puse de rodillas para mamarlo, puse mis guantes debajo de las rodillas, para no congelarme, pero después de que terminé y me puse de pie, puso su mano en mi ingle, y jadeé con sorpresa.

-Singto, quiero que tú también te sientas bien.

Me sorprendió su mirada tímida, pero también extrañamente feliz de que quisiera corresponder. Estaba reaccionando tan perfectamente que no podía imaginarme un novio mejor para mí. Para ser honesto, no sentí nuestra diferencia de edad, debido a su personalidad amable y pasiva.

No era como mi ex super atrevido con todo, ya que buscó cosas atrevidas en nuestra primera cita. Krist estaba disfrutando el ritmo lento de nuestros avances sexuales, y yo estaba con él en ese camino.

Lo dejé desabrocharme los pantalones y sus delgados dedos se cerraron sobre mi eje. Hizo una inhalación aguda, sintiendo mi pene palpitando hambrientamente en su agarre.