Eileen cree que puede conseguir a cualquier chico que le llame la atención. Sin embargo, Jungkook no se dejará seducir por sus juegos tan fácilmente.
"Incluso las personas más caóticas y peligrosas pueden traer belleza a nuestras vidas."
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Eileen.
Me colé con la cabeza bien alta en la fiesta de Lia, pasando desapercibida entre la multitud que disfrutaba con la música a todo volumen. Avancé decidida con un único objetivo en mente, buscándolo entre las personas que abarrotaban el lugar. La búsqueda me llevó finalmente a la cocina, donde encontré a Yoongi.
- Hey, Eileen.
- Buenas - le saludé, observando cómo se preparaba un cubata de ron con cola. Me coloqué a su lado y serví un chupito de Jägermeister. Llevé el vaso a mis labios y bebí todo de un trago.
- Empiezas fuerte - comentó él con una sonrisa mientras dejaba el vaso en la encimera.
- Lo necesitaré para esta noche - respondí, girándome para intentar localizarlo entre la multitud.
- ¿Buscas a alguien? - me pregunta Yoongi, curioso.
- Sí, la verdad es que sí.
- ¿A Jungkook?
Le miré sorprendida y asentí con una sonrisa en el rostro. Yoongi sonrió orgulloso de haber adivinado.
- Está con Lia. En el salón.
Gracias, Yoongi - le agradecí, y él me guiñó un ojo. Yoongi transmitía una buena vibra que me reconfortaba.
Salí de la cocina y me adentré en el inmenso salón abarrotado de gente, apenas iluminado por la tenue luz ambiente. La música retumbaba y la multitud gritaba las canciones al compás que marcaba el DJ. Mientras avanzaba entre la gente, sintiendo el bullicio y la energía de la fiesta, mi móvil vibró en el bolsillo del pantalón. Saqué el teléfono y vi quién me estaba escribiendo.
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Fui a contestarle con un "Voy a tardar un poco", pero por alguna razón no le dije la verdad. Tal vez pensé que podría intentar llegar más tarde. Justo cuando estaba a punto de enviar el mensaje, alguien me empujó accidentalmente y se me olvidó mandarlo. Mis ojos se dirigieron hacia donde reconocí a Jungkook junto con Lia a lo lejos. No pude apartar la mirada de él.
Sentí un arrebato de celos al ver a Lia bailando tan cerca de él e intentando coquetearle. No podía permitirlo. Tenía que encontrar la manera de separarlos sin que me viera, porque si Lia notaba mi presencia, seguramente se armaría un escándalo que daría de qué hablar por mucho tiempo.
