Eileen cree que puede conseguir a cualquier chico que le llame la atención. Sin embargo, Jungkook no se dejará seducir por sus juegos tan fácilmente.
"Incluso las personas más caóticas y peligrosas pueden traer belleza a nuestras vidas."
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Eileen.
Qué agradable es la sensación de despertarse en los brazos del chico que duerme plácidamente a mi lado, sintiendo su respiración contra mi piel y su mano en mi vientre. Su cuerpo mantiene el mío protegido del frío, debajo de las sabanas algo desordenadas que nos arropa. Mis ojos se abren poco a poco, viendo que los rayos de sol se filtran por los agujeritos de la persiana y que me permiten ver mi cuarto y nuestra ropa desperdigada por el suelo.
Los suaves ronquidos de Jungkook me forman una sonrisa en mi cara y con cuidado, me giro para poder contemplar su lindo rostro. Mi mano sube por su pecho hasta llegar a su cara donde la acaricio con sumo cuidado y, sobre todo, con adoración. Lo que siento contemplándolo después de la noche que habíamos compartido, aquella explosión de sentimientos que sentía en esos momentos, eran inexplicables. Se siente tan bien, una sensación de paz y tranquilidad. Reconfortada por saber que estoy en un lugar donde me aceptan tal como soy.
Donde me siento protegida.
Lo observo acariciando cada detalle de su rostro, contemplando sus pecas en su piel, esas que me parecen preciosas. Sus labios que tanto me habían besado, sus bonitas pestañas en esos ojos que me volvían loca cuando me miraban fijamente y seguidamente, su cabello algo desordenado cayendo delante de su cara. No pude resistirme en pasar mi mano por el, apartando los mechones que caían por su rostro.
- Mmm...
Su sonrisa se forma en sus labios aún sin abrir sus ojos y saber que esta despierto me provoca a mí otra sonrisa. Su suave mano se encamina lentamente por mi espalda, haciendo que mi piel se erizada y seguidamente me aprieta contra él, escondiendo su cabeza en el hueco de mi cuello.
Me siento tan agradecida y feliz de tener a Jungkook en mi vida que en ese momento solo pensaba en hacer todo lo posible por mantenerlo para siempre a mi lado.
- Qué sueño... - murmura somnoliento. Se pone boca arriba y me permite apoyar mi cabeza en su pecho desnudo y rodearlo con mis brazos. La sonrisa que tengo en mi cara es imborrable, jamás antes había sentido esta sensación tan cálida e intima. Estaba muy conmocionada.
No sabía la hora que era, pero imaginaba que era tarde ya que nos habíamos dormido cuando el sol salió.
La verdad es que me daba muy igual, yo solo quería parar el tiempo y poder estar en este momento para siempre.
Mis dedos acarician su brazo lleno de tatuajes y seguidamente pasan por su pecho, haciendo círculos en él. Vuelve a sonreír pero esta vez, soltando una pequeña risa que se escapa por sus labios.
- Me haces cosquillas... - sus ojos se abren lentamente e inclina su cabeza para mirarme.
- Buenos días - le saludo suavemente y su mano sube por mi cadera hasta llegar a mi rostro donde acaricia. Luego acerca sus labios junto con los míos para dejar un corto beso.
