CAPITULO 22: "La Gala"

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En el instante en que subió a la limusina ya no pudo seguir fingiendo que estaba bien, tranquila era lo último que describía su estado de ánimo, ansiedad, nerviosismo, terror ante cualquier situación en la que pudiera caer.

La entrada era todo un evento aparte, una lujosa alfombra marrón indicaba la entrada, para su alivio Todd le ofreció su brazo y juntos caminaron hasta la entrada, lugar en el que un gran guardia de al menos unos dos metros de altura acompañaba al que sería el host de la velada

-Señores, me permiten sus nombres –dijo algo dubitativo ante aquellos desconocidos que no parecían poseer gran fortuna

-Lee-Smith. Si es tan amable cambie su arrogante expresión y no nos retrase, gracias "SEÑOR" –dijo una furiosa Victoria conteniendo todo su temperamento ante el que simplemente para ella era el encargado de revisar la lista de invitados 

-¡Lee-Smith! Por supuesto –exclamó alarmado al ver el apellido en la sección V.I.P

-¿Podemos pasar ahora o va a pedir nuestras identificaciones? –pregunto con algo de sarcasmo, cosa que solo hacía que le fuera cada vez más difícil a Todd contener la risa

-Claro, por supuesto, disculpe la tardanza Señorita Lee-Smith, señor

De inmediato se hizo a un lado y ellos pudieron continuar su camino hasta la entrada al gran salón

-¿Creí que estaba nerviosa? –le dijo Todd lo suficientemente bajo como para que solo ella lo oyera

-Lo estoy, no lo dudes, pero ese idiota se cree de la realeza, me enojó

-Lo noté, pero creo que sabes cómo poner a ese tipo de gente en su lugar

-Hasta ahora, ¿hacia dónde vamos?

De inmediato Todd la guio por una inmensa y glamorosa escalera que los llevó directo al gran salón. Paredes de más de 3 metros de alturas, una gran lámpara de araña en el centro del techo con los cristales más hermosos y relucientes que pueden existir iluminaban las mesas y el centro del salón en el que comenzaban a reunirse los invitados, cada uno más elegante que el anterior, en el otro extremo una barra igual de lujosa, también un gran escenario, todo decorado en colores crema, blanco y dorado.

-Creo que necesito un trago...

-¿Se siente bien? –quiso saber algo preocupado, de pronto estaba más pálida de lo habitual

-Estoy muriendo en nerviosismo ¿no notas como nos observan? –señaló con discreción a un par de personas que hablaban entre si mientras los escaneaban de pies a cabeza

-Todo estará bien, pero a la cena iras sola

-¿QUE?

-Solo sigo instrucciones del señor, lo siento, pero estaré cerca

-Maldito Rothschild –gruñó

-¿Vamos por ese trago? –intentó calmarla Todd

-Si... –susurro casi sin aliento

Caminaron entre la multitud hasta la barra, entonces Todd pidió por ella un shot de tequila, el cual agradeció y bebió en el instante en que lo tuvo en frente para luego pasar al salón con una copa de champagne en la mano.

-¿Señorita Lee-Smith? –preguntó la voz de un hombre

-Si... -pensó en lo que diría a continuación, recordando las lecciones con Lady Champfleury- ¿a quién tengo el gusto de saludar? –pronunció muy segura de lo que decía

-Es un placer saludarla, soy Albert Kennedy, es usted muy esperada esta noche –le sonrió descaradamente

-¿Lo soy? –preguntó enarcando una ceja

El Contrato ©️(SIN EDITAR)⚠️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora