CAPITULO 16: "Resignación"

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Furioso, Matt, cerró su oficina de un portazo. Su viaje no había sido lo que esperaba, y si algo le molestaba aún más, eso era no controlarlo todo, que incluía a Victoria, quien se las había arreglado nuevamente para hacer lo que quería y saltarse las reglas y exigencias que le había impuesto.

<<Calma, Matt. Lo hace a propósito, solo quiere verte enojado, sabes que no se saldrá con la suya, va a cambiar, va a aceptar todo y seguirá tus órdenes, es lo mejor para ella.

¡Mierda! Ni siquiera puedo auto convencerme, esto está mal, JAMÁS, me había pasado, todas quieren estar aquí ¿Por qué ella no? ¿Tanto me había equivocado? ¿Dónde quedó la chica tímida, misteriosa y adorable que descubrí durante la fiesta hace... 6 semanas ya?
  No me la va a ganar. Matthew Rothschild, no se rinde. Y si Victoria, me sigue buscando, le aseguro que me va a encontrar>>

Tras darle vueltas a lo que estaba pasando una y otra vez, mientras hacía un invisible agujero en el piso de tanto caminar de un lado a otro como perro enjaulado, Matt, se había calmado. Había ordenado su cabeza y planeado lo que seguía.

  Tomando una larga respiración, se dirigió al bar a un costado de la zona de estar y se sirvió un vaso de whisky seco. Un trago y lo hizo desaparecer, acto seguido tomó su lugar delante del inmenso escritorio y sin perder un solo segundo se puso a trabajar, y no precisamente en temas de la empresa.

  La mañana siguiente, como cada día, Matt, se preparó para salir a correr. A diario cuando no se encuentra de viaje, se levanta a las 6 de la mañana y recorría los alrededores internos de su propiedad, repasando todas las actividades que comenzaban desde temprano.
  Para las 7:30am, ya se encontraba por acabar su rutina de pesas en el gimnasio, cuando apareció Victoria, con su usual actitud durante las mañanas. Seria y con los auriculares a todo volumen, se acercó a la trotadora y dio inicio al ciclo sin siquiera dirigirle una sola mirada al causante de su malhumor constante.

  Matt, ya tenía todo muy claro. Se dedicó a observarla detenidamente, ya la había visto entrenar una o dos veces, y en esta ocasión la notó extraña y no se trataba de su actitud desafiante, quería o más bien, necesitaba saber de qué se trataba. Así que de brazos cruzados la observó por varios minutos, hasta que apareció el entrenador en escena, el cual cambió su sonrisa por una incómoda expresión al notar la presencia del jefe en el lugar.

-Señor Rothschild..., buenos días
    Saludo nervioso.
-Señor Logan ¿todo bien? Lo noto algo desconcertado
    Comentó de lo más tranquilo, sabía perfectamente porqué estaba incómodo.
-Sí, sí, todo bien -le lanzó una fugaz mirada a Victoria-. Espero que su viaje haya estado bien.
-Las cosas siempre pueden salir mejor. Ahora que está aquí, tenemos que hablar.

  Alarmado por el modo en que Matt, observaba a Victoria, el entrenador se apresuró a alejarlo de ella.

-Por supuesto ¿nos acercamos al escritorio?
-Aquí está perfecto. Ahora, su último informe fue menos satisfactorio que los anteriores ¿ha ocurrido algo que deba saber, Logan?
    Inquirió sin apartar su mirada de Victoria, al contrario, seguía cada movimiento que ella hacía sobre la cinta de correr. Algo se le escapaba y no se iba a dar por vencido tan fácilmente.
-Claro que no, solo quise bajar la intensidad de los ejercicios por un par de días, nada más
    Se excusó intentando sonar seguro de sus palabras.
-Le recuerdo que ella está bajo castigo, usted no puede tomarse ese tipo de atribuciones sin siquiera consultar mi opinión -espeta furioso-. Vuelva al programa inicial por el resto de la semana, y que no se vuelva a repetir.

  Dicho esto, Matt, tomó una toalla y se retiró del gimnasio para prepararse para el trabajo.

  El entrenamiento matutino de aquella mañana estuvo extraño, volvió a ser lo que era hace unos días, silencioso. Para Victoria, no fue novedad ya que el ogro había regresado.

El Contrato ©️(SIN EDITAR)⚠️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora