Era viernes por la mañana y el señor Rothschild hacía su rutina matutina de ejercicios, tras correr por los alrededores de su propiedad se dirigió al gimnasio, para su sorpresa en el interior ya se encontraba Victoria, muy concentrada en la cinta de correr con los auriculares puestos a todo volumen. Fue inevitable quedarse ahí de pie observando lo seria que estaba, desde la primera gala a la que asistió que su comportamiento no fue el mismo, evitó estar a solas con él para no tener que hablar del tema. Luego sucedió lo de su familia, cosa que hasta ahora lamenta, nunca se retracta de sus decisiones, pero esa en particular le pesaba, desde entonces que apenas cruzan miradas, se la pasa fuera de la casa, solo regresa a dormir y extraña su compañía, por muy limitada que resulte, es por eso que decidió que asistiera al almuerzo en el club de golf. Necesitaba verla.
Tras lo que parecieron solo segundos pero que en realidad habían sido 20 minutos observándola, fueron interrumpido por la voz del entrenador que le hablaba pero que ella ignoraba.
-Victoria, por favor, ¿puedes parar?
-Vamos, no prolongues esto, solo quiero hablar contigo –dijo suavemente
-No puedes correr eternamente, no me voy a mover de aquí –se cruzó de brazos
-Eres mi trabajo, ya es suficiente trote por esta sesión –concluyó molesto
Intentó detener el ciclo de la máquina pero ella lo apartó con un manotazo en la mano antes que alcanzara el panel.
Aburrida de la insistencia del entrenador dejó salir un sonoro resoplido antes de detener la máquina y quitarse los auriculares con toda la calma del mundo
-¿Qué toca hoy entrenador? –levantó la mirada del apuesto entrenador y entonces lo vio, el señor Rothschild se encontraba al fondo del gimnasio observándola de brazos cruzados y con el ceño fruncido. Estaba molesto.
-Victoria, tenemos que hablar sobre lo que pasó anoche –le recordó con toda la calma y paciencia del mundo
-¿Anoche? No sé de qué hablas entrenador, ¿Qué máquina debo usar ahora? –intentó cambiar de tema para no tener problemas, pero Chris parecía cegado y no escuchaba razón
-Lo sabes perfectamente, vamos, baja, toma un minuto para continuar y luego hablamos, por favor –le rogó con la más tierna de sus miradas
-Esta bien –aceptó solo para que se alejara, Rothschild se veía furioso.
Dejando a un lado al entrenador, Victoria caminó directo hacia donde se encontraba el señor, lo miró directo a los ojos y solo bastó que ella dijera "buenos días" para que la ira reflejaba en su fría mirada se disolviera momentáneamente.
La siguió con la vista hasta que cruzó la puerta del gimnasio, entonces toda su atención la recibió el entrenador, con su fría y dictadora voz llamó su atención.
-Logan, aquí, ahora –le ordenó
Le señaló el sitio frente a él al pasmado entrenador, no tenía idea que él se encontraba en el lugar y por su tono de voz estaba claro que tenía problemas.
-Señor -se plantó frente a el
-¿Que estás haciendo? -espetó molesto
-Necesito comunicarme con ella, señor, tengo que hacer mi trabajo de algún modo
-Sabes perfectamente que no es a lo que me refiero, no me hagas perder mi tiempo Logan
-No puedo hacer esto, necesito aclarar las cosas con ella, no puedo simplemente ignorarla –intentó hacerlo entrar en razón
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El Contrato ©️(SIN EDITAR)⚠️
RomanceVictoria, es una chica tranquila, directa y muy sincera. Disfruta de sus amigos y adora a su padre. Pero deberá poner a prueba que tan amplio es su adoración hacia su papá, cuando después de asistir a la fiesta de la empresa, se entera que tendrá qu...