Shooting.

Nine Shot.

Otro día más, otro día menos, un minuto mas, un minuto menos, una oportunidad mas, una oportunidad menos. Escucho el sonido de la alarma despertarme y lo primero que noto es la ausencia de tu voz al hacerlo. Siento que voy a morir de añorarte tanto.

Con la mente en blanco me levanto lentamente de mi reposo y analizo cuidadosamente mi habitación, donde compartimos días felices y días difíciles. Exhalo y dejo escapar una parte mi espíritu. Me volveré loco.

Tomo una toalla y mientras me dirijo a los aseos de la casa que comparto con los chicos, cualquier objeto y lugar que se atraviesa en mi camino, por más ridículo que sea, me recuerda a tus hermosas facciones riendo y llorando por mi culpa. Cualquier rastro de "tonto por ti" ha quedado inexistente sobre mi faz y alma, no conozco lo que es sonreír sinceramente y llorar de regocijo, he regresado el tiempo y me comporto como era antes de conocerte, como un ser viviente deambulando errante y sin sentido.

Aun es de madrugada y soy el único de los chicos que esta despierto; el insomnio se ha convertido en uno de los factores del resultado de abandonarnos mutuamente. Estoy de pie frente al espejo del tocador y lo único que veo es un gran hueco vacío y profundo. —Encontrémonos una vez mas después de esto.— Me apoyo en el lavamanos y exhalo una vez mas, vaciando mi alma.

Inconscientemente lágrimas empiezan a resbalar por mis mejillas, no me doy cuenta de ello, hasta que observo por el espejo una persona invisible con los ojos enrojecidos. Me limpio frenéticamente con mis callosas manos y al no poder reprimirlas, empiezo a golpearme el pecho y tratar de ahogar mis sollozos. No lo soporto mas, siento que moriré.

Con impotencia observo alrededor del tocador, la ducha, el armario y sin encontrar alguna salida que me lleve a ti, percibo mi condición deprimente, vacía y sin sentido. Por impulso cierro fuertemente uno de mis puños y como única medida de desahogo, lo estrello frente a mi odiado reflejo, llenándome por consecuencia de un liquido metálico y satisfactorio que me hace cerrar los ojos y desplomarme en el frío suelo.

—Hyung, ¡hyung!— Abro mis ojos y observo a Jung Hong sacudirme. Me incorporo de donde estoy. —¿Que pasa?— Me doy cuenta que visto un fino traje, ¿cuando en el mundo?— Necesitamos salir rápido hyung, el señor Woo se a llevado a Soo Ra noona y si no la recuperamos, realmente será el fin.— El al igual que yo viste un traje muy a su medida. —Pero, espera, ¿donde estamos?— Observo confundido el lugar, es una sala con elegantes y barrocos muebles.

—Es el hogar de mis padres, hyung. Vengo de vez en cuando a ver a mi madre, pero debido a que mi padre se encuentra en un viaje de negocios, también ella fue con el. Estamos aquí para ocultarnos hasta el encuentro con el señor Woo.— Lo miro impresionado. —Así que así es.— Inspecciono mas el lugar. — Aun así, ¿por qué este atuendo?, ¿de donde lo has conseguido?— Lo analizo interrogante. —Mis padres son unos famosos sastres, hyung. ¿No recuerda? En la escuela elemental, todo el tiempo usaba este tipo de prendas.—

Suelto una sonrisa, realmente lo hacia y además de que siempre nos burlábamos de el, la gente en la calle se le acercaba y le decía que tenía un aspecto muy tierno o algunos otros solo lo miraban extrañados. Debió de pasar un tiempo duro al ser obligado a cumplir con las expectativas y requerimientos de sus progenitores.

Salgo de mis pensamientos. —Sin embargo, eso no explica porque...— Himchan entra por una puerta envuelto por una traje de terciopelo rojo, alisándose el cabello. —Aigoo hyung, ha despertado.— Paso mi mirada extrañada por dos de mis dongsaengs. —¿Que? ¿Por qué nos mira así?— Himchan suspira y de nuevo acomoda su impecable cabello.

—Hyung, recuerde que tratamos de forcejear con el señor Woo y recuperar a Soo Ra.— Dirigió su vista a otra dirección. —Las cosas no salieron bien, Block B contaba con un as bajo el arma y fue cuestión de tiempo caer.— Segundos después escucho los pasos lentos y seguros de Daehyun y Youngjae bajar por las apreciables escaleras.