--¡Soo Ra, cúbrete!-- La fina y dorada bala había perforado la ventana de mi habitación. Mis ojos se salían casi de su lugar no pudiendo asimilar lo que pasaba en el momento. --¡Por todos los...!-- Yong Guk me empujo debajo del escritorio donde antes dormía. Se adentró conmigo abrazándome mientras los dos cerrábamos los ojos fuertemente, se había vuelto una costumbre. De pronto todo se estimó quieto y silencioso, por lo que los dos al unísono abrimos de nuevo nuestro iris.La vista era fenomenal, había libros y accesorios regados por todo el lugar al igual que portarretratos caídos de estantes yacían en el suelo de madera, rotos y resquebrajados. Había polvo que inundaba el ambiente y hacía que fuera difícil respirar. Como si una granada hubiera sido arrojada, una granada que no sólo había afectado la parte material de mi espacio personal.
Mis sentidos chocaron con los de Yong Guk, que al ver mis retinas llorosas, me abrazo y reclinó su rostro en mi hombro. Correspondí su toque y lo apreté más fuerte, transmitiendo mi sorpresa y temor; no quería que se alejara de mi.
Al apartarnos mis lagrimas habían manchado mi rostro. --Soo Ra, tranquilízate. Saldremos de esto.-- Escuche sus palabras interpretándolas como un juramento, después levantando mi faz, lo observe, él me sonrió ligeramente en respuesta y con su dedo pulgar removió el líquido salado bajo mis luceros.
Inspeccionó el lugar hecho un desastre, tomó mi mano y salimos del refugio provisional. Al abandonarlo el resistente escritorio cayó desmoronándose y haciendo un ruido ensordecedor, después comprendería que Yong Guk en secreto lo había estado sosteniendo todo el tiempo. Que el único que había sido fuerte y resistente había sido oppa.
Abrimos la puerta antes blanca, ahora cubierta de polvo y nos dirigimos a la habitación de mis padres. Extrañamente no había nadie dentro, buscamos en el baño que compartían y estaba en el mismo estado que las demás habitaciones. Pero sobre todas las cosas, no encontramos a mis progenitores en la segunda planta, sentía que mi corazón saldría en cualquier instante.
Lentamente y sin hacer ruido bajamos las escaleras, él me guiaba sosteniendo una de mis extremidades pero ahí fue cuando divisé el arma pulcra y plateada que sostenía tan recelosamente. Su manera de portarla era como si hubiera entrenado para usarla, no notaba ninguna pizca de terror y nerviosismo en el. Mi respiración se corto y quede estática, decidida a no avanzar.
--Soo Ra, ¿qué crees que estás haciendo?-- Halo mi mano no obteniendo ningún resultado. --¡Yah! Tenemos que salir de aquí.-- Se acercó a mí y me lo dijo en un susurro, pero mi vista y todos mis sentidos estaban alerta contemplando el arma.
¿Cuándo y por qué en el mundo él tenía ese tipo de objeto? El generoso y confiable oppa que era mi mejor amigo y por el que comenzaba a tener sentimientos, ni siquiera debería conocer algo que pudiera lastimar a los demás.
El siguió el camino que apuntaba tan insistentemente y se quejó para sus adentros, notando que había olvidado que era lo que sostenía. --Soo Ra, esto tiene una razón y te lo explicaré en otro momento. Por ahora salgamos inmediatamente de aquí, ¿de acuerdo?-- Asentí conectándome de nuevo con sus palabras, era ciega cuando él hablaba.
Apreso nuestro agarre y añadió con la cabeza gacha. --Solo confía en oppa de nuevo esta vez, ¿bien?-- Espero mi respuesta y trató de formular una mueca entendiéndose como una sonrisa. -- Si, oppa, estoy confiando en usted.-- De nueva cuenta me deje llevar por lo que el decidiera, no lo podía evitar.
Seguimos bajando las escaleras que conectaban con el primer piso hasta que llegamos. Nos separamos decidiendo buscar a mi padre y madre en el lugar y en el jardín trasero. Estaba aterrada, sin embargo la presencia de oppa y la angustia por saber si mis padres estaban a salvo, me mantenía alerta y consciente.
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Shooting.
FanfictionA veces no conviene ser tan estudiosa como Soo Ra. ¿Por qué siendo tan cuidadosa y precavida tuvo que ser secuestrada cuando salía realmente tarde de la universidad?