18.

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Narrador omnisciente

Yuichiro estaba tendido boca abajo en la comodidad de su cama, perdido en sus pensamientos sobre el tema que Shinoa había sacado a la luz.

Ella no era la única que le había preguntado sobre eso; Guren lo había hecho primero.

Había sido una tarde tranquila en la casa de Yuichiro. Estaban en la sala viendo un anime que Yuichiro había insistido en ver juntos. El azabache estaba recostado sobre el hombro del rubio, sus brazos entrelazados cómodamente. De vez en cuando intercambiaban comentarios sobre lo que veían, y Mikaela ocasionalmente acariciaba el cabello de Yuichiro, quien se inclinaba más hacia él, sonriendo por lo reconfortante que era esa cercanía.

Guren, por su parte, estaba en el comedor revisando unos documentos. Cuando Mikaela se ausentó un momento al baño, aprovechó para abordar al joven azabache.

-¿Te gusta Mika? -Preguntó casualmente, tomando a Yuichiro por sorpresa y haciendo que se atragantara momentáneamente.

-¿Qué? N-no -Tartamudeó Yuichiro, sintiéndose repentinamente nervioso como si estuviera siendo descubierto en algo.

-Es la primera vez que te veo tan risueño y sonriente con alguien.-Observó Guren, encogiéndose de hombros como si fuera algo insignificante-. Perdóname si me equivoqué, pero ¿sabes? Eres libre de amar a quien sea.

Con esas palabras, Guren regresó a su trabajo, dejando a Yuichiro con sus pensamientos revueltos. Mikaela volvió casi de inmediato, entrando por la puerta justo después de que su padre se hubiera ido.

¿Acaso le gustaba Mikaela? ¿Desde cuándo y cómo había comenzado?

Mikaela siempre había sido increíblemente amable con él sin esperar nada a cambio, pero últimamente Yuichiro comenzó a notar detalles que antes no había considerado. Recordó cómo Mika lo había cuidado cuando estuvo enfermo, incluso buscando sus apuntes a pesar de no estar en la misma clase. También recordó cómo Mikaela aprendió a cocinar cosas que a Yuu le gustaban, solo para asegurarse de que disfrutara de sus comidas juntos.

Quizás fuera por lo cariñoso que era, siempre acariciando su cabello o sus mejillas, o iniciando juegos y bromas que alegraban sus días.

O tal vez era la comprensión y la empatía de Mikaela, especialmente cuando sus amigos se burlaban de él por cosas triviales. Mientras otros se reían, Mika se preocupaba sinceramente por sus sentimientos, consolándolo hasta que se calmaba.

Estar con Mikaela lo hacía sentir un calor especial en el pecho, una felicidad que solo experimentaba en su compañía. Finalmente, Yuichiro llegó a una conclusión: le gustaba Mikaela Tepes.

Pero esos sentimientos los guardaría en lo más profundo de su corazón, protegiendo así su amistad recién recuperada.

This is love || MikaYuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora