Gaviota

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Mi cuerpo se tensó nada más escuchar esas palabras, era mi primer día, todavía no estaba preparada para esto. Entró a la sala ayudado por un hombre que le sujetaba por el hombro. Madre de dios. Ha cambiado. Mucho.

Todavía no se había percatado de que yo estaba ahí de pie como un pasmarote, Africa al darse cuenta del estado de congelación en el que me encontraba decidió salir ella primero al rescate del moreno que no levantaba la vista de su dolorida rodilla.

-Ven siéntate aquí, que te ha pasado?

-El bruto de Pedri me ha metido la pierna y me ha reventado. Me duele sobre todo por aquí, por el lado izquierdo- Le explicaba el jugador a Afri mientras se señalaba la zona dolorida con cara de sufrimiento.

-Andrea, pásame el Stopain, esta ahí encima de la estanteria

Era la primera vez que Pablo levantaba la mirada en todo el tiempo que llevaba aquí, no había notado la presencia de nadie más. Cuando me vió su cara era un cuadro, juro que le tendría que haber grabado. Me siguió con la mirada llena de sorpresa por toda sala mientras yo buscaba el maldito spray para el dolor. No lo encontraba. Me estaba dando muchísima verguenza y me estaba estresando, y el estar bajo la constante mirada de Afri y Pablo no me ayudaba en nada.

-Lo encuentras? O te ayu..- intentó hablar Afri

-NO, NO LO ENCUENTRO!- ya está, ya había soltado todo el nerviosismo que llevaba todo el día conmigo. Traté de actuar rápido y con calma mientras los otros dos me miraban más sorprendidos todavía.- Búscalo tu, por favor, yo preparo la camilla.

Tampoco había gritado tanto, había sido un gritito de estrés, pero me sentí mal por Africa, aunque se me pasó en cuanto paso por mi lado mirándome con una sonrisilla de medio lado y susurrándome un pequeño "ya me contarás luego que te pasa" acompañado de un giño.

-Túmbate- le dije sin si quiera mirarle. obedeció en silencio y se tumbó en la camilla ya preparada y siguiendo sin quitarme la mirada de encima-

-Toma guapita, pónselo tu, que tengo que ir muy urgentemente al baño- Me dice Afri con un intento de sonrisilla dulce pero que es lo más malevolo que he visto núnca. La odio. no le he contado nada pero parece que lo sepa todo por que lo ha hecho totalmente a propósito.

-Que haces aquí?- pregunta pablo una vez que mi compañera ya ha salido por la puerta

-Trabajar- le respondo igual de seca y cortante que el al hacerme la pregunta. Vale ue llevábamos tiempo sin hablar, pero me esperaba un saludo más, no se, a lo reencuentro de Wattpad. Se que yo también podría haber saludado primero, pero no olvidemos que fue el el que se fue sin despedirse, ¿por que tendría que saludarle yo y ser cordial si el encima no lo estaba siendo?

He de decir que eso de "trabajar" se me estaba haciendo bastante complicado por que cada vez que intentaba hacerle bien el masaje en la rodilla me hablaba y perdía otra vez el ritmo.

-Ya bueno, hasta ahí había llegado, gracias

-Pues menos mal, empezaba a preocuparme- decidí seguir con su mismo tonito de ironía y vacile. Menudo niñato, se ve que la fama le estaba cambiando, como a todos.

-Por que tienes que venir a trabajar aquí eh? no podía ser en otro sitio?- se quejó, que coño le pasaba? 

-Dios mío, me esperaba un mejor recibimiento la verdad- le seguí contestando sin dejar el masaje y sin dejar de fingir que no estaba temblando tanto que casi se me caen las bragas por su contacto.

-Pues esperabas mal, no se por que te tendría que dar yo a ti un buen recibimiento- me cansé. No se como podía estar actuando tan cruelmente, y yo no iba a dejar que me hicieran más daño, en todo caso el daño lo haría yo. Así que dirigí mi mano al costado derecho de su rodilla y apreté justo donde sabía que le duele la rodillita.

-Aauh!! Eres imbécil o que?- se quejó como esperaba

-No hagas ningún esfuerzo con la pierna hasta mañana, si puede ser ni te levantes de la cama- ordené mientras le vendaba la rodilla- seguro que tienes alguna crema o spray para el dolor muscular en tu casa, échatela cada dos horas aproximadamente. Si mañana te sigue doliendo no vengas al entrenamiento, ya se lo diré a tu entrenador, pero para el miércoles tendrías que estar bien ya.

Nada más terminar mi discurso le dediqué una sonrisa muy falsa y me giré a lavarme las manos.

-Eyy, que tal vas chaval?- preguntó un Pedri asomado por la puerta con cara de preocupación

Pablo iba a responderle pero se calló al ver que Pedri volvía a hablar, pero esta vez se dirigía a mi, que estaba ya sentada en mi mesa con el móvil, Afri no volvía.

-Pero bueno!! si es mi fisio favorita. Parece que ya has conocido al pequeño Gavito- me saluda con dos besos compañádos por su propia risa 

-No si ya nos conocíamos...- contestó Pablo cambiando su cara de sorpresa por la confianza del saludo de Pedri por una de asco profundo.

Seguidamente Pablo procedió a salir de la habitación bastante molesto

-Ayy Gaviota Gaviota, supongo que tendré que ir a ver que le pasa- se lamentó Pedri provocando una gran carcajada por mi parte- Nos vemos fisio- se despidió.

Y yo me quedé sentada en mi mesa, mirando de vez en cuando por la ventana que daba al césped y pensando en que lo bien que me caía Pedri, cosa que me sacaba una sonrisa, y también en lo mucho que había cambiado Pablo que en cambio me entristecía y enfadaba  mucho.

Un reencuentro inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora