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El ultimo tiempo Aleene no se sentía muy bien, se sentia un tanto sola y sin energias, lo cual la estaba afectando mucho en el ambito laboral, por lo que pidio hablar con Richard.

— Richard, necesito hablar contigo -informa Aleene ingresando a la oficina del jefe-

— Sloan, dime -Richard hace una seña para que se siente-

— Con permiso... Quiero pedirme una licencia... por tiempo indefinido -comenta- No me siento muy bien psicologicamente y necesito un descanso

— Lo entiendo... Termina tu turno y podras irte, puedes volver cuando tu desees...

Richard era una persona comprensiva y amable, siempre daba lo mejor de si para quien lo necesite, y Aleene apreciaba mucho eso.

Salio de la oficina y se dirigio a acabar sus rondas, se compro un café y una rebanada de brownie y se sento junto a Mark, Derek, Addison y Callie.

— ¿Cómo te sientes? -cuestiona Callie- Te he visto un poco decaida...

— Pues, no muy bien realmente -confiesa Aleene-

— ¿Te parece si cenamos esta noche? -inquirio Mark-

— Claro, pueden venir los cuatro a casa -acepta la rubia-

— Oh, yo no creo poder esta noche -agrega Callie- Si quieres merendamos juntas...

— Pues... vale, muchas gracias -agradece la rubia-

Mark, Derek y Aleene quedaron en cenar en el remolque de Derek esa noche, y tomaría el té con Callie. Realmente necesitaba descargar un poco todo lo que abrumaba su cerebro en ese momento, estaba pasando por un momento de estrés muy grande.

Las horas se volvían cada vez más largas en ese hospital, los bisbiseos a su alrededor no habían cesado y su salud mental se arruinaba cada vez más, aunque jamás fue una persona a la cual le importase la opinión de la gente, era complicado hacerse la sorda con tanta gente hablando y comentando sin siquiera conocer las razones que la llevaron a eso.

Addison había aplicado la ley de hielo hacia Aleene ante toda esa situación y eso le había afectado, pero no como esperaba, simplemente la hizo ver que a Addison le importaba mucho el que dirán y que no estaría con ella a tumba abierta, lo que la hizo perder bastante el interés hacia su persona y aunque no esperaba nada de ella, aún así logró decepcionarla.

Esa noche en el remolque de Derek.

— Venga, cuenta que te sucede -pide Derek pasandole una cerveza a Aleene-

— ¿Por dónde quieren que comience?

— De menor a mayor gravedad -responde Mark-

-Aleene le da un trago a la cerveza— Que horrible sabe esto... -Derek y Mark hacen un gesto obligándola a hablar- Addison ya no me interesa. Se filtraron mis videos porno en el hospital y no paran de hablar de mi. Duncan quiere venir a buscarme y... Estoy embarazada... no se de quien sea -suelta-

Su hermano y su amigo no sabían sobre qué preguntar primero.

— ¿Duncan te llamo y no sabíamos nada? ¿Estas embarazada y no sabes quien es el padre? -preguntan asombrados al mismo tiempo- Explícate-agrega Derek-

— Fue hace unos días, dijo que me perdona las infidelidades y que por favor lo perdone yo a él... Que si acepto vendrá a buscarme a Seattle -explica Aleene-

— ¿Y sobre lo otro? -inquirio Mark-

— Tengo 9 semanas... y creo saber quien es el padre

Los dos hombres estaban expectantes a la confesión de la pequeña Sloan.

— Es... Preston Burke -confiesa, Derek se ahogó con su cerveza-

— ¿Burke? ¿El de cardiología? ¿Preston Burke, alto, moreno? -cuestiona Mark sin poder creérselo, Aleene asintió- ¿Qué planeas hacer?

— Abortar... -La mirada de Mark se entristeció- Mark... no me mires así... no estoy lista y no quiero tener hijos... Necesito una persona de apoyo en caso de que algo me pasase, lo piden en la clínica y si alguno de los dos quiere hacerlo, se los agradecería -sonríe-

Ni Mark ni Derek eran capaces de creer lo que escuchaban ¿Cómo era eso posible? ¿Aleene y Burke habían tenido sexo? Que horror...

Más allá de sus opiniones, decidieron que la apoyarían en su decisión, pues en esos casos Aleene necesitaba a su familia y su familia estaría para ella.

— ¿Alguien lo sabe?

— No y tampoco quiero que lo hagan -niega la rubia- ¡Por favor, nada de esto ni a Meredith ni a Callie ni a nadie! -exige-

Sus amigos aceptaron la condición y por primera vez luego de mucho tiempo se sintió como en casa, sentía que tenia una familia y que no estaba sola en el mundo. Su teléfono sonó, era Burke.

Preston — llamada

P: ¿Aleene?
Si... ¿Sucedió algo?

P: Nada en especial... sólo quería saber si te apetecía quedar ahora...

Oh, mmm... mira en este momento me encuentro  bastante ocupada ¿Puedes otro día?

P: Ah, ya, ya... pues, veremos ¿Te parece?

Vale, adiós

Llamada finalizada

— Era Burke, quería sexo -comenta antes de que le pregunten-

— ¿Burke y Yang no están saliendo? -pregunta Mark-

— Así es -afirma Derek-

— Entonces no solo me quiso usar de juguete sexual, si no que además, fui su segunda opción... ¡Joder! ¡Nunca nadie va a tomarme en serio! -vocifero alterada-

A la mañana siguiente, Derek y Mark llevaron a Aleene a la clínica de abortos, la cual pidió máxima discreción con el tema y prometieron dársela. Fue un momento complicado para ella, luego de acabar el procedimiento se arrepintió instantáneamente pero logro reconocer que era solo su inconsciente jugándole una mala pasada y que habia tomado la decisión correcta. Su teléfono no paraba de sonar, por lo que Derek atendió ya que Aleene estaba un poco débil.

Luego de algunas horas Aleene estaba sola en su casa, cuándo tocaron a la puerta, extrañada abrió y se llevo una gran sorpresa.

— ¡Demi! -exclama feliz al ver a su amiga en la entrada- Entra...

— ¿Qué tal estas, bebé ? -beso su mejilla-

Demi, más conocida como Rhea era su amiga hace mucho tiempo atrás, amiga y algo más habían sido... pero aún así la conexión entre las dos perduraba.

— Yo bien ¿Y tú? ¿Qué haces aquí? -pregunta-

— Los rumores vuelan -alzo los hombros, Aleene le dió la razón- Y... quería invitarte a que me acompañes a las semis y la final

Demi era luchadora profesional del WWE

— ¡Obvio! -exclama feliz- Tenemos mucho de que hablar...

Se sentaron a cenar mientras se ponían al día y recordaban antiguos momentos, Aleene le pidió a Demi que se quedará con ella hasta el último momento ya que se aburría sola y le vendría bien la compañía.

𝐆𝐞𝐧 𝐒𝐥𝐨𝐚𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora