𝐆𝐞𝐧 𝐒𝐥𝐨𝐚𝐧

10

Duncan le había dejado un sobre rojo granate con un sello negro de cera, iguales a los de su boda, dentro contenía una carta escrita a mano y con alguna que otra marca de lágrimas por el camino de las letras, una vez se dispuso a leerla entendió el porqué de esas lágrimas, pues no tardaron en instalarse en sus ojos.

Aleene, sé que hace un largo tiempo no te escribía una carta, pero esta situación la amerita... se trata de Everly. Su salud ha empeorado drásticamente, se encuentra hospitalizada y viviendo a base de máquinas, pero decidí que la desconectaré una niña de 9 meses no merece sufrir así y creí razonable qué tú te despidas... aunque no estás obligada a presentarte.
PD: Pídele a Preston Burke que se presente... ya descubrí que no es mi hija y creo que el merece saber de su existencia al menos, no te preocupes, no te guardo rencor, reconozco mi parte de la responsabilidad por este malentendido, por mi falta  de atención, amor, compañía y estadía en la casa contigo, incluso te agradezco por haber aceptado tenerla. Al final de cuentas es mi hija, porque tú no has ejercido como su madre ni los primeros tres días de su vida, y asumo que Preston no conoce de su existencia, pero al menos, vengan a despedirse.
Los esperamos, Duncan y Everly.

Luego de tanto tiempo escapando de los fantasmas de su pasado, habían logrado atraparla una vez más. Su creación estaba mutiendo lentamente, su ex descubrió su secreto, Preston le hecharia la bronca, Demi se pondría como loca al saber de la situación de Zoey. Todo eso le aterraba.

Dentro del sobre había una dirección y un número telefónico al cual comunicarse en caso de que quisiera ir, y luego de mucho meditarlo tomo la decisión de hacerlo. Llamo a Burke.

Preston — llamada

¿Preston? ¿Interrumpo algo?

P:  ¿Aleene, por qué llamas a esta hora?

Necesito verte ahora mismo, es urgente... y no, no es nada sexual, es un tema serio

P:  ¿No puede esperar a mañana?

¡Joder, Preston! ¡Qué no! ¿Si pudiera esperar a mañana crees que te llamaría a esta hora? ¡Son las 2:27AM!

P: Vale ¿Donde te veo?

El hospital, voy para allí

P: Te veo al rato

Preston  — fin de la llamada

Una vez en el hospital, Aleene compro dos cafés y algunas donas para endulzar aquella amarga conversación que de avecinaba, Preston por su parte, la observaba serio, expectante a que podía salir de aquel par de labios rosados y lastimados por el frío invernal que abrazaba a Seattle en esa altura del año.

— Debo confesarte algo... -soltó suavemente, Preston alzó una ceja pidiéndole que continúe- Hace ya un largo tiempo tú y yo tuvimos algunos pequeños encontronazos... en uno de esos últimos yo recibí una noticia que marcó un antes y después en quien soy ahora

Trataba de alargar la conversación lo máximo posible para así evitar mencionar esa palabra de la cual no era merecedora, pues no le correspondía insultar de tal forma a una palabra tan bella como lo era aquella.

— Sloan, al punto -ordena Preston, con poca paciencia-

— Tuvimos una hija hace ya 9 meses -soltó de a poco, temerosa ante la reacción de su compañero de oficio, ex amante y padre de su hija. El, estaba anonadado, no era capaz de asimilar tal información-