Días después, Aleene y Demi ya estaban de regreso en Seattle discutiendo por las decisiones de la rubia.
— ¡Volveré al hospital! -grito Aleene dándole fin a esa estupida discusión-
Demi, no contenta con eso, comenzó a perseguirla por la casa recriminándole cosas del pasado y justificando por qué su decisión de volver al hospital era incorrecta.
— ¡Ya perdiste una familia por ese estupido hospital, no pierdas a quien realmente te ama por ello!
— No te atrevas a mencionar este tema, Bennett -ordena sería-
— Pues entonces piensa, cojones... Aleene, piensa en ti y piensa en mí -suplica- He estado contigo toda la puta vida, Aleene ¿Puedes por una única vez pensar en mí? ¿Acaso es mucho pedir? ¿No soy suficiente como para que me elijas por sobre algo?
Aleene se quedo en silencio, pues conocía lo importante que era en la vida de su pareja, y era gran conocedora de los problemas de dependencia emocional que poseía. Realmente, Demi era más que suficiente de lo que Aleene merecía, pero no sería capaz de aceptarlo por su orgullo.
— Vaaale... Veo que no importa si estoy o no -susurra triste la Australiana-
Se alejo a paso lento de la rubia, quien ignoro su apenas audible llanto, se metió a la habitación y armo sus maletas con la esperanza de que quien creía era el amor de su vida fuese a detenerla, pero no ocurrió. Una vez en la puerta del departamento, Aleene levantó la mirada y vió como se marchaba, no la detendría.
— No te retendré ¿Lo sabes, cierto? -pregunta la rubia-
— Realmente, Aleene, no espero que lo hagas... ya no espero nada de ti -suelta, rompiendo los sentimientos de Sloan- Me has demostrado que jamás estás conforme con lo que se te dé y que te gusta quien no le importas... Yo no soy para ti, pues, siento un mar de emociones positivas por ti y daría mu vida por una estupida sonrisa de tu estúpidamente hermosa cara, pero a ti no te interesa y no te obligaré a que lo haga -responde Demi, mientras lágrimas de dolor rodaban por sus mejillas-
— Me gustaría que te quedes aquí, es nuestra casa
— No -niega- Es tu casa... no hay un nosotras, ya no queda nada entre tú y yo -sentencia-
— ¿Me estas dejando? -Demi asiente- ¿Demi Bennett, me estas dejando? -vuelve a preguntar incrédula- Pues, fijate que yo no quiero... te quedas aquí conmigo -finaliza-
Demi lo dudo un rato largo, Aleene se veía segura con sus palabras y la Australiana no era capaz de resistirse a ese cabello platino, ojos azules y esa piel pálida que la hacía lucir como una muñeca de porcelana.
— Me quedo -se rinde cuando vió que Aleene comenzaba a sacarse la ropa y quedar en encaje negra-
Aleene soltó una carcajada fuerte, ese truco jamás fallaba. Aunque era totalmente consciente del tipo de manipulación que estaba ejerciendo sobre Demi, no le importaba, solo le bastaba que se quedara a su lado y haría lo imposible por conseguirlo.
El día transcurrió normal, a la mañana siguiente Aleene se preparó y se fue al hospital a recuperar su puesto de trabajo. Tenía un poco de miedo, luego de tanto sin ejercer, lejos de sus amigos y su lugar, se sentía nerviosa y comenzaba a arrepentirse de su decisión.
— Alie, me alegra que estes devuelta -sonríe Callie-
— Me alegra volver...
— Oye, el otro día vino un hombre a preguntar por ti... dejo una nota -comenta la Ortopedista-
Caminaron juntas hasta recepción y pidieron la carta de Aleene. Callie se despidió y le dio su espacio para leerla a solas, pero la rubia rechazó la idea de hacerlo. Su primer día de nuevo fue tranquilo, conversó con algunos amigos y se cruzó varias veces a Addison, quienes se ignoraban mutuamente.
Addison pov
El diablo en tacones estaba de nuevo, caminaba por los pasillos del hospital meneando su cadera de diablo y portando su cara de ángel. Entre medio de su descanso se topó con Callie, quien se sentó a su lado a tomar un café.
— Estoy abrumada -suelta Addison agarrándose la cabeza-
— Suéltalo -ordena la morena-
— Aleene esta de nuevo... Es una maldita perra ¿Has visto su cara? ¿Su estúpida y perfecta cara? ¿Y sus caderas? ¡Son curvas peligrosas que conducen a la muerte segura! -exclama estresada-
— ¿Qué es lo malo en todo esto? -pregunta Callie sin entender-
— ¡Que también esta Mark! ¡Estúpidos y perfectos Sloan's! -grita Addison, Callie hizo una cara de sorpresa- Tienen cara de ángel y caderas de diablo, es el gen Sloan
Aleene y Mark escuchaban atentamente la conversación de Addison y Callie, mientras que la morena intentaba que Addison se mantenga en silencio, pero no fue posible
— ¿Quieres volver a tomar estas curvas peligrosas, bonita? -susurra Aleene sobre el oído de Addison, volviéndola loca-
Mark, las observaba a la distancia pues se había jurado firmemente que se alejaría de Addison para lograr que su hermana cumpla al fin su sueño de ser feliz junto a ella.
Addison se levantó de su asiento, tomó a Aleene del cuello de su bata y la arrastro al interior del hospital. Esa misma noche, mientras Demi dormía Aleene recapitulaba lo que había sucedido con Addison. Perdida en la oscuridad de la noche, con los recuerdos de los gemidos de Addison y los leves cantares de los grillos, se decidió a leer la carta que Duncan había dejado para ella, temiendo lo que podría contener. Comenzó a leer lo que decía y poco a poco las lágrimas se implantaron en sus ojos
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𝐆𝐞𝐧 𝐒𝐥𝐨𝐚𝐧
Fanfiction- Cara de ángel y caderas de diablo, es el Gen Sloan... Addison Montgomery x oc femenino