Capítulo 36

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______ estaba acostada en su cama, distraída.

Sentía la brisa del viento recorriendo su cuerpo, lo que le provocaba ocasionales escalofríos, pero no cerró la ventana.

La nieve caía con fuerza afuera, y ella solamente miraba por la ventana, ignorando el alto riesgo de enfermarse.

Félix tocó la puerta, unos segundos antes de entrar al cuarto, y temblar.

  - Mierda, ¿no tienes frío?

Se acercó, y cerró las puertas que daban al balcón en el cuarto de la chica.

Se sentó al lado de ella, que no hablaba en absoluto.

  - ¿Pasa algo?

La chica sacudió la cabeza, en una respuesta negativa. Le dolía la cabeza, y se estaban cruzando destinos tan extraños por su cabeza, que no le permitía pensar con claridad.

  - Nada, sólo estoy distraído supongo.- respondió.

Él asintió, y le colocó la cobija encima, antes de salir de la habitación y cerrar la puerta.

Intentó cerrar los ojos, dormir para evitar las tantas visiones que se cruzaban por su cabeza, sin éxito alguno, sólo las veía más vívidamente.

Se puso de pie, y abrió de nuevo las puertas del balcón. Se sentó en una de las sillas dispuestas ahí, ignorando lo fría que estaba.

Longg notó su estado, y frunció un poco el ceño.

  - Deberíamos ir a patrullar, ya sabes, la nieve podría causar algo.- comentó.

_______ lo pensó apenas unos segundos, antes de sonreírle y asentir.

.     .     .

Brincó por los techos de algunas casas, con un tanto de aburrimiento al cabo de 10 minutos. Sin embargo, siguió, revisando las calles en busca de cualquier persona que necesitara ayuda por la tormenta de nieve.

En cuanto llegó a la torre Eiffel, se apresuró a subir hasta la punta, con la intención de ver toda la ciudad, lo que fue inútil. El viento y la nieve era tan densa, que no permitía ver mucho.

Se sentó en el mirador, con calma. No tenía frío, y solamente permaneció ahí un momento hasta que escuchó unos pasos ajenos, que sonaban sobre el metal de la torre.

Volteó, alerta, intentando enfocar entre la nieve, para por fin mirar unas orejas negras entre el aire, y un pelo rubio.

Se relajó, y le sonrió al chico que por fin la miraba, con una sonrisa dibujada en su rostro.

  - Lady Yukio.- saludó, sin antes hacer una reverencia. Ella lo imitó, y se puso de pie.

Se acercó a él, y tomó su mano, y puso la otra en su rostro, sintiendo la calidez de él. Finalmente, lo besó.

Unas imágenes revueltas del pasado y futuro del héroe se revolvian en su cabeza. sin embargo, las ignoró, mientras miraba el rostro del rubio entre la nieve torrencial.

Se sentaron al filo de la torre, quizá esperando ver algo, en vano. Las ráfagas de viento y nieve bloqueaban la vista.

No les importaba mucho. Estaban más disfrutando de la presencia del otro, más que lamentando el clima.

Yukio recargó su cabeza en su hombro, y cerró brevemente los ojos, para volverlos a abrir por la cantidad de imágenes confusas y rápidas que pasaban por su mente.

Ignoró el punzante dolor de cabeza que comenzaba a presentar, y abrazó a Chat por la cintura.

Él la miró, sorprendido, para luego sonreírle y abrazarla también.

El dolor comenzaba a volverse insoportable. Llevó sus manos a su cabeza, intentando ejercer presión para que dejara de doler, algo que no pasó desapercibido.

  - ¿Todo bien?

La ayudó a ponerse de pie, preocupado.

  - No, creo que necesito descansar.

El ojiverde la sostuvo del brazo, con una mueca.
 
  - Vamos, te llevo a tu casa.

.     .     .

Estaba acostada en su cama, de mal humor. No podía dormirse, un montón de imágenes futuras se cruzaban por su cabeza. Y despierta, le dolía horriblemente.

Se sentó por fin, y cerró los ojos mientras intentaba concentrarse. Prefería verlo en ese momento que soportarlo por un buen rato.

Al cerrar los ojos, comenzó a ver las imágenes, como iban pasando lentamente ante ella.

Una boda, un hombre rubio que sonreía con felicidad.

Adrien Agreste.

Ella misma esbozaba una sonrisa, miraba el público, buscando a alguien, y su madre la miraba con una sonrisa.

Extrañamente, el padre de Adrien no se encontraba ahí, pero Nathalie los miraba también sonriendo.

La escena desapareció, para dar paso a la imagen de un niño pequeño, moreno, con un pelo rizado y ojos miel.

El tiempo volvió a retroceder. Y la mostró a ella en su habitación.

Luego, la imagen se movía por todo el departamento, y se mostró en Félix.

Él crecía, iba a la universidad. Estaba en su apartamento, mirando una invitación a una boda, una escena que ella ya había visto.

Los nombres de esta ahora estaban claros, Adrien Agreste, y ella misma.

Félix no asistía.

Y por fin, otra escena, pocos días después. Tirado, con una herida en su cuello. Su propia sangre lo había manchado, y había un charco alrededor de él en un suelo blanco.

______ sacudió la cabeza, horrorizada.

Pero no podía huir.

Luchaba por abrir los ojos, pero falló.

Otras imágenes aparecieron, eliminando la oscuridad.

Estaba ella, en el presente, con Félix. Tomados de la mano.

Más adelante, una boda con él, una familia, una vida larga.

Pero en su mente sólo podía ver una pregunta.

¿Y Adrien?

Todo lo que había visto se desvaneció, y el chico apareció ante sus ojos.

Triste al inicio, serio después. Crecía,y su rostro nunca abandonó esa expresión de seriedad.

Por fin logró abrir los ojos.

Y ya sabía lo que tenía que hacer.














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⏰ Última actualización: Jan 24, 2023 ⏰

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ɢɪᴠᴇ ᴜ ᴇᴠᴇʀʏᴛʜɪɴɢ ᴀɴᴅ ᴍᴏʀᴇ -      Adrien Agreste y LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora