La chica abrió los ojos, un poco mareada. Se había despertado por ruidos en la cocina, una manera no muy agradable de despertar. Una vez más atenta, escuchó unas animadas voces en la cocina, lo que le sorprendió. Para empezar, sólo estaba Félix, y él no era animado.
El nombre de su amigo llevó a un par de recuerdos de la noche anterior. Sonrió brevemente, antes de bajar de la cama y ponerse una camiseta y un short para salir a la sala.
- Buenos dí.....- saludó, antes de percatarse de la presencia de su madre en la sala.
- ¡Hola! Por fin despiertas, cielo.
Miró automáticamente a Félix en busca de respuesta, quien sólo se llevó un dedo a los labios, indicando silencio.
- Gabriel me dió un rato libre.- comentó la mujer, mientras miraba al joven cocinar, y luego a su hija.- Dios mío, ¡ya cámbiate para la escuela! Se le va a hacer tarde, y...
- Sí, voy mamá.- le dió un beso en la mejilla e intercambió significativas miradas con el rubio, antes de regresar a su habitación.
Tomó un baño rápido, y se puso una sudadera y jeans antes de volver a la cocina.
- ¿Y qué tal está tu madre, Félix? Espero la hayas llamado desde aquí.
- Sí, la he llamado. ¿Pimientos?- preguntó, antes de añadirlos a la satén después de ver el asentimiento de la mujer.
- Félix, tenemos que irnos o llegaremos tarde anunció ella, mientras tomaba su mochila y celular que había dejado en el sillón.
El chico asintió, antes de poner las verduras salteadas y el arroz que había preparado en dos recipientes, y ponerlos en su mochila.
- Me encantaría quedarme a charlar señora Monroe, pero tenemos que ir a la escuela.- se excusó el adolescente mientras guardaba sus cosas.- Puede almorzar lo que cociné.
- Eres muy amable. No lleguen tarde, ¿de acuerdo?
Ambos chicos asintieron, antes del apartamento con prisa. Bajaron las escaleras casi corriendo, hasta llegar a la acera. Caminaron rápido, con esperanza de llegar a tiempo a la estación del metro.
- ¿Y qué tal dormiste?- preguntó el rubio, con la mirada fija en el camino.
Ella lo pensó un poco antes de responder. Frunció un poco los labios, antes de hablar.
- Bien, ¿qué hay de ti?
- También dormí bien.
Bajaron con una velocidad increíble las escaleras dirigidas al subterráneo, antes de subirse al metro con prisa en medio de el mar de gente, que intentaba llegar con prisa, igual que ellos.
Una vez en el metro, suspiraron con calma, y se sonrieron mutuamente.
Estaban envueltos en un silencio incómodo, ninguno quería siquiera comentar lo sucedido la noche anterior. Era algo vergonzoso.
Después de unos minutos, llegaron a la estación y bajaron con prisa, casi corriendo. Iban realmente tarde.
- Corre Félix, no me importa que sudes tu ropa Louis Vuitton.- murmuró, bajando la velocidad, ya que el rubio se quedaba atrás.
- No te importa porque no la pagaste.- respondió en un murmullo el chico, negando con la cabeza.
Llegaron 10 minutos tarde, y corrieron hasta su aula, rezando por qué les dejaran entrar.
Tocaron la puerta, la chica cruzando los dedos detrás de su espalda. La amable maestra abrió la puerta, mirándolos con sorpresa.
-¿Durmieron hasta tarde?- pregunto con una sonrisa burlona en el rostro, mientras el resto del salón reía.- Pasen, chicos.
Con un suspiro de alivio, entraron para sentarse en sus respectivos asientos, uno con Lila y la otra con Park, mientras la clase continuaba.
- ¿Tú y Félix realmente tuvieron.... algo?- preguntó el coreano, mirándola mientras ella acomodaba sus cosas.
Ella se mantuvo en silencio, antes de asentir discretamente mientras su amigo contenía la risa.
- ¡Carajo!- río por lo bajo, mientras lo miraba.- Sean más discretos, llegar juntos a la escuela no los ayuda.
- ¡Vivimos juntos! ¿Cómo quieres que evite eso?
Murmuraban, sin notar que un pequeño kwami negro les escuchaba, con una sonrisa.
. . .
- Adrien, tengo muchas cosas que contarte.- empezó el kwami, mientras el portador se lavaba las manos.
- Si es sobre quesos, realmente no me...
Plagg negó con la cabeza, y sonrió.
- Es sobre _________.
Adrien giro la cabeza, interesado, indicando que quería que continuara.
- Hablaba con ese amigo suyo, el asiático, quién le pregunto si había tenido algo con Félix. ¿Y adivina qué le dijo?
- ¿Que no?- respondió Agreste, bastante seguro de su respuesta.
- Dijo que sí. Y eso no fue todo.- ronroneó el pequeño gato, señalando su celular.
En cuanto el modelo lo prendió, estaba un vídeo de una entrevista a Félix y ________, al parecer en la calle.
"¿Usted y Adrien Agreste son pareja?"
" No lo son, porque ella es mi novia."
El rubio parpadeo un par de veces, entre confundido y herido.
- No comprendo, ¿entonces por qué me besó?- dijo, mirando a su kwami.
- No lo sé, pero puedo seguir investigando.- ofreció, un poco arrepentido al ver la reacción de él.
- No lo hagas.- respondió, molesto.- Que haga lo que quiera.
Salió del baño, apresurado, y seguido por un arrepentido Plagg.
En el patio, los murmullos seguían, dirigidos hacía él y la chica con quién se había besado, que estaba a un par de metros de él, riendo con su mejor amigo.
Se acercó a ella, y le tomo el brazo.
- ¿Podemos hablar?- pidió, serio.
- Claro.- despidió con un gesto a su amigo, y lo siguió hasta el aula vacía, a causa de el recreo.Se sentó en el escritorio, esperando lo que tuviera que decir, mientras que el ojiverde daba vueltas enfrente de ella, pensando.
- Ambos sabemos que el beso que nos dimos para Vogue fue... espontáneo. No estaba planeado, y ambos lo deseábamos.
Ella asintió, sin decir nada. No entendía realmente hacia donde iba ese tema.
- Y vi como Félix se molestó, pero no le hiciste mucho caso. Pero he escuchado un par de cosas.... extrañas.- pausó durante un momento, y la miró a los ojos.- ¿Hay algo entre tú y él?
Ella parpadeó rápidamente, un poco sorprendida. No tenía idea de como él se había enterado de cualquier cosa.
- No tenemos nada oficial.- dijo al fin.- Pero hay una probabilidad de que pronto lo haya. Creí que habíamos dicho que no éramos nada más que amigos, Adrien.
La chica se puso de pie, y lo miró de nuevo.
- Pon en claro tus sentimientos antes de reprocharme si ando con alguien.- dijo, mientras salía del salón.
ESTÁS LEYENDO
ɢɪᴠᴇ ᴜ ᴇᴠᴇʀʏᴛʜɪɴɢ ᴀɴᴅ ᴍᴏʀᴇ - Adrien Agreste y Lectora
ספרות חובביםTodo está predestinado, planeado incluso antes de que puedas decidir. El destino nunca se ha roto, y es poco probable que pase. Lo destinado era el amor entre el superhéroe Chat Noir y la súper heroína LadyBug. Y aquí fue la primera vez que el desti...