Capítulo 18 (Cerca del fin)

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Dos semanas después

Hope bostezo escuchando a la profesora dar las indicaciones sobre un nuevo proyecto. Trato de seguir el ritmo de las indicaciones.

Pero estaba demasiado ausenté para lograrlo por completo. No quería estar en ese aburrido salón de clases, lo único que deseaba. Era estar con Clarke. Cuidarlo y besarlo... Extrañaba tanto besarlo. Pero no era posible, Clarke no la quería ver, menos escuchar. ¿Entonces como se iban a reconciliar?

Miro a Josie quién estaba atenta a la profesora, Josie siempre era así. No en vano era de las mejores de su clase.

Luego miro a Lizzie quién se notaba aburrida, pero tratando de presentar atención, resulta que ser hija de los directores, solo hizo al castigo más severo. Repetir el examen completo solo fue el principio de un largo, largo semestre de castigos.

Miro a todos sus compañeros también, algunos distraídos otros prestando atención a la clase. Sebastián hasta el fondo del salón, quién no perdía oportunidad de ver a cada tanto a Lizzie. Otro de los muchos castigos impuestos a Lizzie fue mantenerse alejada de él. El profesor Saltzman decía que Sebastián era tan responsable como Lizzie por alterar los resultados de los exámenes, aún que no había tenido nada que ver en realidad.

Desvió la mirada al lugar vacío junto al novio de su amiga. Lo extrañaba, no lo había vuelto a ver desde aquel día en el hospital. Pero no significaba que no estuviera atenta a su recuperación. Fue cada día al hospital, estuvo atenta a la mejoría de Clarke. Hasta que hace un par de días, lo dieron de alta por fin.

Se topo con la mirada condescendiente de Penélope, quién la observó, mirando el lugar vacío de Clarke.

Ella mejor que nadie sabía el drama amoroso que tenia, Hope y su amigo. También lo mucho que sufrían, Josie no paraba de hablar de lo mucho que sufría Hope, por el rechazo de Clarke, Sabía que tenían reuniones de apoyo en la habitación de Hope, Josie y Lizzie. Se sentía un poco celosa, por el poco tiempo que pasaba con su novia.

Tampoco podía quejarse demasiado, no era como si tuviera mucho tiempo ahora que tenía que ayudar a Clarke, fue todos los días al hospital, y lo ayudo en cada cosa que pidió. Por suerte Sebastián también ayudaba. De lo contrario estaba segura que habría que tenido que mudarse de habitación. Para ser enfermera de tiempo completo.

Clarke estaba insoportable, desde que rompió con Hope, no paraba de decir cosas a medias, y que jamás se tomaba el tiempo para explicar. Siempre estaba de malas, y ahora desconfíaba hasta de su sombra. Sabía que algo tramaba su amigo, su intuición no fallaba, pero Clarke no tenía la confianza suficiente en ninguno de ellos.

Romper con Hope lo había transformado. Había vuelto a ser aquel chico que conoció la primera vez. Engreído, desconfiando. Obstinado, y que muy poco se preocupaba por los sentimientos de quien lo rodeaba. No lo culpaba, sabía que lo hacía para protegerse. No era un secreto para nadie, que siempre se sentía solo. Pero había algo que Clarke aún no entendía. Ya no estaba solo, la tenía a ella. También a Sebastián, casi podía jurar.

Hope rompió el contacto visual, volviendo a lo que hacía. Odiaba esa mirada en la gente. Así era como todos la veían después de la muerte de sus padres. Como un cachorrito perdido, solo, en una noche de tormenta.

Así se sentía, pero jamás dejaba que la gente la mirará con lastima. Ella era una Mikaelson. No podía derrumbarse, al menos no podía dejar que la gente lo notará.

—Trabajaran en equipos. Pueden organizarse en sus ratos libres.

Continúo la profesora, antes de borrar, todo lo escrito en el pizarrón. Todos comenzaron murmurar, hablando entre ellos, eligiendo compañeros casi de inmediato. 

Nunca más (Holarke) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora