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Un bello jardín, una pequeña casa, y un cariñoso amante era todo lo que Azure quería.. Y parecía que porfin lo había conseguido. Era difícil de creer el como un simple guardia como el había logrado enamorar a la persona más maravillosa en todo el mundo, a Rufuous.

Amaba el llegar a casa en la madrugada después de tener que cuidar de el pueblo durante la noche y ver a su prometido aún esperando por el, apesar de que tuviera que trabajar temprano esa misma mañana; Amaba el visitarlo mientras trabajaba, y hacerlo sonrojar con los coqueteos más cursis que se le ocurrian; Pero, sobre todo, lo amaba a el.

No sabía que había hecho para merecer esto. Para merecer perderlo.

Aquella noche tan solo está patrullando la ciudad como siempre, pensando en qué conseguir para su aniversario que sería en un par de semanas, cuando fue interrumpido por una pequeña conmoción en el centro de el pueblo. El ya había lidiado con vampiros, era básicamente su trabajo, a pesar de que los cazadores eran los que realmente debían encargarse de eso. No estaba asustado. Realmente no lo estaba.. Todo paso muy rápido. Sentía como sangre salía de todas las heridas que había recibido. No recordaba exactamente como terminó dentro de su hogar otra vez; una decisión de la que realmente se arrepintió tan pronto presenció cómo aquel maldito vampiro, Fallacy, arrancaba el brazo de su amado.
Cuando volvió a despertar, ya estaba en el calabozo. Rogó y sollozo mientras pedía que lo regresarán a su hogar, prometiendo que no le diría sobre la ubicación de el castillo a nadie y que se escaparía de aquel pueblo con su pareja, pero ninguna de sus plegarias fueron escuchadas. En cierto punto logro convencerlos de que lo volvieran un sirviente, aunque sentía que ya ni eso valía la pena. No lo valía cuando, aún si ahora podía moverse, no podría ver a la persona que más le importaba.

Recordaba el momento en el que llegó Encre, el como realmente había sentido algo de esperanza después de tanto tiempo, pero el escuchar las terribles noticias sobre la desaparición de Rufuous y el ver cómo su amigo poco a poco se iba debilitando hicieron que esa esperanza desapareciera nuevamente. Se sentía como un muñeco, que solamente hacia todo lo que debía de hacer, pero que no era capaz de sentir nada.

Extrañaba la calidez de su tacto, aquellas noches en donde solamente se abrazaban y hablaban sobre temas estúpidos, su sonrisa, su risa, su sonrojo. Incluso hasta las pequeñas peleas que tenía, y el como siempre se reconciliaban regalándose pequeños detalles el uno a el otro. Rufuous no merecía esto. El no merecía esto.

Realmente detestaba a Fallacy

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Intentaba calmar su respiración mientras miraba a su alrededor, sonriendo de una manera extraña. Definitivamente había perdido lo poco que le quedaba de sanidad. Volteando a ver el cuerpo de quién había matado, solamente pudo sonreír un poco más. Después de tanto tiempo como un prisionero, había logrado escapar, matando a la primera persona que había intentado detenerlo. A pesar de que no se había vuelto polvo, la sangre era la suficiente para pensar que moriría muy pronto. Aunque aquel chico le había caído bien, simplemente no lo pudo evitar.. Suave no debió de haberse interpuesto en su camino.

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Por cierto, Feliz año nuevo y Feliz navidad atrasada! XD

Las cosas cambian. (Fallacy x Encre)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora