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Soobin le dio una mirada desaprobatoria a Eunwoo por la pregunta, pero éste solo se encogió de hombros y le restó importancia.
—Entonces... ¿Si les contó sobre mi?—preguntó con una sonrisa el menor de todos. No iba a negar que se sintió un poco mal por lo que ese chico había dicho, sin embargo, el hecho de que Soobin les contara sobre él, lo emocionaba, pensar en eso era mejor que darle importancia a los malos comentarios.
Soobin frunció el ceño y lo miró sorprendido, ¿cómo podía sonreír por algo así? Es como si no hubiera entendido la pregunta, pero mejor así, no quería verlo desanimado.
—Este lugar es mejor de lo que pensé, incluso tienes una televisión—comentó Ni-Ki, cambiando el tema de la conversación.
—Obvio, es un pueblo, no el desierto, estúpido—respondió Soobin, rodando los ojos.
La risita de Yeonjun resonó ante tal respuesta, llamando la atención de todos en la mesa, y es que de cierta manera, Yeonjun les parecía un chico un tanto curioso e interesante, notaban su inocencia, y de alguna forma, molestarlo les parecía incluso divertido.
—Así que, Choi Yeonjun-habló Seonghwa—Los únicos en el pueblo, ¿cierto?
—Así es—asintió, juntando sus manos sobre su regazo con un poco de nerviosismo—Por eso muchos me conocen por aquí.
—¿Eres granjero o algo así? Tienes cara de que te gusta jugar con tierra y esas cosas—Euwoo preguntó, observando con una sonrisa la expresión confusa del menor.
—No... Yo solo estudio—explicó cortamente, sin saber exactamente cómo debía responder algo así—Pero tengo amigos que trabajan en granjas, es divertido a veces—sonrió tímidamente, notando las risas burlonas otra vez.
—Ya, muy divertido me imagino—agregó Eunwoo, viéndolo asentir—Dime, ¿hay algo bueno en este aburrido lugar para poder pasar el rato que no sea jugar con lodo o en la tierra?
Yeonjun lo pensó un rato y luego asintió repetidas veces.
—Tenemos una feria local, es un poco pequeña, pero en las noches ponen muchas luces de colores y hay música por todos lados—comentó con un toque de fascinación en sus palabras.
Soobin recargó su mentón sobre la palma de su mano y se dedicó a admirarlo mientras hablaba, cautivado con sus gestos y con la manera en la que sus ojos brillaban con emoción.
—De seguro se llena de puros pueblerinos—dijo de forma despectiva Seonghwa, obteniendo un empujón por parte de Soobin.
—Pues... Supongo que si—sonrió con timidez—Muchas personas trabajan vendiendo ahí porque se llena en las noches. Pero es muy divertido, se los prometo—levantó su mano derecha, tratando de convencerlos con sus palabras.
—Iremos esta noche, está decidido—habló Soobin, ignorando el disgusto en sus amigos—Tú irás con nosotros, Yeonjun.
—¡Acepto!—exclamó emocionado, enfocándose en nada más que en la sonrisa de Soobin frente a él.
