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Yeonjun llegó a su casa alrededor de las ocho y media de la noche, Soobin lo dejó justo en la puerta y tras despedirse con un corto beso en la mejilla, se adentró con rapidez, otra vez sintiendo su corazón agitado y su estómago cosquilleando

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Yeonjun llegó a su casa alrededor de las ocho y media de la noche, Soobin lo dejó justo en la puerta y tras despedirse con un corto beso en la mejilla, se adentró con rapidez, otra vez sintiendo su corazón agitado y su estómago cosquilleando.

—Junnie, creí que vendrías más temprano—le dijo su madre desde la sala cuando lo vio entrar, cenando junto a su esposo.

—¿En qué andas ahora, Choi Yeonjun?—preguntó su padre con cierta sospecha.

—¡No es nada!—negó con la cabeza repetidas veces, nervioso.

—El chico que te vino a dejar, ¿es Soobin?

Yeonjun se sonrojo, recordando automáticamente lo sucedido y corrió escaleras arriba, no iba a decirles a sus padres que se habían besado y que estuvo en una cita, lo molestarían por un buen rato.

La señora Choi rió por lo bajo mientras su esposo la miraba con una expresión confusa; su hijo había sido bastante obvio, pero ya no le diría nada al respecto, esperaría a que él mismo les contara, confiaba en eso.

Yeonjun se encerró en su habitación, aliviado por haber huído con éxito de ese interrogatorio. Encendió la luz y dio un pequeño respingo al encontrarse con Taehyun en su cama, usando pijama y con el celular en las manos. El mayor lo miró con desinterés y siguió en lo que estaba.

—Qué haces aquí? Me asustaste—se quitó los zapatos y los tiró, caminando hacia su armario para sacar su ropa de dormir.

—Lo de siempre—se encogió de hombros, tomando asiento sobre el centro de la cama.

—Pasas más tiempo aquí que en tu casa.

—Tienes razón—asintió lentamente—Pero también es cierto que tu mamá me quiere más que la mía, así que deja de quejarte y dime por qué vienes a esta hora.

Yeonjun esbozó una corta sonrisa y mordió su labio inferior para no gritar de la emoción.

—Salí con Soobin en una cita—tapó su rostro con ambas manos sin poder evitar sonreír.

—¿Una cita? ¿De verdad?—pareció más interesado, pegando sus rodillas a su pecho, atento—¿Y qué hicieron?

—Pues... Me regaló una rosa, me compró hamburguesas y vimos una película en el parque—sus ojos brillaron con clara emoción con cada palabra que decía.

—¿Solo eso?

—Es más que suficiente—hizo un puchero, metiéndose al baño para cambiarse de ropa—Soobin es muy lindo conmigo.

Un par de minutos después, salió del baño ya con ropa de dormir, en sus labios todavía estaba esa sonrisa llena de complicidad que obviamente, Taehyun notó e identificó.

—Hay algo que no me estás contando—dijo con seguridad, y claro que no se equivocaba, el sonrojo en las mejillas de su mejor amigo lo decían todo—Vamos, dime qué más—animó, haciéndose una idea del por qué, Yeonjun parecía avergonzado.

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