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Yeonjun había recuperado su peculiar brillo característico, o al menos la mayoría, luego de una semana más

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Yeonjun había recuperado su peculiar brillo característico, o al menos la mayoría, luego de una semana más.

Se encontraba sentado en una silla con ruedas cerca del escritorio de Soobin, empujándose con sus piernas para deslizarse distraidamente por todo el lugar mientras leía su libro favorito que estaba a punto de terminar.

Soobin suspiró sonoramente y dejó a un lado el lápiz que estaba utilizando, fijó su vista en Yeonjun quién seguía pasando a su alrededor, deslizándose con la silla y haciendo ruido sin prestar atención a su alrededor.

—Yeonjun—lo llamó, causando que se detuviera de golpe frente a su escritorio.

—¿Si?—respondió, acomodando sus anteojos para luego esbozar una sonrisa, pestañeando varias veces.

La expresión de Soobin se relajó en gran medida, viéndolo como si estuviera dentro de un trance, atrapado en esos bonitos ojos detrás de los anteojos que lo miraban con ese inigualable brillo en ellos, enmudenciendo en ese instante.

—Soobin~—volvió a hablar el menor, pasando su mano frente a los ojos del rubio para hacerlo reaccionar—Soobin, te congelaste—rió por lo bajo.

—Yo... Uhmm...—apartó la mirada, ocultando su sonrojo, ¿desde cuando, Yeonjun tenía ese poder en él? Cada vez le resultaba un poco más vergonzoso tener que cortarse de esa manera estando frente a él—Solo no hagas ruido, quédate quieto con la silla.

Yeonjun hizo un puchero y asintió, obedeciendo, quedándose al otro lado del escritorio.

—No, ven aquí, a mi lado—pidió, ofreciéndole la silla de Beomgyu que se encontraba vacía.

—¡Ya voy!—exclamó bajito sin poder contener su emoción, le encantaba estar cerca de Soobin y dejar que se sentara a su lado, era emocionante.

—Ahora, solo guarda silencio hasta que cerremos, ya casi es hora, ¿está bien?

Yeonjun asintió y abrió su libro, dispuesto a seguir con su lectura en silencio.

—Y cuando termine... Podemos ir a cenar algo, tú... ¿Quieres ir conmigo a cenar?—lo miró, notando la cercanía entre ambos estando en esa posición, poniéndolo ligeramente nervioso.

—¡Si, si, si!—asintió repetidas veces, moviendo sus pies con alegría—Una cita con Soobin~—canturreó sin dejar de verlo, notando como las mejillas del mayor se pintaban ligeramente de rosa.

—¿Una... Cita?

—Mjm—volvió a asentir—Mi primera cita.

—Pero... No preparé nada, se me acaba de ocurrir.

—No importa, me gusta lo que sea si eres tú—le sonrió dulcemente.

Soobin asintió sin estar muy convencido. Una cita con Yeonjun no debía ser así, tan simple y sin planificación, menos si sería su primera cita, pero ahora estaba tan emocionado que no podía cancelarla para que le diera tiempo de hacer algo mejor; tal vez tuvo que haberlo pensado antes, invitarlo a salir hace tiempo, pero lo había estado posponiendo gracias al drama de Taehyun y Beomgyu que parecía no haber terminado. Revisó disimuladamente el dinero en su cartera mientras Yeonjun estaba distraído con su libro y suspiró aliviado al notar que tenía dinero suficiente, se quedaría sin dinero por el resto de la semana, pero valía la pena.

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