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Otra vez el pulpo se encontraba detrás de las rocas en la bahía, otra vez mirando a la joven de cabellos castaños que sostenía con una coleta de caballo y ojos ____ tenia un vestido blanco y ligero al igual que una canasta que dejó a la orilla del mar para luego lanzarse al agua para nadar a las profundidades del mar, donde Azul metió la cabeza para seguir mirándola, vio como nado a esta construcción de red que parecía estar cuidando unas cajas sin tapa pero con una rejilla, levanto la red sacando una de estas y con dificultad nado a la superficie sin dejar que el contenido de la caja se cayera, siguió así hasta la última caja saliera de la superficie.
Ya arriba quitó la rejilla de la caja y con mucho cuidado sacó una ostra, parecía ser una granjera de Ostras analizó el pulpo, pero lo que le sorprendió que en vez de abrir al animal a la mitad para sacar su contenido, con un pincel estimuló al pequeño abriendo con cuidado su concha, y con unas pinzas con cuidado sacaste una perla azulada celeste de gran tamaño para después dejar al pequeño en otra caja que tenía agua de mar, dejando la perla tan brillosa en la canasta a su lado y así repitiendo el proceso una y otra vez, aunque había ostras que parecían más ancianas que cuando sintieron el pincel en vez de abrirse ya escupían la perla en la canasta.
Tu solo soltabas una risa - gracias señorita~ - miraste a la ostra y la dejabas en la caja mientras seguías tarareando y recolectabas las otras perlas.
El tritón no entendía porque se quedaba mirando a esa chica y su paciencia con tratar con tan pequeños seres, por lo general otros más grandes que ellos no les importa romper sus conchas y comer sus entrañas sin remordimiento alguno o solo usarlas una vez para sacar una perla y luego tirar el resto, por eso estaba fascinado, como reías cada vez que una ostra sacaba la perla hacia la canasta, como con cuidado sacabas una por una, revisando con cuidado su caparazón para ver si no tenía rupturas o percebes estuvieran pegandose a las grandes, para después que acabaras de sacar las perlas, con un cepillo te ponías a quitarle la suciedad de algas o sal en exceso que pudiera romper su cascarón y las preparabas nuevamente para llevarlas al mar donde con mucho cuidado volvías a poner una por una en la construcción de redes que era para proteger estos animalitos de depredadores, cuidabas de estos como si fueras consciente del dolor que sienten, pero a la vez para su comprensión lógica era un poco absurdo ya que había millones de ellos en el mar, y aun así ¿por que no quitabas sus ojos de estas acciones?
- ¿será por ella? - dijo en voz baja mientras se recargaba en la roca y veía como agarrabas la canasta y con una sonrisa llamabas a tu felino amigo y compañero, que salía de la cabaña a tus llamados.
- Grimm! grimm! mira, mira a las ostras les gusto mi canción, mira el tamaño de estas perlas - con una sonrisa te agachaste mostrando la gran canasta de perlas azul celeste, tan brillantes como hermosas.
- uh secuas con esto compraremos atún para un mes! - dijo emocionado el michi y tu solo reias.
- Grimm recuerda que tenemos tambíen que comprar madera para los huecos de la casa - dijiste sonriendo mientras el pequeño solo puso una leve cara de decepción - tranquilo cuando acabemos la casa te compro atún ¿si?-
- esta bien secuaz .. al menos va para sardinas si va a ver ¿no? - dijo Grimm y tu asentiste - YAY, andando, andando, quiero pescado- dijo emocionado el pequeño.
- Grimm primero tengo que bañarme y sacarme toda la arena, luego lavar las perlas, espera espera - dijiste animada mientras te sacabas el vestido blanco, estabas practicamente tu sola en la bahía así que no había problema de que alguien te viera, pero claro no sabias del espía en tus aguas que se sonrojo al instante al ver como te quitabas la ropa, haciéndose bolita en la roca incluso cambiando de color a esta por si lo cachabas, pero tubo que admitir que le gano la curiosidad y se asomo un poquito, pero habías entrado, decepcionándolo un poco.
