¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El Otoño llegó con sus hojas de colores y vientos fríos, Rook desde que pudo volar no paro, cada amanecer salió a los aires para explorar la zona, ver el mundo de afuera que nunca antes pudo ver ni tocar, cazar las presas que creyó que jamás podía atrapar, admirar la belleza de paisajes hermosos que se moría de ganas por mostrar a su pequeña tramposa, pero era peligrosa llevarla con él en esta epoca del año, las heladas rafagas que vienen desde el norte puede ser un verdadero problema a la hora de volar, era mejor esperar a que regresaran las cálidas brisas de la primavera.
Pero ya había sido suficiente de estirar las alas, ya la mañana estaba muy entrada y era hora darle un gran beso de buenos días a su tan amada esposa, por lo que regresó raudo y veloz a su mansión que es ahora el hogar de ambos, que así como Rook tuvo cambio en su actitud volviéndose más sonriente y genuinamente alegre, la estructura del lugar también tuvo un gran cambio, dejó de ser un edificio claustrofóbicos de pasillos oscuros y ventanas pequeñas a se tener grandes y espaciosos pasillos iluminados con luz natural por las que el cazador entraba y salía a sus anchas, un reflejo de cómo el ser de este torturado demonio se había llenado de luz y libertad.
Sin embargo el rubio sentía que la mansión estaba algo vacío, le faltaba algo todavía, algo para no se sintiera tan sola para él y su amada ____, tal vez algo pequeñito y tierno, como un pequeñín sonriente correteando y jugando por esos grandes…. Y que no sea Grimm.
Esas ideas cruzaban por la cabeza del enamorado cazador cuando entró por uno de los grandes ventanales y notando lo vacío del lugar, pero sonriendo para sí mismo cuando escuchaba la dulce voz de su esposa ser llevada por el eco del sitio, ya adivinando donde estaba, decidido darle una pequeña sorpresa, fue sigilosamente tras ella, hasta toparse en la cocina, a veces te gustaba hacer hogareñas como prepara el desayuno para ti, Grimm y Rook cuando volvía de sus paseos y no dejarle todo el trabajo a él, aunque lo hubiera hecho con magia.
El sonriente rubio se acercó poco a poco, con paso ligero, extendió sus brazos, estaba listo para atrapar a esta pequeña cervatilla incauta justo cuando iba a exclamar un gran “¡¡TE ATRAPE!!”...
-No te atrevas ni a pensarlo- Dijiste tranquilamente sin voltearte, terminado de servir los huevos fritos y el tocino en un plato, siendo el cazador el que se llevó una gran susto.
-¡Cómo lo supiste!- Exclamó sorprendido ¿Acaso perdió su talento para el sigilo por los años de encierro? Tenía que afinar sus habilidades de nuevo.
-Llevo el suficiente tiempo viviendo contigo como para no sentir cuando andas cerca- Dijiste ya sonriente mostrando el desayuno que preparaste -Para ti, espero que te guste-
-Como todo lo que preparas Ma chère femme, lo voy a adorar- Dijo ya regresando la sonrisa tomando el plato que le ofrecias y ya sentándose a la mesa de la cocina, pero esperandote para comer juntos.
-¿Cuando me que que significa esa frase?- Preguntaste sirviendote tus propios alimentos.
-¿Que frase Ma chère femme?- Pregunto de vuelta el rubio haciéndose el tonto.
