'Kinä: Siete'

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Después de días de vuelo sobre el vasto mar, finalmente avistaron tierra. Clementine, siempre bromista, no perdió la oportunidad.

—Tierra a la vista, capitán —dijo con una sonrisa traviesa, volviendo la vista a Jake.

—Clementine, calla —respondió él, aunque no pudo evitar devolverle la sonrisa.

El sonido de una alarma resonó en el aire, y todos comenzaron a lanzarse al agua. Al llegar a la arena, Clementine se estiró, agradeciendo el cambio de terreno tras tanto tiempo en vuelo. Neteyam, observándola desde su posición, no pudo evitar sonreír al verla. Mientras tanto, Neytiri, con su arco en mano, permanecía alerta.

—Hey, hey, por favor —pidió Jake, deteniendo a su esposa con una mano sobre el arco. Ella finalmente lo dejó en su Ikran, relajando su postura. Se tomaron un momento para prepararse antes de dar la bienvenida a los Metkayina, quienes ya los rodeaban con curiosidad.

—Bien portados —advirtió Neytiri a sus dos hijos menores, su mirada severa haciendo eco en las risas de Clementine.

—Sobre todo tú, seze —añadió Neytiri, refiriéndose a Clementine, quien puso una expresión exageradamente ofendida mientras todos intercambiaban sonrisas nerviosas.

—Hola —saludó Jake, extendiendo los brazos hacia los Metkayina que los rodeaban, tratando de mostrarse pacífico.

Uno de los Metkayina, de complexión fuerte y mirada penetrante, se abrió paso a través de la multitud, sus ojos deteniéndose en Clementine. La joven le devolvió el saludo educadamente, aunque pronto sintió cómo Neteyam la tomaba de la cintura, acercándola más a él, una clara señal de protección. El joven Metkayina, al darse cuenta de este gesto, apenas rodó los ojos, fastidiado, pero no dijo nada.

—Mira, ¿qué es eso? —dijo una voz juvenil detrás del líder. Un joven Metkayina, de tamaño notablemente más bajo que los demás, señalaba la cola de los Sully, riéndose con burla.

—¿Se supone que eso es una cola? —añadió otro, su tono lleno de desprecio.

Clementine sintió el calor de la ira ascender rápidamente por su pecho. Apretó los dientes, dispuesta a responder con un gruñido que ya se formaba en su garganta, pero Neteyam apretó su mano suavemente, transmitiéndole calma. La advertencia silenciosa fue clara: "No vale la pena". Aunque Clementine lo miró con molestia, respiró profundo y optó por mantener la calma. Lo último que quería era complicar las cosas aún más.

Mientras tanto, Lo'ak, quien se había mantenido más callado, tenía la mirada fija en una joven Metkayina que se encontraba entre el grupo. Parecía especialmente cautivado por ella. Neteyam, notando la fijación de su hermano, le lanzó una mirada burlona. Neytiri y Clementine intercambiaron una sonrisa silenciosa, entendiendo lo que ocurría, aunque el ambiente seguía cargado de tensión por la hostilidad no disimulada de los anfitriones.

—Es muy pequeña, ¿cómo nadan con eso? —dijo Rotxo, el joven Metkayina de baja estatura, señalando con desdén las colas de los Sully.

—Ya basta, Rotxo. Aonung —intervino una joven Metkayina, quien golpeó las manos de los muchachos para callarlos, mientras su mirada se desviaba hacia Lo'ak.

—Hola —dijo Lo'ak con una sonrisa, sintiendo la atracción inmediata. La joven sonrió tímidamente, evitando el contacto visual.

Mientras la interacción entre Lo'ak y la chica continuaba, Neteyam y Clementine intentaban mantener la calma. Neteyam estaba tentado a burlarse de su hermano, pero solo apretaba suavemente la mano de Clementine para contenerse. Clementine, por su parte, se mordía el labio para no reírse, divertida al ver a Lo'ak en esa situación. Mientras lo hacía, acarició su vientre de manera instintiva, sintiendo la vida dentro de ella.

Avatar | Neteyam Sully |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora