Avatar | Neteyam Sully |

Nueve

Han pasado varias semanas desde que la familia Sully llegó al clan Metkayina, y Clementine ha estado lidiando con fatiga y debilidad, lo que ha preocupado especialmente a Neteyam. Hoy, Clementine fue a ver a la Tsahìk, Ronal, para una revisión debido a su condición. Ronal la revisó y descubrió que su cría estaba tomando más energía de lo normal, lo que explicaba su agotamiento.

—Clementine, tu cría está hambrienta, por eso te ves tan cansada y débil. Como es tu primera cría, es normal, pero necesitas alimentarte mejor. De lo contrario, tu vientre no se desarrollará como debería —dijo Ronal, mientras tocaba suavemente el vientre de Clementine, causando que ella se preocupara.

—¿Qué debería comer entonces? —preguntó Clementine, claramente ansiosa.

Ronal se levantó y buscó una canasta llena de algas y otros alimentos que Clementine no reconocía.

—Toma esta canasta. Estas algas te ayudarán a nutrir mejor a tu cría. Ya no estarás cansada ni débil, y tu vientre crecerá como debería. Ahora descansa y come estas algas —le indicó Ronal con una sonrisa tranquilizadora.

—Muchas gracias, Tsahìk. Gracias, hì'i —respondió Clementine, agradecida, mientras miraba también el vientre de Ronal, ahora sintiéndose más esperanzada.

Con la canasta en mano, Clementine regresó a la tienda de la familia Sully, donde fue recibida por una Tuk emocionada y una Neytiri sonriente. Clementine explicó lo que le dijo Ronal, y aunque Neytiri parecía un poco preocupada, se mantenía tranquila. Sin embargo, Tuk malinterpretó la situación, pensando que Clementine y su bebé estaban en peligro mortal, y salió corriendo para avisar a sus hermanos.

—¡Tuk, espera! —intentó llamarla Clementine, preocupada, pero Neytiri la tranquilizó.

—Déjala. Solo está asustada. Come las algas, te harán bien —dijo Neytiri, mientras Clementine comenzaba a probar los alimentos recomendados por la Tsahìk. Al poco tiempo, Clementine sintió una mejora inmediata en su energía y decidió salir a dar un paseo.

Tomando un pequeño bolso con comida y algas, Clementine nadó acompañada por su Ilu. El animal jugaba alrededor de ella, lo que la hacía sonreír. Cuando otro Ilu se unió al juego, Clementine decidió subir a una roca cercana. En su intento, se hizo un pequeño corte en la mano, pero logró llegar a la cima, sentándose a disfrutar del paisaje mientras comía.

Estaba disfrutando de la tranquilidad cuando Neteyam apareció con su propio Ilu. Se sentó detrás de ella, abrazándola suavemente y colocando sus manos sobre su vientre.

—Aquí estás... gracias a Eywa —dijo Neteyam, visiblemente aliviado. Su Ilu fue a jugar con los otros, pero él mantuvo toda su atención en Clementine.

—Solo estaba nadando y ahora estoy aquí, comiendo mientras miro a los Ilu jugar —dijo Clementine con una sonrisa, pero al girarse, vio la preocupación en el rostro de Neteyam.

—Tuk me contó lo que te dijo la Tsahìk... Me asusté mucho —confesó Neteyam, claramente preocupado.

Clementine sonrió ligeramente al escuchar lo que Tuk debió haberle dicho.

—Bueno, tu hijo es muy hambriento. Está tomando más de lo normal, y como es mi primera cría, es normal que esté cansada. Solo debo alimentarme mejor. La Tsahìk me dio una canasta con alimentos que me ayudarán, y pronto mi vientre estará como debería estar. Mientras siga comiendo bien, estaré bien —explicó Clementine, calmando los temores de Neteyam.

Neteyam suspiró aliviado, pero aún con una sonrisa afectuosa en su rostro.

—Esa niña... Me asustó y mucho —dijo Neteyam, soltando una pequeña risa antes de inclinarse frente a Clementine. Colocó sus manos nuevamente en su vientre, observándolo con ternura.