Avatar | Neteyam Sully |

'Tsìng: Cuatro'

°Clementine°

Al abrir los ojos, Clementine se encontró en el Árbol de las Almas. El suave viento de Pandora acariciaba su piel, pero el aire estaba cargado de tensión. Miró a su alrededor y vio a Neytiri, Mo'at y Tsu'tey observándola con preocupación. Lentamente, se sentó, y los tres se acercaron. Neytiri fue la primera en romper el silencio, su voz temblaba levemente.

—Tengo miedo de perderte, como perdí a mi padre —dijo Neytiri, con los ojos brillando de tristeza.

Tsu'tey, ahora Olo'eyktan, permanecía en silencio, pero su postura firme dejaba claro que asumía con seriedad su nuevo papel de líder.

De repente, una sombra gigantesca oscureció el cielo. Toruk, el majestuoso depredador volador, descendió entre la multitud. La gente se llenó de miedo hasta que vieron al jinete que lo montaba. Era Jake Sully. Con paso decidido, Jake se abrió camino entre los Na'vi, cada uno de sus movimientos irradiando autoridad. El pueblo lo observaba con asombro, reconociendo al Toruk Makto.

Jake se detuvo frente a Neytiri. Sus miradas se encontraron, y con una suavidad inesperada, Neytiri habló.

—Te veo —dijo ella, con una mezcla de amor y respeto.

—Te veo —respondió Jake, devolviéndole el gesto con igual sinceridad.

Mo'at, al lado de Clementine, observaba en silencio antes de acercarse a la joven. Su mirada era grave cuando susurró:

—Grace está herida. Necesitamos la ayuda de Eywa.

Grace no logró sobrevivir.

Clementine sintió como si el suelo se desmoronara bajo sus pies. No quería creerlo, no podía. Pero la confirmación llegó cuando Neytiri, con manos temblorosas pero firmes, le quitó la máscara de oxígeno. La desesperación inundó a Clementine. Las lágrimas rodaron por sus mejillas mientras un grito de dolor desgarrador escapaba de sus labios, resonando en el claro.

Jake fue el primero en reaccionar, abrazando a Clementine con fuerza. Neytiri también se acercó, uniéndose al consuelo mientras las tres figuras compartían el peso de la pérdida. Aunque su corazón estaba destrozado, Jake sabía que no había tiempo que perder. Con determinación, se levantó y le pidió a Tsu'tey que tradujera su discurso para el pueblo.

Tsu'tey aceptó, y Jake habló con el fuego de la convicción. Pidió a los Omaticaya que se unieran a él para luchar por su hogar, por su gente. Su mensaje era claro: la supervivencia de su mundo estaba en juego. Inspirados por el Toruk Makto, el pueblo respondió con valentía y decisión.

Pronto, otros clanes comenzaron a llegar al Árbol de las Almas, convocados por el llamado de Jake. El cielo de Pandora se llenó de guerreros listos para defender su tierra. Clementine se mantuvo al lado de Jake mientras el ejército se reunía, sintiendo la presión del destino que se avecinaba. Toruk reposaba cerca, observando el horizonte con sus ojos penetrantes.

—Jake, debemos ganar por Grace —dijo Clementine con voz temblorosa—. Ella querría que protegiéramos al pueblo.

Jake la abrazó con su brazo, intentando tranquilizarla.

—Lo sé, Clem. Pero no quiero que mueran... son mi familia —respondió él, con la voz teñida de preocupación.

—Oye, estaremos bien. Ganaremos. Somos guerreros —dijo Clementine con una mezcla de determinación y temor—. Y tú estarás aquí para proteger el Árbol y a los niños, junto con Mo'at —agregó, aunque sabía que no iba a quedarse atrás.

Jake la miró, sabiendo lo que venía.

—Eres una niña, Clementine —dijo Jake suavemente—. Tienes toda una vida por delante. No puedo perderte también.