capítulo tres.

3.7K 452 34
                                    

Ambos chicos ya habían llegado al departamento y todas la cajas había llegando en perfecto estado para la buena suerte de Taehyung. Entre dos personas era más fácil llevar las siete cajas que aún faltaban por subir.

Cuando Jungkook entró a la habitación? se sorprendió por la gran cantidad de cosas que habían ya dentro de ellas. En la mayoría eran cajas abiertas con cuadros y telas, pero dentro de esa ya habían muebles personales, como escritorios que probablemente Taehyung ya había traído, y bastantes bocetos de pinturas que faltaban por terminar.

—Ignora este desorden —comentó apenado—. Apenas llevo dos días tratando de mudarme.

Bueno. Eso era entendible. La habitación era bastante grande, casi igual que la suya y muy bien cuidada. Se podría decir que ese edificio era para residentes que contaban con una buena posición económica. Por lo que el espacio y el cuidado de las habitaciones era impecable.

—¿Eres algún tipo de pintor o artista? Veo muchos cuadros y bocetos por aquí —el azabache no se aguantó la tentación de preguntar.

Taehyung rió y se encaminó a unos enormes cajas que tenía en las esquinas. Eran tan grandes que incluso tenía un pequeño banco para subirse a cada una de ellas y recoger lo que contenía cada una de ellas.

—Soy diseñador gráfico y trabajo para una de las mejores empresas de publicidad de Seoul. Aunque también me dedico a la pintura. Ven acá, quiero mostrarte esto.

Jungkook obedeció y dejó las tres cargas en una pequeña mesa, acercándose. Esta vez, Kim se subió a la pequeña silla y se agachó para poder alcanzar el contenido dentro de la caja, al parecer, aún le faltaba altura, o quizá era porque los artículos que quería sacar estaba muy al fondo de la caja, pero aún así, Taehyung tuvo que estirarse y pararse aún más de puntillas, logrando que solo la mitad de su cuerpo quedara dentro.

Solo se trataba de un acto inocente. Algo que el nuevo vecino de piso quería mostrarle y así tener algún tema de conversación para hablar y crear una amistad.

Un maldito acto inocente. Se repitió Jeon.

—Supongo que debe ser alguna de tus pinturas, ¿no? —preguntó nervioso, tratando de enfocarse en otra cosa.

—Es algo más genial que eso —escucha su respuesta tranquila—. ¡Pero fue uno de mis mejores diseños! Estoy seguro que lo reconocerás.

Pero el azabache tenía una lucha mental en esos momentos. Era imposible no dirigir su mirada a esa perfecta vista que tenía delante y solo para él. Un perfecto y redondo trasero que bien podría pensar que se le estaba ofreciendo. Taehyung tenía la mitad de su cuerpo metido en aquella caja, rebuscando lo que fuese que quería mostrarle, mientras que la otra mitad sobresalía hacia afuera, dejando como resultado una buena vista.

Jungkook quiso desviar su mirada y enfocarse en algo que no fuese ese descarado y no intencionado -quizá- ofrecimiento de su vecino. Pero su mente sucia le jugó una mala pasada, y en un segundo recordó todos esos porno donde la protagonista quedaba atascada estúpidamente en algún tipo de pared y luego era follada con solo la mitad de su cuerpo que sobresalía.

Lo cual era excitante si se lo preguntaban. Pero no era justo pensar en eso justo cuando tenía el perfecto culo de su vecino mostrándose más suave y tocable que nunca.

—Ahora que lo pienso, ¿Para qué empresa trabajas? —pregunta Jungkook tranquilamente.

Pero por dentro hasta contaba del uno al diez despacio para evitar cualquier pensamiento sucio.

—Probablemente no la hayas escuchado pero si hayas visto sus trabajos —ríe, dando un pequeño movimiento de cadera que hizo a Jungkook suspirar pesadamente—. Se llama flowdotasian, se encarga de muchas marcas importantes.

Diablos, eso ni siquiera le importa a Jeon. Asiancomosellame. No le ha puesto atención lo suficiente, no cuando todo su enfoque está ahora en la apenas y visible tanga que se le marcaba desde el pantalón. No sabía si era de encaje o tela lisa, de lo que sea que esté hecha, sin embargo, seguía marcándose ligeramente y eso tenía a su miembro despertando.

«Mierda, esto no me puede estar pasando. No ahora, joder»

Pero el solo hecho de pensar que tenía a su nuevo vecino en aquella posición sugerente, que podría agarrarlo desprevenido y follarlo justo así, lo ponía demasiado caliente. Tanto que Jungkook no tuvo de otra que fingir para salir de esa situación.

—Creo que será para después, Taehyung. Aprecio tu tiempo, pero recordé que tengo una cosa importante por hacer en mi departamento. Eh, supongo que nos veremos después. Fue un gusto conocerte, adiós.

Dicho esto, Jungkook no espera que este le responda, por lo que sale inmediatamente del departamento, cerrando la puerta tras de él.

Y cuando Taehyung se asegura que ya ha salido de su habitación, sale cuidadosamente de la enorme caja y suelta una carcajada, mirando hacia la puerta.

—Me encanta tu autocontrol, Jeon Jungkook —sonrió maliciosamente—. Pero sé lo que estabas pensando, y eso me habría encantado —jadeó ante el pensamiento candente que se le cruzó.

Entonces, tomó su teléfono del bolsillo y abrió la aplicación de mensajes.

—Es hora de que vayas cayendo.

wrong number ¡ kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora