capítulo siete.

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La cafetería parecía algo sofisticada y costosa. Jungkook pudo darse cuenta de esto al ver los exuberantes precios por una sola taza de café y tartas de cualquier fruta. De todas maneras, él ya estaba acostumbrado a ese tipo de lugares, pero no creía que Taehyung lo estuviera.

No lo estaba criticando, ni mucho menos metiendo en algún estereotipo, pero su amabilidad y humildad podrían caer en ese estereotipo. No porque no tuviese dinero, sino por decidir ir a lugares de alto rango cuando bien podían ir a lugares más cómodos, bonitos, y baratos. No era tanto la apariencia.

Ambos escogieron una pequeña mesita que se encontraba en la terraza para mejor ambiente mañanero, la mesa tenía una carpa para protegerlos de los rayos del sol y habían muchas plantas alrededor, probablemente para darle un ambiente más estético.

—No te he dicho esto, pero... tu rostro me es familiar —Jungkook bebió de su café lentamente porque aún estaba caliente, y le dedicó una mirada curiosa—. ¿Nos conocemos de algún lado?

Taehyung sonrió ligeramente y negó.

—No lo creo. Hasta hace poco sabía que existías —comenta, apoyándose en sus codos sobre la mesa—. Pero de haberlo hecho, nunca lo hubiera olvidado —responde sinceramente, un poco más en serio.

Jungkook no evitó esa risa coqueta que salió de sus labios y él también se apoyó en sus codos sobre la mesa para acercarse a Taehyung, quedando ambos frente a frente y más cerca de lo que pretendía al inicio. El castaño en lugar de espantarse, simplemente destiló diversión en sus ojos oscuros, notando aquella cercanía peligrosa. Por alguna razón, desde el inicio ambos habían sentido una conexión.

—Yo tampoco lo habría olvidado —responde Jeon, esta vez susurrando cerca de su rostro y mirando los labios de Taehyung descaradamente. El lunar que se escondía en el labio inferior le daba esa sensualidad que lo calentaba como mil soles ardientes.

De todas formas, Taehyung ya portaba esa sensualidad que enredaba a cualquiera en su trampa. Su sonrisa, su cuerpo, su amabilidad y encantadora personalidad. Pero ese lunar era su delirio, se veía jodidamente sexy. Mentiría si dijera que no tenía pensamientos inadecuados con él cuando lo veía abrir la boca ligeramente.

Esos labios carnosos y suaves abriéndose para tomar su gruesa polla en la boca, permitiendo que un hilo de saliva se escurriera por la comisura y babeara hasta el piso.

—Jungkook... ¡Jungkook! —escucha una voz que lo llama a lo lejos y es cuando se da cuenta que ha estado soñando despierto con el chico que tenía en frente, quien agitaba su mano cerca de su rostro para traerlo a la realidad.

El azabache sacude su cabeza para olvidarse de ese pensamiento caliente y lujurioso, y voltea hacia a Taehyung, quien lo veía medio preocupado.

—¿Qué? ¿Qué pasó?

—Te fuiste por un momento —responde, mirándolo preocupado—. ¿Está todo bien? ¿Te cayó mal el desayuno?

—Ah... —rasca su mejilla. ¿Como le diría que en realidad no le había prestado ni la más mínima atención por estar fantaseando con su boca?—. No, nada en específico. Solo recordé que esta tarde tengo unas prácticas en el estadio, pero primero tengo que recoger unas herramientas al taller, dentro de poco tendré una carrera.

Taehyung pareció entender, un poco más aliviado.

—Vaya... eso suena genial.

—Tú... ¿Quisieras ir conmigo? No será un viaje largo, solo recogeré unas herramientas para ajustar algunas cosas de mi motocicleta. No tienes que ir a las prácticas... es decir, no es que no quiero que tú vayas, tampoco quiero que pienses que no quiero que tú quieras y-

La carcajada de Taehyung cortó el rollo nervioso y balbuceante de Jungkook cuando los nervios que había tratado de evitar le jugaron una mala pasada. Por alguna razón, Jungkook se sentía bastante extraño cuando estaba a su lado. Era como si una atracción invisible lo impulsara hacia él.

Por supuesto que quería invitarlo, pero sentía que estaba yendo muy rápido y lo peor, es que ni siquiera sabía para qué. ¿Cuáles eran sus verdaderas intenciones? No estaba seguro, pero no serían malas, de eso sí podía asegurarse.

—De acuerdo, Jungkook. No tienes que decir nada más —sonríe un poco apenado—. Me encantaría acompañarte, pero tengo mucho trabajo por hacer, mi departamento es un completo desastre y ni siquiera he podido limpiar mi lugar de trabajo. Mi jefe va a matarme cuando no le entregue el avance mañana.

Jeon tuvo que contenerse para no dejar salir un rostro de decepción que lo delatara. En realidad solo lo hacía con buenas intenciones y nada oculto, no había nada de malo en ser amable con su muy atractivo, y ardiente vecino, ¿Cierto?

—Oh, pero.. Hum... Podría la otra semana si no tengo mucho trabajo —muerde su labio inferior con impaciencia. No quería que pensara que lo estaba rechazando sutilmente.

Esta vez, Taehyung no estaba mintiendo, realmente tenía mucho trabajo por hacer, que si no lo entregaba dentro de una semana, su jefe iba a arder en furia. Si no fuese por esta razón, probablemente hubiera aceptado la oferta de Jungkook sin pensarlo dos veces. A veces, simplemente quería mandar todo al carajo y lanzarse sin miedo a ese precioso chico que parecía no recordarlo.

—No será esta una excusa para no aceptar la propuesta, ¿cierto? —ríe cuando nota el rostro de Taehyung ponerse colorado y negar de inmediato—. Solo bromeo, sé que debes tener mucho trabajo ahora que recién terminaste con la mudanza.

—Es todo un dolor de cabeza —niega, apoyando su cabeza con ayuda de su mano—... pero... ¿Aceptas la propuesta?

—Mnh... —asiente Jungkook con una sonrisa—. Nos estaremos hablando.

Taehyung sonrió.

—Por supuesto... —bebe brevemente de su taza de té, mirándolo por encima de esta.

Lo que Jungkook no sabía, era lo que le esperaba en un futuro no muy lejano, uno que lo dejaría sin aliento, y se volvería adicto.

wrong number ¡ kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora