capítulo doce.

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Ese día en especial era bastante soleado y ventoso, uno de los mejores para decidir tomarse un descanso de su trabajo y de la caliente noche que tuvo el día anterior. Taehyung despertó cuando los rayos del sol iluminaron su habitación, y como si hubiera sido solo un sueño sonrió aún con los ojos cerrados y abrazó fuertemente la almohada.

La noche anterior había sido bastante caliente y excitante, para no decir que la mejor que tuvo desde hacía mucho tiempo. Jeon Jungkook era un chico en potencia que no pensaba soltar tan fácilmente. Para no decir que nunca.

Al inicio, sus hermanos le habían dicho que solo se trataba de un tonto capricho que pronto acabaría, que podría buscar a alguien más fácil de alcanzar. Pero Taehyung no quería a alguien más, quería a Jeon Jungkook. Y pronto lo tendría arrodillado a sus pies.

Casi al instante, sus pensamientos fueron interrumpidos cuando el ligero toque de la puerta lo sobresaltó.

—Dios, a penas son las nueve. ¿Quién se atreve a interrumpir tan temprano? —refunfuñó, mientras salía de las sabanas y buscaba sus pantuflas de osito.

El toque de la puerta se escuchó esta vez más pesado, como si la persona estuviese desesperada por ser atendida. A lo mejor se trataba de una emergencia, quizá los mismos chicos que habían atendido la fuga de gas tenían información importante que decirle.

Sin embargo... No fue así.

Cuando Taehyung se acercó a la puerta y la abrió ligeramente molesto, se encontró con un rostro que no esperaba ver nunca más en su vida. Y aunque se había quedado congelado por segundos, actuó rápidamente al impedirle la entrada, tratando de cerrarle la puerta de un portazo, pero para su desgracia, la otra persona atravesó su pie.

—¿Acaso así me recibes después de tanto tiempo, Taetae? —sonrió con sorna.

—T-Tú... —balbuceó aún asombrado—. ¿Qué rayos estás haciendo aquí? —frunció el ceño.

Taehyung adopta una posición defensiva cuando se da cuenta que este tiene la intención de adentrarse a su habitación, aún si fuese sin su permiso. Siempre había sido así, nunca respetó su espacio, y trataba de invadirlo constantemente; incluso si él le decía que parara.

—Pensé que me extrañabas después de tanto tiempo separados, Tae. ¿Acaso no lo sentiste así, bebé? Porque yo sí —su tono de voz trata de dar culpabilidad, pero en realidad no era así, más bien, sonaba a enojo y burla al mismo tiempo. Algo que no le gustaba para nada al castaño.

Ya sabía por donde iba su actitud, y esta vez no se la iba a aguantar como en el pasado. No negaba que anteriormente esa actitud le aterrorizaba e intimidaba, al grado de hacerlo temblar cuando le alzaba la voz por la más mínima cosa. Pero no esta vez.

Ya no estaba con él, no estaban juntos, no podía llegar y pretender comportarse como antes. Además, Taehyung ya no era un adolescente que estaba bajo sus faldas y obedecía todo lo que pedía. No tenía que tener miedo.

Pero aún así... ¿Por qué su cuerpo temblaba y tenía escalofríos?

—Nosotros... Nosotros terminamos hace tiempo. No tienes el derecho de venir aquí. ¿No te quedó claro desde la última vez? ¿Cómo demonios me encontraste? —su voz trata de salir fuerte, pero lo cierto es que estaba temblando.

Tenía muy malos recuerdos que trató de olvidar, pero que ahora su mente recuerda como una lluvia tormentosa.

—¿De verdad me dejaste de amar tan rápido? —pregunta, empujando cada vez con más fuerza la puerta—. ¿O es que ya tienes a alguien más contigo? —murmulla, mirando alrededor de la habitación cuando la mitad de su cuerpo pasa por la puerta, algo que Taehyung no pudo evitar. Aún seguía siendo muy débil a su lado.

wrong number ¡ kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora