capítulo cuatro.

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La noche finalmente había caído y toda la ciudad se veía iluminada con luces coloridas. Desde el piso se tenía una vista preciosa, para no decir que la mejor de todas. Probablemente esta fue la misma razón que hizo a Taehyung asomarse al balcón con su mejor pijama.

Aunque... aquel atuendo por donde lo viesen, no se llamaría tanto como una pijama. Se trataba de un short rojo y corto que dejaba a la vista sus torneadas y delgadas piernas, era una tela muy suave a la vista, y bastante cara para no presumir. Y para no dejar la noche calurosa de lado, prefirió ponerse una bata transparente que reflejaba su moreno pecho.

Al fin al cabo, estaba solo en su nuevo departamento.

—Sí, Dahyun... recibí todo lo que me mandaste, no tienes que preocuparte —sostuvo su teléfono con una mano, mientras con la otra prensaba el cigarrillo entre sus dedos. Mentiría si no dijera que el paisaje de toda la ciudad iluminaba no lo inspiraba lo suficiente para fumarse un cigarrillo—. Aunque el conductor que mandaste fue muy grosero conmigo.

Ah eso, lo siento Taetae... Probablemente fue porque aún no terminaba de depositarle el dinero restante de la mudanza. ¿Cómo te fue? —preguntan del otro lado.

—Nada mal. Tengo todas mis cajas y diseños conmigo es lo importante —sonríe, dejando salir el humo lentamente por sus labios, y mirando desde el balcón el tránsito de esa noche.

Al ser un edificio muy céntrico, toda la ciudad estaba conectada con puntos muy importantes para un buen desarrollo ciudadano. Ya fuesen escuelas, supermercados, parques, puentes, lagos, y hasta estadios habían alrededor. Era obvio que su edificio tuviera aquella hermosa vista, además, su habitación contaba con balcón, ventana corrediza y una mesa de vidrio adornada a las afueras.

Cabe mencionar que nada de eso era importante para él cuando tenía a su objetivo a tan solo unas puertas.

—Además... —soltó una risa antes de proseguir—, ya lo encontré.

Un suspiro de sorpresa se oye en la línea, aunque pronto retoma la palabra.

¿Tan rápido te lo encontraste? ¿Cómo pasó? —menciona sorprendida.

—En realidad... fue muy fácil. Se me cayeron unas cajas y él casualmente estaba pasando por donde estaba. Supongo que sintió lástima y me ayudó —responde pacíficamente, dándole una calada al cigarrillo—... ¡Dios, Da! Si tan solo hubieras podido verlo... Es tan precioso, tiene unos labios perfectos, y mandíbula prominente, su rostro seguramente fue tallado por ángeles... ese hombre es mi sueño húmedo en persona —suspira.

—... Vale, demasiada información —respondió con una risita, a lo que Taehyung rió—Y... ¿Sigue siendo el mismo que conociste? ¿Te reconoció?

Esta vez, Taehyung soltó un largo suspiro, y terminó el cigarrillo cuando lo puso en el cenicero de la pequeña mesa.

—No esperaba que me reconociera, de todos modos. Eso fue... hace bastantes años atrás. Además, yo en ese entonces no era nadie importante —comenta con seriedad—. Pero no importa, esta vez creo tener una oportunidad...

—Está bien, Taehyung-ah. Sabes que tienes todo nuestro apoyo y... el de Jin oppa también. Aunque no lo quiera admitir —en la línea se escuchó un fuerte: "¡No es cierto!", por lo que supuso que era del mencionado.

Taehyung sonríe.

—Dile que no sea un hermano tan resentido —rueda los ojos. Al decir esto, se escucha un forcejeo en la línea y luego una voz masculina molesta aparece.

—Escúchame bien, Kim Taehyung. ¡No espero que fracases, pero tampoco me agrada la idea de que vuelvas con un novio a casa! Menos un motociclista cholo, asaltante y rompecorazones.

Taehyung soltó una carcajada al escuchar la voz de su hermano al otro lado del teléfono. Kim Seokjin era su hermano mayor, y solía ser muy posesivo y celoso, por eso cuando se enteró que se mudaba por una razón en específico, trató de evitarlo a toda costa. Sin embargo... era obvio que no podía evitarlo para siempre y a regañadientes tuvo que aceptarlo.

—Hyung... Él no es asaltante...

Lo es si piensa quitarme a mi hermano —gruñó. Luego escuchó la voz de Dahyun cerca y continuó—Espero que todo salga bien, Taetae, porque de no ser así, voy a ponerte un cinturón de castidad al próximo imbécil que conozcas... te deseo suerte, y vuelve pronto. Dahyun quiere hablar contigo.

Taehyung ni pudo defenderse cuando Seokjin dejó el teléfono, y Dahyun retomó la palabra.

Complejo de hermano sobre protector... ya lo conoces... —suspira—Pero concuerdo con él, Taehyung oppa. Vuelve pronto a casa y cuídate mucho.

—Lo haré, gracias —pronto se despide y corta la llamada, suspirando.

Sabía que la sobreprotección de sus hermanos, en especial la de Seokjin, se debía por la última decepción amorosa que se llevó y que casi lo mata. Quizá por eso Taehyung era algo más... atrevido en cuando a sus intereses amorosos y menos tímido, considerando que ya había movido la primera ficha importante para acercarse a Jeon Jungkook.

Al acordarse del azabache, mira entre sus mensajes pendientes, y aún tiene registrado aquel número entre tantos, pero más importante que muchos.

—¿Que debería hacer? ¿Debería rendirme? —pregunta a la nada, ajustando la bata de dormir cuando siente una ráfaga de viento pasar y erizar su piel. Entonces sonríe para si mismo y se encamina hacia su habitación con el teléfono en mano—. Rendirse es para débiles.

wrong number ¡ kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora