Estaba escondido entre arbustos, respiraba lo más silencioso que podía para no llamar la atención de nadie.
Veía pasar a la horda, parecía un espectáculo sin fin. Todos esos zombies se movían uno detrás del otro mientras seguían al camión de juguete que hacía ruido.
No sabía si salir o no pero la adrenalina que sentía en su ser lo incitaba a salir de allí y empezar a matar a esas cosas una por una sin parar.
Pero eran cientos y el era uno solo.
Mientras la horda seguía el se movió muy lentamente sin hacer ruido. Su corazón latía demasiado rápido y su respiración era lo más silenciosa posible.
Retrocedió lentamente hasta que topo con una puerta.
Intento abrirla pero no tuvo éxito, miro al piso y vio una piedra. Esa misma idea que tuviste se le atravesó pero no quería ejecutarla por miedo a que ocasionará ruido pero ya era tarde para dar marcha atrás.
-Lo siento mucho -dijo agarrando la piedra y rompiendo una ventana
Para su suerte, esa acción no causó nignun ruido pero si provocó que se cortará el brazo pero no había tiempo para quejarse. Entro lo más rápido que pudo a la casa y desapareció del foco.
Busco algo con lo que pudiera tapar la herida, alguna funda o alguna toalla que sirviera para que la sangre deje de salir con fuerza.
Busco en la cocina algún trapo de cocina o algo con lo que hacer presión pero no vio nada más que una hornalla prendida y una idea se le cruzó en la cabeza.
-Va a dolerme hasta el quinto forro del culo -dijo viendo el fuego prendido
Iba a poner el brazo en l fuego hasta que alguien lo sorpendió.
-Quedate en dónde estás y no se te ocurra moverte -oyo el ruido de un arma recargandose
Levanto el brazo sano que le quedaba mientras el otro lo dejo abajo.
-¿Quien sos y que haces acá?-pregunto el dueño de casa apuntadole con su arma
-No sé si viste lo que está pasando afuera pero necesito que hagas silencio -pidio hablando bajo
-Ya se lo que pasa afuera, esa horda estuvo desde hace día -dijo soberbio -ahora, ¿Quien sos?-volvio a preguntar
-Guido Martinez -se presento ante el otro -tengo un grupo a un par de casas de acá
-Cerra el culo no te pregunte de dónde venís -dijo poniendo el arma en su cabeza
Guido respiro hondo.
-¿Que carajo haces acá?-pregunto sin dejar de verlo
-Intento cauterizar la herida -responsio mostrando su brazo herido
El captor vio el brazo con la herida, pero no le tomo importancia.
-Esa herida, ¿Quien te la hizo?-pregunto haciendo presión con el arma
-Me corte con los vidrios lo juro -respondio agitado -no me mordieron señor. Puedo jurarle que estoy sano y no tengo mordidas
-Me chula un huevo. Te quiero fuera de mi casa
-No me vas a echar con todo lo que está pasando -dijo confundido
-Soy capaz de hacerlo y lo voy a hacer -dijo enojado -fuera de mi casa
Lo agarro de la remera y lo jalo pero Guido le clavo un cuchillo que había agarrado antes.
-Te dije que no me sacarás afuera -dijo enterrando aún más el cuchillo en su estomago
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El Tango De Los No-Muertos
Ficção GeralUn misterioso virus azota las vastas llanuras argentinas, transformando a la tranquila población en hambrientos no-muertos. Mientras los sobrevivientes luchan por su vida en las calles de Buenos Aires y las pintorescas ciudades del país, un grupo di...