Lisboa

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La noche era muy oscura, la ruta estaba demasiado tranquila, a pesar de la cantidad de vehículos que había, los animales recorrían en busca de comida.

Algún que otro zombie caminaba mientras se tambaleaba y dejaba su hedor a putrefacto en el aire.

El avión estaba a oscuras mientras que en sus alas se posaba cuervos quienes se alimentaba de cadáveres.

Lorenzo estaba tratando de dormir pero había algo que le incomodaba, algo no estaba bien o no estaba en su lugar y eso no lo dejaba dormir.

Giro en su improvisada cama pero ni eso le sirvió para dormir, trabo la puerta de la cabina para, tal vez, ayudarlo a conciliar el sueño pero ni eso sirvió.

Entonces, se levantó y se puso a terminar de arreglar la radio, ya le faltaba poco, solo un par de piezas más y funcionaria.

Salió en sigilo mientras los demás dormíamos y comenzó a revisar los autos de su alrededor, solo había objetos personales y mucha ropa.

Encontró una van, algo maltratada, que aparentemente perteneció a una tienda de electrodomésticos así que decidió entrar y ver qué encontraba.

No encontró la gran cosa, solo unos walkie talkie viejos y muchos cables que no iba a necesitar.

Siguió revisando hasta que escucho un ruido de pasos acercándose y como creyó que era un zombie se escondió dentro de la van.

Espero a que pasará pero no veía pasar nada, así que bajo y cuando cerró la puerta de la van se sobresalto.

-Concha de tu madre -maldijo

-Buenas noches para vos también -saludo irónico Agustín

-Perdon. Es que me asustaste -dijo mientras seguía su labor

-¿No es muy tarde como para estar buscando piezas?-pregunto

-No se ni que hora es y no me importa tampoco -dijo sin verlo

Agustín solo lo siguió en silencio mientras lo observaba. Había pensado en lo que le dijo Guido y parecía un chico bueno.

-¿Y para que son esas piezas?-pregunto

-No es asunto tuyo -respondio seco

-Lo se pero me gano la curiosidad -dijo mientras el también revisaba -ademas pensé, es una linda noche, la playa está cerca, las olas son buenas

-¿Tenés un botón de silencio?-pregunto harto

-La cosa es, que es un buen momento para conocernos mejor. Soy Agustín -se presento

-Se quien sos. Los escuché hablando hoy cuando llegaron -dijo fastidiado

-Y yo supongo que sos Lorenzo -

-Supones demasiado bien -confirmo harto

-¿Y querés hablar?-pregunto

-No -respondio rápido

-En ese caso, podemos jugar un juego -ofrecio

Pero para ese punto Lorenzo ya estaba harto.

-Como digas otra palabra, por más estúpida que sea, te voy a meter este metal por el otro -amenazo

Agustín se callo.

-Mejor así -sonrio complaciente

-No estaría muy seguro de ir amenazando por ahí -dijo Agustín serio

Lorenzo freno en seco.

-Se lo que le hiciste al papá de Guido -solto

Lorenzo se dió la vuelta y lo miro.

El Tango De Los No-MuertosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora