PU 1816

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Desperté en una habitación blanca, las luces me enseguesieron hasta que me acostumbré a ellas. Me levante de la cama y note en mi muñeca una cinta con un número "1" escrito en ella.

Mire la habitación y parecía ser un hospital psiquiátrico o un manicomio, daba igual que era, no sabía cómo había llegado hasta allí.

Comencé a caminar por la habitación tratando de hallar algo que pueda ayudarme pero lo único que veía era mi cama y una mesita de luz que en su Inter no contenía más que revistas viejas y alguna que otra galleta con jugo de naranja.

Mire al techo y vi una cámara en una de las esquinas, estaba grabando todo lo que hacía así que comencé a hacer señales para que notarán que me desperté, aunque era obvio que sabían.

Del otro, un monitor con varias pantallas donde estaban los demás siendo grabados.

—Veo que has despertado —dijo una mujer entrando por la puerta, la cual estaba mimetizada con la pared.

—¿Dónde estoy?—pregunte

—Nombre y edad —pidio sin siquiera verme

—¿Dónde estoy?—volvi a preguntar insistente

—Nombre y edad —repitio casi como un robot

Yo solté un suspiro.

—Lucas Sanz, 19 años —conteste

—¿Tiene familiares vivos?—pregunto anotando en su portapapeles

—Mi mamá y mi hermano menor —respondi

—¿Tuvo fiebre alta, dolor punzante o perdidas de memoria?—pregunto

—Nada de eso —respondi —¿Puedo saber dónde estoy?—pregunte

—Se encuentra en la base militar "Manuel Belgrano" a 201 kilómetros de la ciudad de Mar del Plata —respondio automáticamente —usted junto con su grupo está siendo evaluado para ver si su permanencia es útil

—¿Útil para que?—pregunte

—¿Es alérgico a las frituras, polen, animales o plantas?—pregunto ignorandome

—¿Útil para que?—alze mi voz

—Util para determinar la compatibilidad de la vacuna contra el virus —respondio a regañadientes

—No voy a ser su conejillo de indias —dije volviendome a acostar

—Sus estudios de sangre demuestran que usted junto con varios más son compatibles para la vacuna experimental —dijo

—Osea peor todavía. Si es experimental nos va a matar a todos —dije ofendido

—Le pido que se calme —pidio

—¡Las bolas!—grite arrojando lejos las revistas —quiero saber dónde carajo está el resto de mi grupo y que nos saquen de esta prisión

Pero en ese momento llegaron dos guardias que me sacaron a la fuerza de la habitación.

—Sueltenme hijos de puta —pedi mientras forcejeaba

Me llevaron por un pasillo largo. En el trayecto ví a través de ventanas como inyectaban algo en gente y está comenzaba a volverse loca.

—¡Suelte me la puta madre!—les grite

Me llevaron a otro lugar, un poco más grande, que parecía ser un comedor. Me arrojaron al piso y cerraron la puerta.

—¡Saquenme de acá! ¡Abranme hijos de puta!—grite golpeando la puerta

—Siempre dando la nota —dijo mamá al verme

El Tango De Los No-MuertosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora