Ojalá fuera más que un amor de verano

1 ➵ Home Sweet Home

Sophie

Después de seis horas de trayecto desde Los Ángeles, por fin habíamos aterrizado en el aeropuerto de Honolulu. Estuvimos media hora esperando a que salieran nuestras maletas. Nos venían a buscar al aeropuerto April y su madre Jane. No nos había dado tiempo a mirar si ya habían llegado cuando dos personas empezaron a gritar y correr hacia nosotras. Inmediatamente ya sabíamos que eran ellas.

—¡¡¡AAAAAAAAAAAAAA!!! ¡¡SOOOOPHIEEEEE!! ¿¿MAAAGIIII!!! —Gritaron las dos a la vez. Mi madre y yo comenzamos a reírnos a carcajadas y les seguimos el juego. Corrimos hacia ellas y les dimos un abrazo enorme, como si hiciera un siglo que no las veíamos. En realidad, mamá y Jane no se ven desde hace dos años. Estos dos últimos veranos no hemos podido venir y durante el resto del año, como Jane es azafata, se pasa viajando cada semana a diferentes países del mundo. Ella y mamá se conocen desde que son muy pequeñitas. También eran vecinas y veraneaban en Honolulu. Supongo que eso pasa de generación en generación.

—¡Cuánto tiempo cielo! —Me dijo Jane mientras me abrazaba muy fuerte—Te hemos echado todos mucho de menos por aquí. Necesitábamos ya esa presencia tan bonita que desprendes. —Le devolví el abrazo aún más fuerte y ella me dio un beso en la mejilla.

—Yo también os he echado mucho de menos a todos, tenía muchísimas ganas de veros.

—Tenía tantas ganas de venir que la maleta ya la había preparado cuando aún quedaban unas semanas para coger el avión —Dijo mi madre riéndose.

Jane se rio y me colocó un mechón de pelo detrás de mi oreja—Ay pequeña Sophie, que rápido has crecido, mírate—Me dijo mientras sonreía. Justo después me pegó otra ojeada de arriba a abajo y me sujetó la cara con sus dos manos—como has cambiado, has florecido como un hermoso tulipán. Es increíble lo preciosa que estás. Cada vez me sorprendes más. —Mis ojos comenzaron a cristalizarse. No puedo expresar lo que siento cuando Jane me trata y me habla de esa manera. El vínculo que tengo con ella es muy especial. Desde pequeñita me ha tratado como su otra hija, y efectivamente para mí es como mi segunda madre.

April se rio y puso los ojos en blanco—Bueeeno dejémonos ya de rollitos cursis y vamos al coche que no hay que malgastar ni un segundo del día—April tenía razón. después de dos años sin pisar Honolulu, no quería malgastar ni un solo segundo de lo que iba a ser el mejor verano de mi vida.

Cuando entramos al coche bajé rápidamente la ventanilla para poder respirar y percibir ese olor y esa sensación que tanto anhelaba. Pusimos la música a tope durante todo el trayecto y estuvimos cantando las cuatro a todo gas. No me extrañaría si en algún momento se me salieran los pulmones. Acababa de terminar la canción Sugar de Maroon V. Solo con escuchar los primeros segundos de melodía de la siguiente canción ya sabía de cual se trataba. Inmediatamente me giré a la vez que Pril, nos miramos con una sonrisa de oreja a oreja y gritamos de alegría. Estaba sonando Greedy de Ariana Grande. Estamos obsesionadas con esa cantante desde siempre. Hemos ido a muchos conciertos suyos, y definitivamente esa es nuestra canción favorita.

—¡¡¡MAMÁ SUBE EL VOLUMEN A TOPE!!!—Gritó April, y nuestras madres después de dar un respingo, se miraron con una sonrisa divertida y giraron la ruedita del volumen.

—BABY YOU GOT LUCKY CAUSE YOU'RE ROCKING WITH THE BEST AND I'M GREEDY—Cantamos como locas las dos.

—Cause I'm—Cantó April mirándome.

—So greedy—Canté yo devolviéndosela.

—Cause I'm so—Cantamos las dos a la vez.

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‏‏‏Finalmente llegamos a nuestro destino. Sacamos las maletas del coche y entramos en casa. Estaba todo oscuro. Subí las escaleras y corrí hacia mi habitación. Al entrar me vino ese olor que tanto había deseado volver a sentir. Hacía dos años que no entraba aquí. Como lo había echado de menos.
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