Sophie
Me costó contarle esa parte de mi tan oscura a Jay. A pesar de que no pude contarle lo peor, le conté una parte, y para mí eso ya era muchísimo. Las palabras de Jay hicieron revolcar todas mis emociones y me dejé llevar. Antes de que pudiera arrepentirme le besé. Os juro que ese beso fue el beso más real de mi vida. Ya nada volvería a ser como antes y tenía miedo de arruinarlo todo, pero, ¿Y si más tarde era nunca?
Jay se apartó lentamente y me colocó un mechón detrás de mi oreja.
—Sof...
—Perdóname, yo...ha sido sin querer...Me dejó llev...
—Sof. No es eso. Ha sido el beso mas bonito que he tenido en mi vida. Pero no quiero aprovecharme de la situación, ni mucho menos de cómo estás en estos instantes. Si ocurre, quiero que lo tengas claro—No me dejó hablar. Me dió un beso en la frente y se levantó de la hamaca. Entendí que quería dejarlo para otro momento. Me ofreció su mano y yo accedí. Volvimos a dentro con el resto.
Chris y Logan ya habían vuelto. Dejaron todo en la mesa para prepararlo. Chris me dio mis cajas de tabaco.
—Gracias Chris—Le dije dandole un beso en la mejilla. Me dirigí a mi bolso y las metí dentro.
Cony y Jay fueron a comprar un par de cosas más para esta noche. Yo me fui con el resto a la piscina de Jay. Estuvimos haciendo guerras de caballito y jugando a volei.Sobre las ocho salimos del agua y nos secamos. Pril y yo fuimos a la habitación de arriba a cambiarnos. A mi habitación. Sí, lo que oís. Tenía una habitación en casa de Jay. Siempre había sido el despacho de su madre pero ella puso una cama sofá y una cómoda y me dijo que cuando quisiera venir ese era mi cuarto propio. Que su hogar era mi hogar. La quería muchísimo a Lena. Era muy dulce conmigo, y al no tener una hija, le parecía como una. Me peinaba, jugaba conmigo a las muñecas, cantábamos juntas. Con razón mi madre le pidió que fuera mi tía cuando nací. Y obviamente Jane era mi madrina. Sin duda Lena y Jane siempre serán unos grandes pilares en mi vida. Aunque la primera ya no esté físicamente, sé que de ahí arriba me apoyará y guiará en todo.
Sin darme cuenta noté como se me empezó a cristalizar los ojos. Me sequé rápido cuando llegó Pril y por suerte no se dio cuenta.
—Bueno, vamos a ver que tienes por aquí que puede robarte...—Comentó cotilleando la poca ropa que quedó en la cómoda—Anda, me gusta este vestido azul claro.
—Es tu estilo. Te quedará bien Pril—Le dije sonriendo—Me toca.
—Ah no. No no no—Me dijo empujándome hacia atrás—Déjame elegirte la ropa—Estuvo un rato rebuscando y comentando en voz alta.
—Mhm, nah. No me gusta el color...Uh no muy anticuado...Este...está roto...—De pronto se quedó en silencio—...Este. El conjunto perfecto.—Me enseñó sonriente una falda de cuero corta con un top negro ajustado. Las dos nos probamos la ropa y nos maquillamos un poquito. Yo me dejé el pelo suelto y Pril se hizo una cola.
—Vaya dos diosas estamos hechas—Dijo Pril mientras nos mirábamos en el espejo.
Cuando salimos de la habitación, estaban todos listos. Chris estaba fuera fumando con Cony, Logan buscaba buena música y Jay servía los coctáils. Se lo habían currado mucho la verdad. En la mesa del comedor había un juego de beber, unos cuantos platos con picoteo como aceitunas, patatillas, etc. y seis copas bien cargadas.
—¿Y bien?—Dijo Pril señalándonos—¿Qué tal estamos?—Jay le pegó una repasada rápida pero su mirada se desvió rápidamente hacia mí. Me miró de arriba a abajo y frenó en mis piernas. Después volvió a la realidad y sonrió.
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Ojalá fuera más que un amor de verano
RomanceSophie, o como la suelen llamar sus amigos, Soph, es una adolescente que esta estudiando arte dramático en Los Angeles con su mejor amiga, April. Soph hace dos años que no pisa Honolulu, un pequeño rincón de Hawaii, su tierra, la que un día se conv...