Epílogo

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8 de Febrero, año 2052.

Siempre ha creído que tiene algo distinto que lo ata de alguna manera a la época de los 70. No es que crea que "nació en la época equivocada" está conforme con la época en la que vive, pero siente que hay algo en la antigua época que le interesa.

Tal vez, en su otra vida, estuvo en la flor de la vida en los años 70 y por eso siente tanta curiosidad por la época.
De todas formas, Suki Bakugou es muy feliz y no cambiaría su vida por ninguna otra, no importa el momento de la historia que sea. Es alguien bastante gruñón, pero aunque no lo demuestre, está más que satisfecho con la vida que le ha sido asignada.

—¿Estás listo?—Pregunta su madre, y él asiente con la cabeza mientras termina de peinarse correctamente el cabello.

—Estoy listo. Voy a por todas.

—¡Suerte en tu primer día en el trabajo!—Exclama su madre mientras él corre escaleras abajo para irse cuánto antes.

Camina por las calles de la ciudad, saluda a algunos conocidos, pero en ningún momento detiene su acelerado paso, no le gustaría para nada llegar tarde en su primer día, sería bochornoso y él quiere causar buena impresión.

El restaurante es un lugar bonito y también es conocido como el más antiguo de la ciudad "desde 1973."
Casi 80 años de puro esplendor para
el local. Entra decidido, tanto que no se fija en que accidentalmente ha hecho que un pelirrojo que lleva una bandeja a rebosar de comida casi caiga al piso. Pero el es más ágil para agarrar con la mano los platos, evitando que se caigan. El pelirrojo frente a él suspira aliviado.

—Dios. Casi me matas.—Se queja el joven.—Menos mal que has logrado salvar la vida del plato.

—Soy Suki. Suki Bakugou.—Se presenta de repente, desconcertando al otro muchacho que no esperaba eso.—Es mi primer día trabajando aquí.

Aunque cree que su presentación es innecesaria, porque inexplicablemente, siente que ellos dos ya se conocen desde hace mucho tiempo. Y siente que le debe algo a ese pelirrojo tan bonito, como si el chico anteriormente le hubiera salvado la vida o algo así y él tuviera que devolverle el favor.

—¡Así que tú eres el nuevo! Tranquilo, seré tu mentor en este lugar.—Dice con orgullo el chico, sonriendo en grande.—Yo soy Eiji Kirishima, por cierto.

«Eiji Kirishima» ¿Por qué le suena tanto ese nombre? ¿Por qué el aspecto de ese chico se le hace familiar? Observa con detenimiento el restaurante, hay una pared reservada únicamente para fotografías colgadas desde tiempos memorables. Se puede ver a los que fueron los primeros propietarios inaugurando el local, cómo estaba decorado en un primer momento. Pero, entre todas esas fotografías, hay una que llama más la atención de Suki. En ella se puede ver a un chico, pelirrojo y de gran sonrisa. En el pie de foto pone: "Fotografía tomada en 1975. Eijiro Kirishima, quién estuvo trabajando en el local desde sus inicios. Descansa en paz, no serás olvidado."

Eijiro Kirishima, él es demasiado parecido a Eiji, incluso comparten apellidos. Tal vez, él es descendiente de Eijiro.

—Te pareces a...

—¿A quién? ¿A Eijiro Kirishima?—Adivina Eiji, y Suki simplemente asiente, y el pelirrojo le responde con una simple sonrisa.—Yo también lo noté cuándo vi esa fotografía por primera vez, incluso gente que lo conocía me dijo que yo me parecía mucho a cómo era él de joven. No somos familia, él no tuvo hijos.

—¿Y como es posible que seáis tan similares y tengáis el mismo apellido?

—Ni idea. Es un total misterio.

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