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El ambiente en el departamento se había vuelto insuperablemente tenso, lo cual era ridículo, porque el único que allí se encontraba, era Park Jimin.

La comida cocinándose en un lado, y los ojos mieles del rubio posados en el móvil que reposaba sobre sus manos; codos apoyados en la encimera, y el labio atrapado fugazmente entre sus dientes. Podía percibir una sensación engorrosa recorrerle el cuerpo de aquí para allá, y es que no podía creer que hubiera sido ignorado olímpicamente por Jeon Jungkook . Aquellos días en los que su alumno no le dirigió la palabra, fueron malditamente mortificantes, pero desde luego, para ése entonces, Jungkook tendría una verdadera razón a su distanciamiento. Ahora el chico tan sólo había decidido ignorar todos y cada uno de sus mensajes, y Jimin estaba volviéndose loco. ¿Qué demonios había ocurrido? Y lo más importante, ¿qué diablos había hecho ahora, para que Jungkook tomara aquella deliberada decisión?

Park intentó la mayor parte de la tarde, recapitular en su cabeza sobre los momentos vividos, ¿quizá había dicho algo que no fue del total agrado de Jungkook ? Pero joder, ¡no lograba recordar absolutamente nada en su contra! Y para su sorpresa, había actuado maravillosamente bien en los últimos días con su caliente estudiante. El que Jungkook hubiera rechazado e ignorado su propuesta de pasar a su casa y, posiblemente, acabar follando la tarde entera, le dio muy fuerte en el orgullo. ¿Cómo podía ser posible?

El azabache sintió que comenzaba a enloquecer; la comezón carcomiendo su cuerpo de una manera irritante, y aire caliente saliendo de sus fosas nasales... ¿Qué podría estar haciendo Jungkook , que fuera más interesante que él? Aquella pregunta retumbó fuertemente en la cabeza del ojimiel, quien sintiendo la pronta jaquea que lo remolcó, y olfateando el desagradable aroma a quemado, dejó el teléfono sobre la mesa y corrió para apagar las charolas con comida. Un suspiro mortificante abandonando su boca al momento en que la puerta principal sonó, y sus sienes siendo masajeadas velozmente ante el portentoso dolor que lo acarreó.

¿Qué jodidos estaba ocurriendo con él?

—Hey —la voz dulce de Zoe entró en la cocina. Jimin sacudió la cabeza, intentando parecer normal y sonriendo de manera actuada hacia su novia. Ella alzó una ceja—. ¿Y ese aroma? Oh, cielos —rio—. Nunca te había pasado algo así, querido.

—Um —Park apenas murmuró, aclarando su garganta y apoyándose de la encimera una nueva vez, encogió sus hombros—. Se me pasó el tiempo de cocción, eso es todo. Estaba..., um, distraído.

—¿Distraído? —Volvió a reír, soltando la coleta que amarraba su cabello. El rubio negó, mordiendo el interior de su mejilla—. ¿Qué distracción podría arruinar tus dotes culinarios, eh? En todos los años que hemos estado juntos, nada fue lo suficientemente interesante como para sacarte del oficio en la cocina.

—Lo sé —soltó, echando hacia atrás su cabello suelto, sonrió—. No es nada.

—Bueno... —Aceptó, acercándose al lado de su prometido y dejando un pico en sus labios; cuando echó un vistazo a la comida, hizo una mueca—. ¿Aún es comestible esto?

—Creo que podría arreglarlo —susurró el rubio, cerrando sus ojos por un segundo y percibiendo el obvio asentimiento que la mujer dio hacia su afirmación.

Al momento en que Zoe abandonó la cocina, luego de decirle que estaría de vuelta en unos minutos para cenar juntos, Jimin echó un ligero vistazo hacia su teléfono. Por millonésima vez en el día. Y seguía exactamente igual que antes: sin ningún mensaje de Jeon Jungkook .

Los dientes del azabache chirriaron con frustración, realmente necesitaba saber si algo estaba pasando, pero tampoco quería perder su dignidad de una manera ridícula. De ese modo, y gracias a su imponente orgullo (de momento, pisoteado) él decidió que permanecería en calma y tranquilo, como debió desde el principio. Tremendamente desinteresado.

Dear Teacher ♥︎ KM Donde viven las historias. Descúbrelo ahora