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Jimin estaba completamente acostumbrado a pensar antes de tomar decisiones que, evidentemente, harían un radical cambio a su vida; pero justo en aquel momento supo que la hora de pensar había terminado, y quizás podría haberse equivocado, pero juraba preferir cometer un estúpido error, a no cometerlo y quedar con las ganas.

Por supuesto, aquel lema estaba por completo en desacuerdo con su total personalidad, y es que días antes, él hubiera logrado horrorizarse ante todo lo que ocurría recientemente. Pero había decidido dejarse llevar, y sólo porque Jungkook se lo había pedido.

Después de todo, él no pudo seguirse negando a sus maravillosos e insufribles encantos.

El calor en aquel aula se intensificaba mediante los segundos transcurrían, y Jimin sintió el sofocante aire golpearlo al mismo tiempo que el cuerpo de Jungkook se situó sobre el suyo; su peso haciendo presión en su completa anatomía, y el aroma almizclado que desprendía el menor volviéndolo loco a cada segundo.

Jungkook había atacado su cuello de una manera brutal; sentía sus labios húmedos y suaves jugarse con la propia lengua, dejando rastros calientes en la brillosa piel. Desde luego, Jimin jamás imaginó que un momento similar ocurriría en un salón de clases, y el pensar que podrían descubrirlos en cualquier momento, comenzaba a desbordar su excitación.

El pelinegro había enloquecido, y es que después de haber escuchado aquella increíble y fantasiosa afirmación de los gruesos labios del profesor Jimin , él no pudo seguirse conteniendo. Su paciencia excitada estaba en la cima, y aquellas tentadoras palabras tan sólo fueron un empujón para que la locura del chico terminara por desatarse; lanzándose encima del cuerpo más delgado y restregándose contra éste, haciéndole saber al ojimiel lo duro que estaba por su genuina culpa.

Y es que el tan sólo pensar en follarse a Jimin , lo volvía insuperablemente loco.

Devorando por completo los labios ajenos, Jungkook entrometía sus manos por debajo del suéter que a Jimin cubría, y deliberados jadeos escapaban entre el choque boca a boca, ocasionando que la temperatura del lugar se elevase más y más. Volviéndose poco soportable para ambos, pero no dispuestos a detenerse en aquel justo momento.

— Uhm — gimió Jimin , sus ojos cerrados cuando el beso con Jungkook terminó, y sintiendo como las manos de éste jugueteaban con sus pezones, mordió su labio, sonriendo con convicción para pronto posar sus ojos infinitamente cristalizados en el bonito y lujurioso rostro de su alumno— . Eres tan sucio.

— No has visto todo — aclaró de inmediato, una voz burlona antes de quitarse de encima y poder deshacerse de su camiseta. Sus músculos quedando por completo al descubierto y los labios del rubio siendo relamidos por su lengua húmeda; dejando en ellos un rastro brilloso e irremediablemente provocativo— . Y créeme, tengo muchas más cosas para sorprenderte.

— ¿Uh, sí? — Cuestionó, su mirada convirtiéndose en deseosa cuando su cabeza comenzó un revoltijo sin fin. Sabía que estaba perdido, encontrándose en una calle ciega; un callejón sin salida el cual era presidido por Jungkook, quien patéticamente, lo mantenía preso a la pared— . Entonces, ¿qué esperas para mostrarme?

Ante aquella premeditada pregunta, la sonrisa del menor se extendió. Evidentemente, él jamás pensó que después de ceder, Jimin pudiera comportarse de aquella interesante manera, pero desde luego, fue parte de sus mayores y más excitantes fantasías. Que el caliente rubio participase activamente en lo que podría llegar a ser la mejor sesión de sexo de todos los tiempos, definitivamente era un rico y jugoso bocado de excitación.

Desabrochando hábilmente sus pantalones, Jungkook los dejó caer lo suficiente como parar mostrar el tentador color carmín de su ropa interior, y admirando como las cejas de su joven profesor se expandían hacia arriba, soltó una risilla. Estaba imposiblemente empalmado, quizá aquella se tratase de la mejor y más potente erección que había tenido a lo largo de sus años, y desde luego, los lindos y curiosos ojos mieles no pasaron aquel hecho desapercibido.

Dear Teacher ♥︎ KM Donde viven las historias. Descúbrelo ahora