JUAN PIERDE UNA APUESTA Y POR UNA SEMANA TIENE QUE DISFRAZARSE DE CHICA Y ACEPTAR QUE HOMBRES DESCONOCIDOS LA INVITEN A SALIR.
PERO EL DESTINO Y SUS AMIGOS SE ENCARGARAN DE QUE SIGA SIENDO UNA CHICA POR MAS TIEMPO DE LO QUE ESPERABA
Juan se sentía diferente y desorientado, se miró en el espejo y casi le da un ataque al corazón al ver que se había convertido en una bella mujer. Estaba sorprendida de ver que sus cabellos eran largos y sedosos como una princesa, usaba una falda ajustada y una blusa escotada que la hacia lucir deslumbrantemente sexy.
Miro a su alrededor y se dio cuenta que estaba en una discoteca. El lugar estaba lleno de jóvenes llenos de energía, saltando y cantando al son de la música. Juan estaba nervioso y aterrado pues no entendía lo que estaba pasando, ni porque se había convertido en una chica, al no saber que hacer decidio que no le quedaba más remedio que seguir adelante y pretender que era una chica. Siguió caminando por la disco entre la gente, tratando de buscar alguna respuesta a lo que le había pasado, y pronto se dio cuenta, de que la mayoría de los hombres en la pista de baile estaban interesados en "ella". Muchos de ellos intentaban acercarse a él, pero él siempre los rechazaba. Finalmente, se fastidio de no encontrar respuestas y se dirigió a la pista de baile para relajarse un rato.
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Juan bailó como nunca antes lo había hecho, se sintió extrañamente como si estuviera flotando, liberándose de todos sus miedos y prejuicios. De repente se sentio más tranquilo y seguro, como si este siempre hubiera sido cuerpo. Sonrió, aceptando que se había convertido en una mujer y que iba a disfrutar de esta noche como nunca; luego se miró en el espejo, y sonrió al ver que ahora era un chica hermosa, atrevida y decidida.
Después de un rato, un chico guapo se acercó a él con una sonrisa seductora.-¿Hola hermosa, como te llamas?-
-Soy Joana- contesto Juan automáticamente
El muchacho le preguntó si le gustaría tomar una copa con él, Joana aceptó, porque se sentía cómoda con él y quería conocerlo mejor. La conversación fluyó tan fácilmente como el aire, descubrieron que compartían gustos e intereses. Estaban cada vez más cerca, acariciándose las manos y mirándose profundamente a los ojos.
Finalmente, el chico se acercó a Joana y la besó. El beso fue suave y dulce, el aroma de el la embriagó tanto que dejo de sentir el mundo que la rodeaba. Estar con el era como si sus almas hubieran desaparecido y solo quedaran sus sentimientos compartidos.Cuando su beso finalmente terminó, se miraron a los ojos y se sonrieron. El corazón de Joana se acelero ,sabía que ella y este chico eran algo especial.
Se fueron a un callejón vacío, donde comenzaron a besarse apasionadamente. Ambos sabían que la noche estaba cargada de magia y erotismo. Las caricias se hacían cada vez más intensas, embriagándolos mas y mas de deseo.
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