La conversación

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Serena miraba en la soledad de su cuarto aquel anillo de brillantes en forma de corazón rosa que le obsequiara Darien como símbolo de su compromiso antes de que él partiera hacia Estados Unidos. Ya habían pasado dos años desde que ella se había enterado de tantas cosas. Ser una sailor scout, conocer su vida pasada como princesa de la Luna, haberse enfrentado a tantos enemigos, conocer a una futura hija de la que no tenía idea y ahora un diamante en su mano.

- Bueno... esto era lo que querías ¿no? Una lágrima resbaló y Luna, su gata fiel, se acercó a ella.

- Serena, ¿qué tienes? Ahora por fin podemos tomarnos un descanso. Rini ha vuelto al siglo XXX y el Pegaso ha vuelto a ser Helios... seguro que ya hueles a suegra. Te vas a casar... Basta ver ese diamante en tu mano...

- ¡Cállate Luna! La gatita se extrañó y dio unos pasos hacia atrás.

- ¡Serena! Nunca me habías gritado...

- Perdón... Lo siento... lo siento, en serio...

- Te comprendo... Darien se ha ido y...

- ¿Y si en el fondo todo este tiempo he querido que se fuera?

- ¿Qué dices? – la gatita parecía estar viendo a una extraña.

- Nada... no me hagas caso...

S&S

Helios, al fin humano, había vuelto después de tantos años a su lugar. Con el cristal dorado entre sus manos, se sintió humano otra vez. Pero también se sintió tremendamente culpable. ¿Por qué no le había dicho a la Princesa Serenity que tenía una hermana? ¿Por qué no le había dicho al príncipe Endymion que tenía un hermano? Había pasado tanto tiempo siendo un pegaso que casi había olvidado como hablar. Pero la aparición de Rini en su vida lo había hecho olvidar aquella trágica historia de su pasado y concentrarse en su presente. Afortunadamente, Neherenia tendría una nueva oportunidad.

- ¿Pero ahora qué hago yo con estas manos manchadas de secretos? Zirconia está muerta. Neherenia es una niña. Realmente no sé qué hicieron con el Príncipe Seiya y sus acompañantes en Kinmoku... Hablaron de alguien más...

Helios tomó su cristal dorado y se sumió en el fondo de la laguna. Hasta que no encontrara respuestas, no saldría de allí.

S&S

- Tenemos que encontrar a la princesa... Nos será fácil... el primer sencillo ya tiene muchísimo éxito...

- ¡Seiya! ¡Estás ido! ¿En qué piensas?

Seiya no había hablado desde que se había topado con aquella rubia en el aeropuerto acompañada por aquel hombre. Ambos se le hacían conocidos. Ella le había atraído de sobremanera pero él le había provocado emociones ambivalentes. Querer conocerlo pero a la vez rechazarlo. Como si le hubiese arrebatado algo muy querido. De pronto regresó a su realidad.

- Dirán que estoy loco pero tuve la sensación de haber sentido la misma energía de la princesa en el aeropuerto... en una rubia.

- ¡Si hubiese sido ella nos habría reconocido! – alegó Yaten malhumorado.

- O puede que no se hubiese atrevido a acercarse a nosotros por la multitud de fans... - dijo Taiki con dudas.

- Lo único que sé es que vi a una princesa... la vi...

S&S

El avión donde viajaba Darien ya volaba sobre el mar cuando de pronto, una luz cegadora hizo que cerrara los ojos y de pronto, ya no estaba en el avión. Portando el traje de Tuxedo Mask, estaba enfrente de una sailor scout que no conocía.

- Así que tú eres el guardián de la Tierra... será fantástica tu semilla estelar.

- ¡No me la quitarás! – amenazó Darien pero detrás de Sailor Galaxia, apareció un antiguo enemigo que creía que ya no existía más.

- ¡Saludos, príncipe Endymion! Retírate Galaxia...

- ¡Gran Sabio! Pero no puede ser... ¡tú fuiste derrotado!

- Jamás podré ser derrotado... mi plan funcionó a las mil maravillas... ahora sólo tengo de marioneta a Sailor Galaxia... es la última parte del plan que ideé con Neherenia y Zirconia hace muchos años en el Milenio de plata cuando no eras más que un mocoso... Dime Endymion... ¿quién es el amor de tu vida?

- Serena y Rini...

- ¡Eres un vil y asqueroso mentiroso! – las palmas del gran sabio se unieron y comenzaron a aplaudir. – En el Milenio de Plata puede que amaras a la Princesa pero no la amas ahora... estás atado a ella por tu hija... por el deber... eres un hombre práctico... y ridículo...

- ¡Cállate!

- No, no me voy a callar... ¿no recuerdas esta escena de tu infancia hace años?

De pronto, de la bola de cristal reveló a Endymion aquel recuerdo en un bosque junto a un Pegaso, un niño de tres años parecido a él y una hermosa bebé pelirroja. Darien gritó aterrado.

- ¡No! ¡No puede ser!

- Claro que puede ser... ¡Por supuesto que puede ser! ¡Tú no eras el único heredero! Y esa bebé pelirroja a quién se parece... Es a...

- ¡Rini!

De la bola de cristal se revelaron escenas de Darien, en una noche, donde él pensó que soñaba, teniendo relaciones en un castillo rodeado de flores rojas y mariposas, apasionadamente con una hermosa pelirroja, muy parecida a Serena, pero con los mismos ojos rojos que tenía Rini.

- Te amo... déjame estar dentro de ti...

- Yo también... nací para amarte...

Darien se enloquecía cada vez más.

- ¡Eso fue un sueño!

- Lamento decirte que no... yo te llevé a ese planeta y concebiste con la que verdaderamente amas a tu hija... a la cual hice pasar por hija de la princesa de la Luna... ¡Piensa estúpido! ¿De dónde tu hija iba a sacar ojos rojos y pelo rosa? ¿Por qué sientes por ella un amor infinito y la prefieres a ella y olvidas a Serena?

- ¿Y dónde está?

- Con tu hermano... pero ya te di demasiada información por ahora... - El Gran Sabio se carcajeó.

- ¡Galaxia! ¡Sácale la semilla estelar!

- Lo que usted diga, mi señor... Galaxia, haciendo uso de sus brazaletes, usó su poder para extirpar la semilla de Darien. Pero éste, en el último momento, recordó el nombre de la pelirroja que en verdad había amado desde pequeño y gritó con todas sus fuerzas.

- ¡Kakyuu!

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