Las herederas

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Helios se había quedado solo mientras todas obedecían las órdenes de Kousagi. Era cierto. Él sentía algo por Rini. Pero la manera en que Kousagi había hablado sobre ella en el futuro lo había hecho preocuparse. ¿Y si todo este tiempo él había estado enamorado de una ilusión? ¿De un sueño? Algo le decía que debía estar presente cuando Rini volviera para enfrentarse a su realidad. Si a Rini no le importaba que su verdadera madre fuera Kakyuu y que ella no fuera la sucesora directa de la Luna, su amor no cambiaría. Pero si rechazaba a su verdadera madre y culpaba a Serena y veía en ella lo poco que había oído de Black Lady, él tendría que tomar también una importante decisión. Estaba tan sumido en su pensamiento que no sintió cuando Michiru y Haruka se le acercaron.

- Será mejor que te ocultes. Yo sí quiero que escuches todo lo que tengan que hablar las princesitas – dijo Haruka.

- Yo también apoyo a Haruka. – dijo Michiru.

- Seguramente Setsuna tendrá la posibilidad de estar presente pero por si a ti no te dejan, escóndete. Quiero que lo presencies todo.

-No se preocupen, lo iba a hacer de todos modos. – dijo el albino con calma.

Haruka se sorprendió.

- ¿Puedo conocer tus razones?

- Mi corazón me lo dice y con eso me basta.

S&S

Kakyuu discutía a la entrada del templo con una crecida Kousagi de 16 años.

- ¡Pero quiero verla ahora!

- Te prometo que la verás pero primero tengo que prepararla. Si ahora te meto a ese cuarto donde me encerraré con ella y con Setsuna para hablar, y no la preparo antes para decirle todo, te rechazará. Déjame ir primero...

- ¿Y nosotras? – Hotaru preguntó con Haruka y Michiru detrás de ella.

- Si las necesito las llamaré. ¿Helios?

- ¿Sí?

- Tampoco entrarás. ¿Supongo que ya está adentro? Puedo oir los gritos de protesta.

A lo lejos se oía.

- ¡Plut! ¡Mis padres se van a enterar! ¡Te exijo que me regreses a Tokio de Crystal! ¿Cómo se atrevió Hotaru a levantar su báculo contra mí?

- Ok... no esperaba menos... deséenme suerte...

Y Kousagi se enfiló al templo mientras Helios, discretamente, desaparecía para seguirla.

S&S

- ¿Es que no te das cuenta que soy la Pequeña Dama? ¿Qué te traes Plut?

- Tranquilízate...

- ¡No me digas que hacer! ¡No eres mi madre ni nunca lo serás! – Rini con tono despectivo le gritó a Setsuna que contuvo el aliento y sus ojos se rasaron de lágrimas. ¿En qué momento Rini se había convertido en una tirana?

- Tienes toda la razón. Setsuna nunca será tu madre. Gracias al cielo que nunca lo será. – Kousagi entró serena, madura a sus 16 años y se dirigió a Setsuna.

- ¿Y tú quién eres?

- Para empezar, no pienso discutir con una chiquilla. Setsuna, préstame tu báculo.

Setsuna se lo pasó con una reverencia leve y, sin perder tiempo, Kousagi señaló a Rini quién creció rápidamente a su misma edad. 16 años. Rini se tocó y se sentía diferente.

- ¿Qué demonios me hiciste? ¡Regrésame a la normalidad! ¡Yo soy una niña!

- Deja de escudarte en eso. Ahora tienes mi misma edad y podemos tener una discusión. Ya no eres una niña malcriada. – Rini sintió que se acaloraba de furia. – Ahora somos dos adolescentes, prácticamente adultas que podemos tener una conversación. Y para empezar, le vas a pedir perdón a Setsuna por como la has tratado todo este tiempo.

Dos LunasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora