Sailor Star Fighter

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Serena suspiró cuando sus labios se separaron. Jamás pensó que Seiya la besaría y muchísimo menos que se dejaría besar. Se llevó la mano a la boca y contuvo un sollozo.

- ¡No puede ser! – Seiya dijo en voz baja.

- ¿Disculpa?

Seiya había enloquecido de amor desde que había visto a Serena. Pero ahora que la había besado, se había acercado lo suficiente para detectar en ella el olor de flores y mariposas de Kakyuu. Era exactamente igual. Idéntico. ¿Cómo era posible que dos personas de diferentes galaxias olieran igual? A no ser que...

- ¡Bombón! Dime un secreto... - Seiya la tomó todavía en la oscuridad entre sus brazos y la estrechó contra su pecho. – Algo que se suponga que yo no deba saber de ti...

Serena suspiró. No estaban Luna, Rei ni Haruka para reprenderla. Y de sus labios salió una frase.

- De verdad soy una princesa. Dime tú un secreto.

- Tengo dos personalidades.

No sabían que los dos acababan de revelarse la clave del otro. Serena imaginó que probablemente se refería a su faceta de cantante. Pero Seiya inmediatamente, al detectar el olor de Kakyuu en Serena, ver el parecido tremendo, igual, las dos coletas, no cabía duda que era la princesa de Kinmoku de incógnito... ¡tenía que ser! ¡Y la había besado! ¡Al demonio! ¡Estaban en otro planeta y tenía que decírselo a Yaten y Taiki!

S&S

- ¿Y bien? ¿Qué ocurre? – Haruka siempre iba al grano. Las inner scouts estaban silenciosas mientras Amy manejaba la minicomputadora y Michiru se acercaba al fuego de Rei.

- ¿Dónde están Setsuna y Hotaru? – preguntó Mina.

- Por el momento no las queremos poner nerviosas... sobre todo a Setsuna... - explicó Michiru.

- Ustedes primero... - Haruka insistió.

Rei tomó la palabra y Amy dejó de usar la computadora. Lita y Mina parecían estar en el limbo. Hablaron del robo de las semillas estelares y de la aparición de Sailor Star Maker.

- ¿Qué? – Michiru se desconcertó.

- ¡Es que tiene que ser lógico! – intervino Artemis. – Si hay más reinos parecidos al Milenio de Plata en las galaxias del Universo, es lógico que haya más sailor scouts.

- ¡Pero lo que nos preocupa no es eso! – exclamó Lita.

- ¿Entonces qué?

- Que mi fuego me reveló que el alma de esa sailor que aparentemente no es de nuestra galaxia... pertenece a nuestro planeta...

- ¡Eso no puede ser posible! – saltó Haruka.

- ¡Ya lo sabemos! – Amy está en eso ahora mismo.

- ¿Y ustedes? También deben tener información puesto que no trajeron a Setsuna por miedo... - intervino Mina.

Haruka entrecruzó miradas con Michiru. ¿Debían decirles lo que el espejo les había revelado?

- De acuerdo. Después de todo, todas estamos de parte de la gatita... Tenemos fuertes sospechas para pensar que la Pequeña Dama... pues no es la Pequeña Dama...

- ¿Qué? – Todas gritaron de asombro.

- ¿De dónde sacas eso? – preguntó Luna.

- Mi espejo reveló a Darien teniendo relaciones en otra galaxia con una dama idéntica a Serena... idéntica... podría pasar por su gemela... sólo que su cabello es rojo. Y luego me mostró un manto que cubrió Tokio de Cristal. Y después de ese velo oscuro, la cuna de la pequeña.

- ¿Ustedes vieron a la Neo Reina Serena embarazada?

Las scouts dudaron.

- ¡Qué voy a saber! A duras penas me acuerdo de mi presente y quieres que me acuerde de mi futuro! - se quejó Mina.

- Pues resulta que Setsuna nunca la vió. – sentenció Michiru.

- Y... ¿si Serena es rubia y Darien moreno... no se supone que...? – Lita empezó a atar cabos.

- ¡Exacto Jupiter! ¿De dónde sacaría la Pequeña Dama un cabello rosado si no es de una madre pelirroja?

S&S

Seiya y Serena comenzaron a bailar en la pista. Serena de verdad se estaba divirtiendo. Taiki y Yaten los observaban desde el segundo piso. Habían notado la señal que les había hecho Seiya.

- ¿Verdad que te sientes muy bien? – preguntó Seiya.

- Sí, claro...

De pronto, un apagón. Todos empezaron a correr creando un caos. Yaten y Taiki, sintiendo la presencia de algo maligno, empezaron a sacar a la gente por las puertas de emergencia. Seiya apretó a Serena contra su pecho.

- No te preocupes, bombón. Yo te protegeré...

Y cuando Serena se sintió tan pegada al pecho del hombre que poco antes había besado, se dio cuenta. Era muy parecida la sensación de estar con Darien. Como antes. Como se sentía cuando había viajado al Milenio de Plata y había un verdadero amor, una verdadera necesidad de protegerse el uno al otro. Y también había un aroma muy parecido entre los dos. Parecido, pero no igual. Los brazos de Seiya daban más calor aunque fuera más joven que Darien, sus ojos eran más azules que los de Darien... como si fuera...

- ¡Ahora sí Seiya Kou! ¡Soy Sailor Iron Mouse y te voy a quitar tu semilla estelar! ¡Eres un cantante famoso, seguro tienes una semilla deslumbrante y mi señora Galaxia no me va a poder lastimar!

- Serena... corre...

- ¡Seiya!

- ¡Corre! – ordenó el pelinegro.

Serena corrió lo más rápido que pudo. Tenía que transformarse y de inmediato. Tenía que salvar a Seiya. No podía soportar la idea de que lastimaran uno sólo de sus cabellos. Mientras tanto, Seiya le sonrió a Iron Mouse.

- ¡Tonta! ¡Poder de Lucha Estelar! ¡Transformación! – Seiya se transformó en su otra personalidad, Sailor Star Fighter y Iron Mouse sintió que ahora sí, Galaxia la mataría. No podría contra Fighter.

- ¡Me va a matar! ¡Me va a matar!

- ¡Dime dónde está Galaxia! – urgió Fighter a la desconsolada anima mate.

- ¡Détente! ¡Soy Sailor Moon! ¡No permitiré que le quites su semilla estelar a Seiya Kou! ¿Dónde está? – Serena empezó a preocuparse cuando no veía a Seiya por ninguna parte. Sólo a aquellas dos sailor scouts desconocidas.

- No te preocupes. Él está bien... - respondió Fighter mientras Sailor Moon respiraba con alivio.

- Ahhhhhh.... ¿es que no lo sabes? – se empezó a reír Iron Mouse. -¿Se lo dices tú o se lo digo yo?

- ¿Decirme qué? – Sailor Moon no sabía que le hablaba sobre la verdadera identidad de Fighter.

Sailor Star Fighter ya estaba a punto de atacar para acabar con Iron Mouse pero una sombra apareció. Una carcajada macabra hizo que Fighter abrazara a Sailor Moon. Vieron como el terror se apoderó de Iron Mouse cuando la sombra le arrancaba los brazaletes de sus manos y de pronto se desvanecía perdiendo la vida. Después, una tranquilidad mortal.

- ¿Quién eres? – Sailor Moon se acercó a Fighter.

- Vengo de otra galaxia...

- No... tu perteneces a este planeta... lo sé. Podría jurarlo...

- ¡Estás loca!

- ¡Puedo probarlo! – Sailor Moon se defendió.

- ¡No, no puedes!

- ¿Quieres ver que sí?

Dos LunasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora