"Debo irme"

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- ¡No! ¡No! ¡Esta es una maldita broma! – Rini temblaba, las lágrimas de rabia se le salían de los ojos y Plut estaba atónita.

- De verdad que me estás dando pena... ¿Qué le voy a decir a la tía Kakyuu que espera con ansias conocer a su hija? ¿A su petalito de rosa?

- No me conviene ser hija suya. – sentenció Rini secándose las lágrimas con la manga de su blusa.

Kousagi de pronto, al voltearse, vio a Helios que le solicitaba un momento con Rini. Plut también la miraba. Y se decidió.

- Mira primita, ya está decidido. Yo me encargaré. Pero antes, hablarás con Setsuna. Y después con alguien que le urge hablar contigo. Y luego yo vendré a ponerle fin a esto.

Kousagi se retiró pero permaneció quieta. Haruka, Michiru y Hotaru la interceptaron.

- ¿Qué pasó con la Pequeña Dama?

- Oigan lo que pasará con Setsuna y después con Helios. Pero por ningún motivo dejen subir a las inner con mi tía. Le destrozaría el corazón saber en lo que su hija se ha convertido.

S&S

- ¿Quién demonios te crees que eres? De verdad... ¿quién demonios te crees que eres? – Setsuna, harta de oír las estupideces de Rini, la había tomado por los hombros y la había sentado a la fuerza en una silla ante las quejas de la adolescente.

- ¡No me toques ni me hables así, estás ante tu futura reina!

- ¡Que futura reina ni que un carajo! ¡Te he defendido por años! ¡Te cuidé! ¡Me expuse! ¡Vi en ti a la hija que jamás podré tener y me sales con estas idioteces! No quería darme cuenta pero abajo está tu verdadera madre, acabas de conocer a tu prima que es ni más ni menos que Sailor Cosmos, sabes que te crió Serena sin ser su hija a pesar de que sí, yo me daba cuenta de tus tratos y me hice de la vista gorda, supe que tenía que haber algo en ti para que te convirtieras en Black Lady y ¿lo único que te preocupa es no ser la Pequeña Dama? ¿Las scouts somos eso para ti? ¿Tus sirvientas?

Rini no contestó.

- Ya veo que el que calla otorga. Y no sabes cómo me alegra que Kousagi exista. Porque no sé que hubiera sido de nosotros siendo tú la nueva reina. Te desconozco.

Setsuna salió y Rini iba a estar a punto de seguirla cuando entró Helios.

- ¡Helios! ¡Dios mío! – Rini se colgó del albino quien, fuerte, no la abrazó. Permaneció quieto.

- Rini...

- ¿No te da gusto verme? – Rini trataba de tomarle la mano a aquel que se convertía en Pegaso cuando había estado por última vez en el Siglo XX. – Te he echado tanto de menos... la última vez me besaste...

- Y creo firmemente ahora, después de todo lo que he escuchado que ese beso fue un error.

- ¿Qué? – Rini caminó dos pasos para atrás, totalmente descontrolada. Su pegaso no. Él no. Él la amaba.

- Lo que yo oí no tiene nada que ver con la persona de la cual yo me enamoré. O creí enamorarme. Fue una ilusión nada más. Un sueño...

- ¡No, no lo fue! ¡Yo te quiero!

- ¿Tanto como quieres el poder de Tokio de Crystal?

- No... es que tú no comprendes...

- Comprendo demasiado, Rini... y ¿sabes? Ahora que veo tu forma de pensar, como te comportas y deseas el poder, me recuerdas tanto a Neherenia... porque sí sabes que es tu tía abuela...

Dos LunasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora