Un nuevo futuro

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La corte terrenal se dirigió al departamento de Three Lights. Al lado estaba el club nocturno y bien podían poner sleeping bags para todos. Cuando llegaron, fue Yaten el primero en romper el silencio.

- ¿Y ahora?

- Terminamos. – dijo Kunzite.

- No me refiero a eso... - dijo el platinado mientras miraba a Taiki y compartía también con Seiya. - ¿Qué haremos con él?

Darien inmediatamente bajó la mirada. Ser perdonado por la adrenalina en campo de batalla era una cosa pero enfrentarse a los protectores de su hermano menor era otra. Había visto lo que eran capaces de hacer. Y él bien sabía que sus cuatro generales habían estado protegiendo ahora a Seiya.

- Es mi hermano... y aparte es el padre de mi sobrina... ¿qué quieres?

- ¿Y el engaño? ¿Saber que hizo llorar a tu bombón? ¿Qué jugó con las dos hermanas?

- Yaten, cállate... - Taiki intervino porque sabía que el platinado estaba buscando la manera de atizarle más al fuego.

- ¡Bueno, está bien! ¿Recuerdas a tres protectoras de Kakyuu, verdad?

- Sí...

- Hola... - Yaten le movió los dedos a modo de saludo. – Sabemos de tus encuentros amorosos... porque los vimos.

- Por favor... - Darien se dejó caer. – Ya no me atormenten más. Sé que no merezco compasión. Que he cometido errores. Que ni siquiera merezco el título de príncipe..

- No diga eso... - interrumpió Jaedite.

- Nadie sabía lo de las Dos Lunas... - apoyó Kunzite.

- Pero nadie me exenta de mis errores... incluso en el último momento el que actuó fue él... mi hermano menor... - dijo mirando a Seiya. – Sólo quiero dormir... por favor, concédanme eso...

- Claro... está bien. – Seiya miró a su hermano mayor tan viejo que se conmovió. –Usa mi recámara.

Darien se encerró y Seiya dijo en voz alta.

- Pensar que siempre lo envidié por tener el corazón de mi bombón y el de mi princesa Kakyuu... y ahora no queda ni polvo de estrellas en su caminar...

S&S

En la casa de Haruka, todas despertaban después de unas cuantas horas de descanso. Una se encontraba en el jardín, conversando con Hotaru para que no se sintiera culpable por la decisión de Setsuna. Le contaba de lo que recordaba y la adolescente sonreía. Amy estaba tensa, Mina se sentía deprimida y Lita se encontraba preparando el desayuno. De pronto, Haruka convocó a todas, después de haber estado conversando en el despacho con las gemelas.

- Bien, creo que tenemos que hablar...

- Sí, mi madre me matará... - Amy se mordía las uñas. No sabía que pretexto daría esta vez.

- Yo no tengo a nadie a quien explicarle nada... - dijo Lita con melancolía.

- ¡Pero yo sí! ¡Tengo un teléfono celular que no he contestado en días! – alegó Mina.

- En ese caso, yo estoy muerta... - Serena hizo una mueca imaginando a su padre Kenji, su madre Ikuko y las burlas de su hermana y su futuro castigo.

- Bueno, precisamente por eso es que creo que después de todo esto que ha ocurrido, creo que lo mejor es que borren las memorias de sus familiares y todas vengan a vivir aquí.

- ¿Qué?

- Piénsenlo. Serena no puede volver a casa con una gemela, una bebé y un novio a menos que quieran que su familia entre en un manicomio. ¡Amy, por dios! ¡No puedes seguir dándole excusas a tu madre y además ella se la pasa en el hospital, seamos realistas! Y Mina... ¿Qué dirá tu madre cuando te vea besándote con Yaten?

Dos LunasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora