58 - El poder de la mente

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Airon, quien miro que todos entraban en desesperación, tronó los dedos ligeramente y los ojos de todos se volvieron a su dirección.

Quizás debido a su forma de pensar y sentir las cosas esto no le parecía algo sin salida, todo puede suceder en menos de un minuto y no se preocuparía por los resultados, pero no puede decir lo mismo de los demás. Airon, un hombre quien estaba decidido a cuidar a los suyos, se miraba extremadamente tranquilo en esta situación, demostrando la gran diferencia de él y las demás personas.

Sin embargo, bajo su experiencia previa y conocimientos sobre el futuro de todo lo que pueden hacer para salir de esta situación, también hace que su estado emocional se mantenga bajo control. Por lo que señaló una pila de cajas de cartón a un lado del sótano, demostrando que no era para tanto.

"¡No se preocupen y guarden la calma! Estos caminantes deberían ser atraídos por la alarma del CDC, lo que significa que están pasado por aquí, y la mayoría de ellos seguirán a los otros rápidamente, y aunque este es un lugar para almacenar armas y recursos, todavía deje un gran lote de comida en las cajas de cartón. Así que no entren en pánico, da igual la situación, podremos salir de alguna u otra manera."

Al escuchar estas palabras, las personas que habían entrado en pánico recuperaron el sentido después de analizar la situación. Pensándolo bien, estarían en este lugar por al menos un día o dos como máximo, y pueden salir tranquilamente cuando el grupo de caminantes se movieran.

"¡Hay que descansar primero y no hacer ruido! Miraremos la situación mañana y actuaremos de acuerdo a eso."  
  
Después de que Airon terminó de hablar, continuó acostado en el lugar justo ahora y cerró los ojos.

El resto de la gente lo miró detenidamente, y luego todos se acostaron sin decir una palabra.

En medio de la noche, las alarmas de los autos sonaban de vez en cuando en el sótano. Aunque todos estaban acostados, ninguno de ellos podía conciliar el sueño. Dieron vueltas y vueltas hasta pasadas las cuatro de la mañana, después de esa hora nadie pudo soportar más el sueño y se durmieron uno tras otro.

...

A las cinco de la mañana del día siguiente, Airon abrió los ojos lentamente, a excepción de cuando se despertó a la media noche, generalmente pudo descansar bien.

No había pánico en lo absoluto.

Después despertar y que sus sentidos se activarán camino lentamente hacia el primer piso de la casa, Billy estaba vigilando el exterior en este momento. Con un cuerpo grandote, le gustaba mucho permanecer en silencio.

"¿Cómo te va?" Airon caminó hacia la mesa, tomó una botella de agua y tomó un trago.

Billy negó con la cabeza y señaló con una ligera impotencia: "Jefe, la situación sigue siendo la misma, está gran horda de caminantes aún no parece haber terminado, pero ese maldito auto sigue sonando."

Al caminar hacia la ventana, miró el exterior con indiferencia, al parecer su decisión de dejar la alarma les está causando unos pequeños imprevistos ahora.

Mirando ligeramente hacia el exterior, pudo ver que todavía había muchos caminantes en la calle, aunque no cambiaban densamente, pero si decide salir corriendo ahora, nunca podrá salir de ese lugar con vida.
  
"No sé si es por mi maldita suerte o por otra cosa más, pero parece que todos olvidaron las radios en el camión." Sacudiendo la cabeza, Airon lamento haber dejar la radio que siempre lleva en su chaleco, ahora nadie en el grupo puede comunicarse con la prisión.

Después de escuchar lo que dijo Airon, Billy dejó de mirarlo y presto total atención a lo que sucedía fuera.

"¡Espero que esta ola de caminantes pase rápido!"

The Walking Dead: Un nuevo comenzo en el fin del mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora