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Minjeong cerró la puerta de su casa, percatándose enseguida del eminente y extraño silencio que allí abundaba.

—¿Hola? ¿Hay alguien? —preguntó, adentrándose.

—Hola.

Giró sobre sus talones hacia la voz de su primo, Yeonjun, quién estaba sentado tranquilamente en el sillón de la sala mientras leía un libro.

—¿Dónde está tu mamá? —interrogó, alzando una ceja.

El jovencito se encogió de hombros, indiferente.

—No sé, simplemente salió y me dijo que me quedara aquí.

Minjeong chasqueó la lengua, dejando su mochila en un sillón más de la sala.

—¿Y no tienes alguna idea de donde puede estar? —se cruzó de brazos.

—Talvéz ande con el consejo, últimamente se ha estado juntando mucho con ellos.

—¿En serio? —frunció el ceño— Eso es extraño...

—Sí, lo es. Ni me preguntes que está haciendo porque ella nunca me cuenta nada, ya sabes —notó el malhumor de la pelinaranja y se extrañó— ¿Por qué vienes tan molesta?

—Pues tengo unos asuntos pendientes con tu querida madre... —respondió entredientes— Es una hija de puta.

—¿Qué hizo ahora?

—No puedo decírtelo, al menos ahora —dicho esto, caminó rápidamente hasta la salida— Saldré a buscarla, quédate aquí y no le abras a nadie.

Yeonjun rodó sus ojos.

—Minjeong, deja de tratarme como un niño. Sé cuidarme solo.

—Sí, sí. Nos vemos —cerró la puerta.

El castaño bufó, quedándose nuevamente con la compañía de la soledad y el silencio. Prosiguiendo a continuar su lectura donde minutos después se quedó dormido.

[✩]

Jimin llegó a lo que supuestamente era la casa de Minjeong, observando fijamente la entrada que consistía en un portón negro y completamente cerrado. Como si quisiese ocultar algo.

Minjeong siempre le decía que no podían ir o entrar a su casa.

¿Por qué?

—¿Qué ocultas, Kim? —susurró para si misma mientras buscaba una forma de poder entrar sin que los demás se diesen cuenta.

No le costó mucho llevar a cabo un plan. Las paredes de la entrada no eran tan altas, si las trepaba y bajaba silenciosamente por medio de un árbol que se encontraba adentro, podría hacerlo. Y eso hizo. Sus pies aterrizaron en el concreto en un golpe seco mientras prosiguió a sacudir tranquilamente sus ropas.

Caminó un poco hasta llegar a la pared de la casa, donde se apegó a esta y agudizó su oído para poder escuchar si había alguien adentro o inclusive vida. Pero no escuchó a nadie y eso le extrañó mucho. Sin esperar más, se movió cuidadosamente hasta la puerta e hizo ademán de abrirla, sorprendiéndose al comprobar que no tenía cerradura. Estaba abierta.

Jimin se introdujo silenciosamente a la casa, cerrando de la misma forma la puerta detrás de ella. Todo era un extraño silencio, así que activo sus sentidos para localizar a la persona que buscaba.

Sin embargo rápidamente se percató que Minjeong no se encontraba en aquella casa.

Sino alguien más.

Unos pasos detenerse en seco junto a una exclamación le hicieron girar su rostro hacia la derecha: encontrándose con un chico joven de cabello castaño quién la miraba impactado. En cuestión de segundos el chico reaccionó y sacó un cuchillo de su bolsillo y se lo lanzó sin piedad alguna. Inmediatamente la vampiro lo esquivó, aterrizando en la puerta y, soltando un fuerte gruñido, avanzó velozmente hacia él y lo acorraló a la pared más cercana sin delicadeza.

Sweet Fangs ✦ | Winrina G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora